El Betis aprovecha los errores para eliminar al Sporting

El Betis hizo valer los dos goles de ventaja de la ida para meterse en los octavos de final de la Copa del Rey, pero sufrió mucho en El Molinón para conseguirlo. El Sporting se colocó a un gol de la remontada con veinte minutos por delante y un rival desbordado, hasta el punto de que tuvo el 4-1 en la boca de gol, pero Carlos Castro no pudo rematar porque Pezzela le tiró al suelo agarrándole de la camiseta. El árbitro no vio penalti en la acción, los verdiblancos hicieron el segundo tanto poco después y el equipo de Abelardo se desfondó.

El partido se acabó en esa polémica acción y en la lesión de Rachid, que dejó mermado al equipo gijonés con los tres cambios realizados. Hasta esos momentos, el Sporting había tirado de casta, sobre todo con la entrada de un brillante Halilovic tras el descanso, frente a un Betis excesivamente atrincherado atrás, esperando sus ocasiones al contragolpe.

El guión del partido había comenzado a pedir de boca para los sportinguistas, que tuvieron el gol pronto que deseaban, casi al cuarto de hora de juego. Pero el Betis reaccionó de forma inmediata para igualar la contienda y poner ya casi imposible la eliminatoria para los locales. Con todo, los discípulos de Abelardo llegaron constantemente al área andaluza y pudieron a irse con ventaja al descanso de no haber sido por el acierto de Dani Jiménez bajo los palos.

Revolución. El Sporting se fue al descanso consciente de que tenia 45 minutos para hacer, cuando menos, tres goles sin recibir ninguno más. Abelardo revolucionó de salida al equipo con tres hombres atrás (Luis, Bernardo e Isma), pasando a Guitián al medio campo y dando entrada a Halilovic. El croata mandó al fondo de las mallas el primer balón que tocó y el equipo volvió a soñar.

Con un Betis encerrado en su campo, muy lejos de Alberto --que tuvo que aparecer, no obstante, en un par de ocasiones rivales--, el penalti por mano de N'Diaye que transformó Halilovic dio más alas aún a los asturianos hasta la llegada de Álex Menéndez con el pase a la boca de gol que Castro no pudo rematar porque se lo impidieron. Habría sido penalti y expulsión. Pero ahí le cortaron las alas al Sporting, cuando el equipo rojiblanco volaba hacia los octavos de final.