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VILLARREAL 2 - RAYO 1

Bakambu resucita al Villarreal

El ariete remonta con un doblete el zapatazo de Jozabed. Jaume Costa y Jonathan, dos nuevas lesiones en el Submarino. Paco jugó con tres nueves con el partido empatado.

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Bakambu resucita al Villarreal
LALIGA

El Villarreal encontró una victoria crucial, en la que Marcelino y pocos más creyeron, para no coquetear con la depresión. Lo hizo sin el brillo que se le resiste pero con el hambre que le define. Remontó con un doblete de Bakambu en el segundo tiempo (69’ y 86’) un partido que Jozabed puso cuesta arriba con una obra de arte (41’) y en el que Jaume Costa y Jonathan volvieron a ampliar el gafe amarillo de las lesiones. El triunfo pone al Submarino de nuevo cerca de los puestos Champions a siete días de recibir al Madrid y deja al Rayo con dudas, sin el premio que merece una apuesta atrevida que a veces se convierte en suicida: Paco puso juntos a tres nueves nada más encajar el empate.

La primera mitad fue fantástica. Villarreal y Rayo pelearon como jabatos con sus armas, que suelen ser más románticas que bélicas. Ambos metieron un ritmo trepidante al encuentro y si algo les diferenció al principio fue la confianza. El Rayo, más seguro de sí mismo por los últimos resultados (solo una derrota en los tres partidos anteriores), quiso el balón y lo dominó con mucho criterio. El Villarreal, tras el tropiezo de la Copa y con dos derrotas en ese mismo periodo, se sintió más cómodo sin él explotando su contra. Así gozó de las mejores ocasiones en las botas de Soldado, que no fueron aprovechadas por centímetros o neutralizadas por Joel, bendito debutante. Sólo el gol de Jozabed en el 41 desniveló tanto equilibrio. La jugada partió de un saque de banda en la izquierda en el que el mediocentro aprovechó la pasividad de Jonathan y Pina para seguir el movimiento de su marca. La distancia restante hasta la portería (en paralelo al borde del área) no les inquietó lo suficiente, pero Jozabed, sin controlar el balón, sacudió un disparo que se coló por la escuadra. Merece la pena ver el vídeo.

Al Villarreal todo parece salirle mal. No sólo es que un pequeño despiste le cueste un partido. Es que tras este mazazo aislado, encontró por el camino hacia los vestuarios otra lesión, Jaume Costa, que había sido rescatado por Marcelino para ser lateral derecho por las bajas de Mario, Rukavina y los especialistas del filial. Se lastimó la tibia en un escorzo escalofriante, así que el resultado y el plan para remediarlo habían saltado por los aires en solo cinco minutos. Mientras, el Rayo confirmaba sus buenas sensaciones. El portero cumplió con nota. La defensa, liderada por Llorente, sujetó bien hasta ese momento a Soldado y Bakambu. Jozabed suplió con nota a Trashorras. Y el ataque se sintió a gusto en el partido si no transitaban por la parcela de Víctor Ruiz. Le faltó mantener la figura hasta el final.

Marcelino intentó corregir el drama con dos cambios ofensivos. Metió a Trigueros por Pina y a Castillejo por Jaume Costa, por lo que Jonathan hizo de lateral como en algunas tardes con el Barça. Y la jugada, pese a estar impulsada por las exigencias, le salió bastante mal de primeras. Embarba casi sentencia la primera vez que encaró a Jonathan y Llorente, instantes después, pudo hacer lo mismo de cabeza. El Villarreal estaba más que tocado. Andaba confundido. Desbordado ante un Rayo ordenado, talentoso y con hambre. Hasta que Víctor Ruiz, inconmensurable, decidió que le sobraban fuerzas. El central arrancó desde atrás sin miedo a arriesgar y lanzó un ataque mortal. Él inició una jugada que continuó Adrián Marín por banda. Su centro al área, algo defectuoso, pilló a la defensa a contrapié. El balón cayó en Soldado, que hizo una dejada delicada a Bakambu para que fusilara a Joel y resucitara al Villarreal.

Con veinte minutos por delante y el partido totalmente abierto, el Submarino se lanzó a por la victoria con la ilusión por las nubes y al Rayo le entraron las dudas, aunque no el miedo. Paco llegó a meter dos delanteros más (Miku y Manucho) para acabar con tres nueves (ya estaba Javi Guerra). Bebé rompió literalmente a Jonathan en el uno contra uno (el mexicano se lesionó al defenderle y Bailly hizo de lateral) antes de rematar, pero Areola volvió a evitar otro disgusto. El francés mantuvo a su equipo en el partido y Bakambu le dio la vida. Otra buena internada de Denis, tras una pared con Trigueros, fue rematada por el congoleño de origen francés en las barbas de Joel. Un tanto crucial y decisivo sin tiempo a la reacción para una victoria trascendente. Una alegría inesperada para El Madrigal, que renueva su ilusión. Didáctica para el Rayo: aquí se sigue premiando más el acierto que la valentía.