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ESPANYOL

Sobre la seguridad y la libertad

El impulso de Hernán le da la victoria al Espanyol que coge aire. La otra cara del partido estuvo en la grada, una metáfora de lo que también es un equipo.

Actualizado a
La afición del Espanyol.
CARLOS MIRA

Fondo y forma. El impulso de Hernán, su fútbol callejero y eléctrico, le valió al Espanyol para vencer y convencer en un partido en el que empató a los golpes: con dos palos, un Pau tremendo y un dominio del Málaga especialmente en la segunda parte. Pero hizo el equipo perico lo que se le exigía: dar ese paso adelante en la presión, ir a por el partido y, luego, encargarse de gestionar el resultado y las emociones con el viento a favor. Con 16 puntos, el equipo blanquiazul coge aire, Sergio mantiene el crédito, pero continúa la sinuosidad en la trayectoria liguera. Todo dependerá del futuro, de las exigencias, y de si se encuentra esa regularidad que parece más difícil que la búsqueda de la Atlántida.

Seguridad. Para un partido notable del Espanyol, con victoria y una relativa placidez durante los 90 minutos, la grada tuvo su protagonismo. El fútbol, como espectáculo de masas, no se escapa al terror que provocaron los atentados de París de hace nueve días. Las medidas de seguridad se han extremado este fin de semana en los partidos de la LFP, y ayer los aficionados pericos fueron testigos de que la globalización también expande el miedo.


Colas kilométricas. Según las medidas que se tomaron, apenas se abrieron puertas de acceso, con tal de controlar mejor a los asistentes. Hubo colas interminables, como las de la puerta 63, que llegaron a la tienda. Una sola persona —según varios aficionados preguntados— era la que se encargaba de revisar bolsas y de cachear a la gente. Incluso, había Mossos d’Esquadra en el interior del campo totalmente armados. Una imagen antifútbol. 

Sociedad del riesgo. Ya en el estadio, la Curva estrenó la valla que los aisla del resto de hinchas y los mantiene recluídos durante todo el encuentro. Una medida, anunciada desde hace meses, que provocó sus protestas. “Hace años los muros se caían, hoy se levantan”. La seguridad por encima de la libertad, valores comunes en la sociedad del riesgo. “El socio y sus derechos están para defenderlos”, rezaba otra pancarta. “Stop terrorismo”, decía la Juvenil. 

Metáfora. La seguridad y la libertad también chocan en un equipo de fútbol, y la búsqueda de ese equilibrio es lo que marca las diferencias entre los equipos. El triunfo perico de ayer se fraguó en la libertad, la que tiene Asensio para hilvanar jugadas, Hernán para corretear por la izquierda y Caicedo para fijar rivales. La seguridad, pese a mantener la portería a cero, no está solventada. Si el Málaga hubiese sido un equipo con puntería, quizás otro gallo habría cantado, lo que provoca que, como si de unas medidas extremas se tratase, habrá que mejorar esa talón de Aquiles del equipo.

El león camerunés. En el minuto 21, un jugador del Málaga se unió a los aplausos de la grada. Se trataba de Carlos Kameni, amigo de Dani Jarque, compañero en la tragedia de aquel 8 de agosto de 2009. El camerunés sigue siendo un perico más, y la afición lo recuerda con un cariño especial. No tuvo ayer su mejor noche, erró en el 1-0 de Hernán, pero se llevó la ovación como si fuese un héroe más. Es la historia perica, que huérfana de alegrías en los últimos años y de referentes, se aferra a sus leyendas.