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366 HIstorias del fútbol mundial | 4 de enero

Nueve goles de Bazán, el otro algabeño (1948)

Se trata de Pedro Bazán Romero. No le dio por los toros, sino por el fútbol, y eso en los tiempos en que todavía existía una seria rivalidad entre ambas actividades

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Pedro Bazán Romero
Pedro Bazán Romero

En Málaga no le han olvidado, en otros lugares, sí, pero mantiene un récord estratosférico: nueve goles en un solo partido, en Segunda División. No es la Primera, pero es la de plata. Se trata de Pedro Bazán Romero, natural de La Algaba, y de tradición taurina. No era pariente directo del célebre Algabeño (rival de Marcial Lalanda, Vicente Pastor y Belmonte, como cantaba el pasodoble a Marcial Lalanda), pero Bazán era nieto de torero, hijo de torero, sobrino de torero por parte de madre y hermano de torero. Pero a él, nacido el 26 de marzo de 1922, no le dio por los toros, sino por el fútbol, y eso en los tiempos en que todavía existía una seria rivalidad entre ambas actividades. Los taurinos consideraban el fútbol como una diversión extranjerizante y un poquito ridícula, con eso de los tíos peludos corriendo en calzoncillos en público.

Estudió en Sevilla, y como le picó mucho el fútbol se escapaba con frecuencia a ver los entrenamientos del Sevilla, que entonces era un equipazo que disputaba las ligas al más pintado. A base de ponerse en las largas sesiones de disparos a puerta tras la portería que bombardeaban los stukas López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal para devolverles la pelota, consiguió que le fueran invitando a participar en partidillos. Entonces las cosas eran todavía así de informales. De ahí pasó a amateur. Una lesión de menisco le frenó en su ascenso a aquella legendaria delantera stuka del Sevilla, y tuvo que marcharse a Jaén a hacer fortuna. Y de ahí al Málaga, donde haría más fortuna aún. Y eso que en principio se le había rechazado por su juego, más bien basto. Pero ya era querido cuando ese 4 de enero de 1948 descosió la portería del Hércules con nueve goles. El titular del día siguiente salía solo: Bazán 9, Hércules 2. Cosme era el portero del Hércules, dicho sea para la letra pequeña de la historia del fútbol. El Málaga subió aquella temporada a Primera División, donde Bazán jugaría tres temporadas. Había recuperado su mejor tono, hasta el punto de que estuvo en un tris de fichar por el Atlético de Madrid, otro grande de la época, pero una lesión le frenó de nuevo. Llegó a jugar con la selección B, contra Portugal, en una delantera ilustre: Basora, Bazán, Pahíño, Igoa y Escudero. Cinco a dos con un gol suyo. Eran los partidos de preselección para el Mundial de Brasil, en el que quedaríamos cuartos. Pero él no fue. Las lesiones, consustanciales a su juego impetuoso, a su vez propio del que fue un niño un tanto imprudente que siempre tuvo en jaque al médico del pueblo (tres fracturas y una quemadura que le mantuvo dos años durmiendo boca arriba), le dejaron quizá a medio camino. Pero en Málaga se sigue hablando de él. Hasta la aparición de Juanito fue el gran referente futbolístico de la ciudad, y aún lo es. Y sus nueve goles ahí quedan.