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LEGANÉS

Víctor y Luis Ruíz: de un año en el infierno a claves en el Lega

El primero tuvo que perdonar dinero al Recreativo para llegar a Butarque después de un año para olvidar. El segundo apenas pudo jugar la temporada pasada por las lesiones.

Actualizado a
Víctor y Luis Ruíz: de un año en el infierno a claves en el Lega
EMILIO COBOS

Víctor Díaz y Luis se han transformado en las revelaciones del actual Leganés. Lo han conseguido sin ruido. Casi sin querer. Colándose por la puerta de atrás de una alineación a la que, a priori, no estaban invitados y de la que ahora no hay quien se atreva a moverles. Llegar a su estatus vigente no fue sencillo. Los dos sufrieron durante la temporada pasada, eso sí, por motivos diferentes.

El primero, Víctor, aterrizó en Butarque cuando el mercado de fichajes estival tocaba a su fin. La culpa fue de su ex equipo. El Recreativo de Huelva retrasó al máximo su salida pese a que le había prometido facilidades después de una campaña, la anterior, llena de problemas económicos y sociales, de impagos y tensiones.

Finalmente le tocó perdonar un pellizco importante del dinero que se le adeudaba para hacer efectivo el acuerdo que alcanzó con los pepineros en el inicio del verano. El Leganés lo esperó pacientemente sabedor de que, tarde o temprano, sería suyo y que, una vez con la zamarra blanquiazul enfundada, no defraudaría. Sabían que Víctor rendiría. Lo que nadie esperaba es que le tocase demostrarlo tan pronto.

Con una carrera dilatada (ha jugado en Lugo, Oviedo o Recre entre otros), este sevillano de 27 años se vio forzado a debutar sólo un par de semanas después de incorporarse a la plantilla. La lesión de Bustinza le abrió las puertas de la titularidad y en ella se ha consolidado.

Sí, es cierto que Bustinza continúa en el dique seco, pero el ex del Athletic lo tendrá complicado cuando esté listo toda vez que el rendimiento de Víctor se ha disparado. Ya es el cuarto jugador con más minutos jugados del Leganés (540), además de asomarse en otros apartados estadísticos para los que, a priori, no está llamado un defensa como él. Es el cuarto que más pase da o el séptimo que más tira a puerta.

El domingo pasado, ante el Albacete, se estrenó como goleador con los madrileños tras de peinar con la coronilla una buena falta botada por Szymanowski. Después tuvo la oportunidad de hacer un par de dianas más. Al finalizar el choque su alegría era patente.

“Hay veces que me da por creer en el destino. Pasan cosas que te hacen creer en ello. Ahora podemos estar en uno de esos casos. Es verdad que el año pasado fue un mal año. Al principio, antes de salir del Recre al Lega fue un mal momento tanto para mí como para Pedro Ríos, por ejemplo”, reflexiona sobre su tortuosa despedida de Huelva. Allí dejó gente de la que no se olvida y a la que manda un mensaje de cariño. “Aprovecho para mandarle mucho ánimo a los trabajadores del Recreativo. Hicieron hace poco una marcha silenciosa porque la situación está siendo muy mala. A ver si se soluciona aquello de la mejor forma posible y el Recre vuelve a estar donde debe”, completó.

Luis Ruíz y las lesiones

A sus 23 años, Luis Ruíz es uno de los héroes del ascenso de Leganés, uno de los cinco futbolistas que aún permanecen en la plantilla año y medio después de aquella tarde en Hospitalet. Llegó a Butarque también en silencio. En el verano de 2013 Garitano lo admitió a prueba y tras un verano positivo, lo fichó. Criado en la cantera del Atlético (coincidió con Koke, Morata o Borja Bastón entre otros), empezó a la sombra de Dani Gómez, uno de los capitanes por aquel entonces. A mitad de campaña, Luis se hizo con el puesto y desde esa fecha, y hasta el final, no lo soltó.

Ya en Segunda su destino también parecía ser el de asentarse en la titularidad. Sin embargo, un mal golpe en la tercera jornada, frente al Mallorca, lo dejó fuera. No volvió a jugar hasta tres meses después. Noviembre de 2014. Sólo dos partidos le duró la alegría. Tras la visita a Albacete, Luis se rompió otra vez. Era el inicio de una cadena de lesiones que sólo le dejó jugar dos encuentros más, los dos últimos del curso. Aquel par de participaciones ante Barça B y Zaragoza parecían iniciar un nuevo periodo de esperanza que se truncó justo cuando mejor se sentía. Durante la pasada pretemporada, en la que fue de los destacados, una distensión en el abductor volvió a frenar su progresión. Luis tocó fondo.

“Cuando estás en el peor momento se vienen a la cabeza muchos pensamientos negativos. Pero yo tenía claro que había que seguir trabajando. Yo sabía que en algún momento saldría de estas lesiones y que mi oportunidad llegaría. Tenía sólo que estar listo para aprovecharla”, confiesa.

Y esa oportunidad llegó. Hace tres jornadas, ante el Lugo, Garitano dio la sorpresa y sentó a César Soriano, teórico titular, en la grada. Luis volvió al once contra el Lugo y aunque nervioso (provocó una tarjeta prematura que lo lastró durante todo el partido), le sirvió para ganar confianza. “En los primeros partidos cuesta ya no físicamente hablando, sino mentalmente, después de tanto tiempo sin jugar, se pierde la fe en ti. Al principio me costó, pero ahora la he vuelto a recuperar”, insiste.

Dos partidos después, se ha asentado frente a rivales de nivel. En Vitoria secó a Toquero y ante el Albacete frenó a Antoñito y Santi Jara. “Ahora una vez que me he recuperado y que Asier confía en mí quiero asentarme en la categoría y aprovechar la recuperación”, desliza. Él al contrario que Víctor, sí tiene a su ‘rival’ por el lateral izquierdo sano. Pero eso, lejos de ser un problema en su relación con César Soriano, es una ventaja. “Con César hablo, claro. Me llevo bien con todos los compañeros. Es un chico majísimo y en el vestuario es un referente y me está sirviendo para aprender mucho de él”, concluye.