NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

REAL VALLADOLID

Óscar Puente: "Con Portugal hay señales esperanzadoras"

El nuevo alcalde de Valladolid recibe a AS para repasar la actualidad del deporte vallisoletano y, especialmente, del conjunto blanquivioleta.

ValladolidActualizado a
19/12/15 ENTREVISTA A OSCAR PUENTE ALCALDE DE VALLADOLID REPORTAJE
FELIPE FERNANDEZDIARIO AS

¿El alcalde tiene tiempo para hacer deporte?
—La verdad es que ahora no, intento hacer algo en casa con una bicicleta elíptica, pero... Antes jugaba al golf, pero requiere mucho tiempo.
—¿Y de joven?
—Practiqué mucho baloncesto y llegué a jugar en Segunda, fui monitor de esquí e hice un poco de todo, fútbol, fútbol sala, waterpolo.
—¿Y le inculca ese amor por el deporte a sus hijas?
—No hace falta que las enseñe porque mis hijas son muy deportistas, las dos juegan al baloncesto y, la verdad, es que les encanta el deporte. Lo que las exijo es que cuando hagan algo, lo hagan bien. Si juegan al baloncesto les pido que se entrenen bien y que cuando salgan al campo den el máximo, que terminen tranquilas, aunque pierdan, sabiendo que se han esforzado al máximo.
—Me imagino que eso se lo aplica usted también…
—Es mi filosofía de vida. He hecho muchas cosas y siempre lo intenté hacer lo mejor posible. No me conformo con hacer las cosas para pasar el rato o de manera mediocre.
—¿Qué valores cree usted que posee el deporte?
—El deporte es una escuela de vida, te enseña a superarte, a cuidar tu salud. Cuando es en equipo te enseña a trabajar con tus compañeros, a asumir un rol. Si es individual aprendes a estar solo, a superar adversidades. El deporte es una metáfora de lo que es la vida.
—Lleva ya medio año de alcalde, ¿es lo que esperaba?
—Llevaba ocho años en la oposición y parte de lo me he encontrado ya lo esperaba. Luego hay otra parte que hay que vivirlas. De momento, el balance es muy positivo, estoy a gusto, aunque este trabajo es muy exigente, pero estoy haciendo lo que me gusta, aquello por lo que he luchado.
—¿Encontró algo que no esperaba, problemas ocultos?
—Algunas de las cosas que me he encontrado son públicas.
—¿Es desagradable tener que enmendar la plana en estos casos a su antecesor?
—Sí. Es una cosa que particularmente no me gusta nada. No me gusta el revisionismo, pero también es verdad que mi obligación es levantar las alfombras, aunque yo prefiero pensar en el futuro.
—Entre los temas que se ha encontrado está el club de baloncesto que tras sobrevivir con ayuda del Ayuntamiento muchos años ustedes tomaron la decisión de cerrar el grifo abocando al club al cierre…
—Lo desagradable habría sido poder continuar con la actividad y no haberlo hecho, pero cuando te mueves en el margen de las posibilidades que tienes las emociones quedan en segundo plano. Hicimos todo lo que pudimos y todo el mundo lo entendió. No había margen para hacer nada más.
—¿Y cómo va a acabar? Porque el club no compite, pero una persona trabaja allí…
—Nosotros defendemos el interés colectivo. Lamento profundamente la situación de esta persona, pero tengo que pensar en el interés del Ayuntamiento. Si sólo fuera ella, pero el problema es que nosotros defendemos que el Ayuntamiento, legalmente, no tiene responsabilidad en la situación del Club Baloncesto Valladolid y, por tanto, no debemos asumir las deudas. Eso vale para una trabajadora y para el resto de los acreedores. Si nos hacemos cargo de uno, tendríamos que hacernos cargo de todos los demás, y estamos hablando de siete millones de euros.
—Cambiando de tercio, ¿cuáles son sus primeros recuerdos como blanquivioleta?
—Recuerdo ir con mi padre al campo del Paseo Zorrilla y sentir mucho frío. Al de ahora lo llaman el estadio de la Pulmonía, pero recuerdo mañanas en el estadio con los pies congelados. Yo fui algunas veces con mi padre, aunque con el que más iba era con mi tío Ángel. Recuerdo un estadio más pequeño, pero con un ambiente muy cálido, la gente estaba más junta. El Real Valladolid es parte de nuestra vida, de nuestra familia, mi primo Jorge Santiago está muy metido en el club y es un club que últimamente me lo hace pasar muy mal. He estado alguna temporada sin ir por eso, porque lo pasó muy mal. El presidente lo pasa fatal, ve lo nervioso que estoy yo y lo pasa peor. Soy de los que grito, canto los goles, me levanto y hay veces que está el presidente del club contrario y me doy cuenta de que no debería hacer eso.
—¿Ha cambiado mucho el fútbol desde aquellos años 70 y principios de los 80?
—Completamente. Antes había equipos reconocibles. Los equipos duraban años, los jugadores se consolidaban. Jugadores como Pato Yáñez y Polilla Da Silva han perdurado en la historia del club. Moré, Minguela, gente que ha dejado un sello. Ahora los jugadores aguantan poco, hay menos identificación con los colores, poca cantera, poca gente de la casa. Las señas de identidad del club ahora son distintas.
—¿Cuál es el mejor jugador que usted ha visto con la camiseta blanquivioleta?
—He citado a Polilla Da Silva y Pato Yáñez, pero Fernando Hierro, es de lo mejorcito, Eusebio. A mí siempre me impresionó Iván Campo, que luego jugó en el Madrid y en Inglaterra, pero nunca demostró esa potencia que dio aquí en Valladolid. Me parecía un portento.
—¿Y este año? ¿Quién es el jugador que más le gusta?
—A mí me gusta mucho Juan Villar. Me parece que lo hace todo bien. Le veo enchufadísimo, acertado de cara al gol, con desborde. Me parece muy completo, por encima de la calidad que se le presuponía viniendo de Segunda B.
—¿Cree que el equipo ha corregido el rumbo?
—Hay señales muy positivas y muy esperanzadoras desde que llegó Portugal. Yo era escéptico y llegué a decir públicamente que no veía un problema de entrenador, pero ahora reconozco que Miguel Ángel le está dando una actitud que no tenía, menos rigidez en los planteamientos, más suelto. Da la sensación de que el equipo va hacia arriba, los números son buenos y eso que creo que no tuvo mucha suerte porque ha habido partidos que se podían haber resuelto con un poquitín más de suerte o un poco menos de adversidad arbitral.
—Ahora que habla de adversidades, árbitros y declaraciones públicas, ha publicado algún tweet que ha generado polémicas… ¿Se arrepiente?
—No. Yo soy como soy, soy una persona noble, extrovertida y en las redes soy yo, no hay ningún Community Manager, para lo bueno y para lo malo. ¿Eso que implica? Que el ciudadano que se comunica con el alcalde por estos medios sabe que el alcalde le escucha y le responde. Y, a veces, el alcalde se equivoca porque es un ser humano, porque se calienta, aunque no llego a los límites que había en esta casa. Sinceramente, el comentario sobre el arbitraje del día de Osasuna era compartido. A mí lado estaban los directivos navarros que opinaban igual. Ese arbitraje fue de un nivel mínimo, sin criterio. La segunda tarjeta a Marcelo es injustificable y después un jugador de Osasuna (Loties) hace lo mismo y no ve tarjeta… A un árbitro nunca le criticaré que no vea una cosa, me parece dificilísimo, pero sí la falta de criterio. A mismas acciones se aplica sanciones distintas. No hay un criterio homogéneo y sí mucha ley de la compensación.
—¿Qué supone a la ciudad de Valladolid tener a su equipo de fútbol en Primera División?
—Un equipo en Primera tiene una repercusión económica grande, coloca a la ciudad en el escaparate, es estar en una de las ligas más importantes del mundo. Hay intangibles que también hay que valorar: la felicidad, la autoestima, etc… No hay que olvidar que en Primera el club puede tener un presupuesto cercano a los 20 millones de euros con lo que eso supone para una ciudad y en Segunda ese presupuesto se divide por cuatro.
—Comentó antes que en el anterior estadio había mucho ambiente, ¿la actual ubicación perjudica a la asistencia?
—Prefiero este estadio al de entonces. Aquel era una cajita de cerillas, muy antiguo y un poco escaso…
—Le cambio la pregunta… ¿Si el estadio estuviera más céntrico acudiría más gente?
—Puede ser. Nunca lo había pensado. Siempre he sido partidario de que los equipamientos públicos se mantengan en el centro como estamos viendo con la Ciudad de la Justicia. Yo creo en una ciudad compacta.
—¿Cómo es la relación del Ayuntamiento con el club?
—Muy buena. Hay comunicación, hay honestidad y nos hemos encontrado con algún fleco por ahí colgando de la anterior etapa. Una cantidad que había comprometida, pero que no se llegó abonar…
—400.000 euros, ¿no?
—Sí. Nos encontramos con un problema que es el techo de gasto. Hay dinero, pero si lo abonamos ahora superaríamos ese límite. Vamos a ver como cumplimos esos compromisos que no eran nuestros, pero que queremos cumplir para no perjudicar al Valladolid.
—Y en cuanto a la manutención o modernización del estadio, ¿habrá alguna operación a corto o medio plazo?
—El club tiene asumido el mantenimiento, pero hay cosas que mejorar que no son propiamente del mantenimiento. Sabemos que al estadio hay que ir dándole un lavado de cara importante. No es 2016 el año más idóneo teniendo en cuenta que vamos a un año con unas inversiones ya comprometidas por el anterior equipo de Gobierno. Hay que terminar el mercado del Val, el Centro Cívico de la Victoria, una serie de contratos que condicionan mucho el presupuesto del año que viene, pero ya de cara a 2017 tendremos más margen de maniobra, el presupuesto ya será más nuestro.
—¿Por ejemplo?
—El estadio necesita reformas básicas: los servicios, las puertas, el aspecto externo, el entorno, los accesos, etc...
—¿Y el foso?
—Lo ideal sería poderlo suprimir y poner ahí parte de grada para que el estadio llegara a pie de campo que es lo bonito.

—Entiendo que es responsabilidad del Ayuntamiento…

—Evidentemente. Si el equipo sube podemos encontrar fórmulas de colaboración que pueda redundar en beneficio del club y del Ayuntamiento. El club ya nos ha trasladado algún proyecto interesante.
—¿El Arena está muerto?
—Hoy es inviable. Ya hace mucho tiempo dije que el Arena era una quimera en la situación económica actual y más después de la implantación del InterIkea. Valladolid es una de las ciudades que más metros cuadrados de grandes espacios comerciales tiene por habitante, por tanto pensar en un nuevo centro comercial que, además, tendría que correr con los costes de la construcción de un pabellón polideportivo de grandes dimensiones es creer en los Reyes Magos. Se podría reconsiderar, puede ser, pero no como se concibió.
—¿Suele ver fútbol en la televisión? ¿Qué le gusta?
—Veo al Valladolid. No soy de ver un Valencia-Villarreal. Mi suegro lo ve todo. Yo soy más selectivo, me gusta ver Champions, pero no tengo mucho tiempo para ver televisión. El fútbol inglés es muy atractivo, pero creo que no está pasando por su mejor momento. Y en España, ver al Barcelona hoy es un lujo, al Atlético de Madrid, como pelea. Lo que ha hecho Cholo Simeone con ese equipo… Es un ejemplo de optimización de recursos.
—¿De Messi o de Cristiano?
—Muchísimo más de Messi por múltiples razones, le veo más completo. Actitudes como las de Cristiano en el campo no me gustan. Es un jugador impresionante, con unas facultades atléticas inigualables, pero es más egoísta, piensa mucho en sí mismo, no me gusta verle molesto porque un compañero ha marcado y no le han pasado a él para que lo meta.
—¿Es mal compañero?
—No, diría que es un jugador en un deporte colectivo con una mentalidad de deportista individual. Seguramente Cristiano tiene una mentalidad para haber sido un tenista como Nadal o un golfista como Tiger, por ejemplo, pero no encaja bien en el concepto de equipo. En general no me gusta la gente que forma parte de un equipo, de un gobierno y, sin embargo, va a lo suyo.
—¿Qué tiene pensado hacer en Navidades?
—Me quedó en Valladolid y dedicaré más tiempo a mis hijas. El poquito deporte que hago ahora es irme al Campo Grande con mis niñas y entrenamos allí. Pasamos un par de horas, las enseño a botar, a entrar y me lo paso muy bien.
—Mande un mensaje de Navidad a los vallisoletanos.
—Máxima felicidad a los lectores de AS y que el año que viene nos traiga muchas alegrías deportivas y extradeportivas.

Motos y natación

Si de algo está orgulloso el alcalde Óscar Puente es de haber conseguido montar en tiempo récord la ‘Fiesta de la moto’ que suplirá a la anterior reunión: “Hemos montado una concentración que responde enteramente al espíritu y el programa habitual que tenía Pingüinos y se celebrará el segundo fin de semana de enero. Habrá un programa de conciertos muy potente y una serie de actividades que nos va a colocar, de nuevo, en el epicentro del mundo de la moto en Europa en invierno”. Además, afirmó que “trabajamos en la gratuidad de los cursos de natación” Y es que ya se ha ofrecido a todos los colegios su gratuidad y ha pasado de cinco a 15 los centros que acuden en horario escolar.