Wenger rotó demasiado y el Arsenal fracasó en Zagreb

Wenger rotó, quizá pensando en el Chelsea (sábado) o quizá sabiéndose superior a su rival, y el invento le salió fatal. El técnico dejó a cinco titulares en el banquillo y el Arsenal lo pagó, porque le saió todo mal. Sin puntería, sin suerte en su área, con un expulsado y, lo peor, con derrota ante el teórico rival más débil, el Dinamo Zagreb, que mereció el triunfo.

En el primer tiempo, todo lo reseñable del equipo 'gunner', entre malo y muy malo, se centró en Giroud. En el 9', Eduardo el quitó el 0-1 con una palomita a un cabezazo suyo que buscaba la escuadra. En el 20', el francés remató al poste y, a la segunda, se topó de nuevo con Eduardo. Aún habría más Giroud.

Pero mientras el Arsenal acariciaba el tanto, lo marcó el Dinamo. Pivaric se coló por la izquierda, por la espalda de Debuchy, y se plantó ante Ospina: chutó, el portero repelió y el rebote pegó en Oxlade: a la red. Las desgracias de Giroud acabaron en el 40': vio una segunda amarilla tonta y se fue a la ducha. El panorama al descanso era preocupante para el Arsenal.

El remate al palo de Sigali, a los dos minutos de volver, tampoco auguró nada bueno para los de Wenger. Sin Giroud y hasta que el añorado Walcott entró (65'), le tocó a Özil hacer de 9. En el 49' perdonó el empate tras un jugadón de Gibbs y en el 54' le anularon un gol. Como en la primera parte, tras el arreón 'gunner', llegó el gol croata. Tras una veloz contra que acabó en córner, Machado asistió desde la esquina y Fernandes cabeceó a gol.

El Arsenal se quedó desencajado y Wenger, a la desesperada, intentó espabilar a su equipo con un triple cambio. Alexis, de falta, pudo empatar, pero el Dinamo jugó comodísimo. En el 79', el chileno metió un pase al desmarque de Walcott, que no falló ante Eduardo, confirmando que es el mejor delantero que tiene el Arsenal.

Aún Ospina salvaría el tercero, pero el desastre ya era importante. El Arsenal, llamado a pelear por el liderato, se ha pegado la primera en la frente, y algunos jugadores han quedado retratados. El Dinamo Zagreb, por su parte, se rebeló contra su rol de rival más débil.