NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

LOS RECUERDOS DE LA 'GALERNA DEL CANTÁBRICO'

Gento: “Quién iba a decir que uno de Guarnizo ganaría seis...”

Gento nos cuenta sus recuerdos del histórico primer partido del Madrid en la Copa de Europa: “No nos dimos cuenta de lo que podía suponer hasta que ganamos la Primera”.

Actualizado a
Gento, un mito del madridismo.
Jesús Rubio

—Paco, le llamo para recordarle que se cumplen 60 años del primer partido que jugó el Real Madrid en la Copa de Europa...

—¿Tanto? Fue en Ginebra (Suiza). Y antes del partido fuimos a Lausana a conocer a la Reina Victoria Eugenia.

—¡Tiene buena memoria!

—No crea, ya me falla. Pero aquel partido fue todo un acontecimiento social y deportivo. Tengo que confesarle que no sabíamos qué trascendencia iba a tener aquel torneo. Nosotros fuimos a jugar y ya está. Viajamos en aviones de hélices, otras veces era en tren. Las comunicaciones no son como ahora. Tardábamos mucho. Cada viaje que hacíamos para jugar visitábamos la embajada de España del país en cuestión. Nos trataban a cuerpo de rey. Eran muy atentos con nosotros, simpáticos y nos daban muy bien de comer. Se estilaba mucho entonces.

—Viajaron a Suiza y ¡cómo no! tuvieron una recepción en Lausana.

—Y no fue una recepción cualquiera. Nos llevaron a todos a ver a la Reina. No nos dijeron que íbamos allí y todos preguntábamos que dónde nos llevaban. Tengo fotos guardadas de aquel momento. Hay una en la que le estoy besando la mano. No sé, era como un acontecimiento. Fue simpatiquísima con todos nosotros. Le entregamos unas flores en la visita. Y estaba el entonces príncipe Juan Carlos. ¿Sabe que no le poníamos cara? Nadie sabía cómo era físicamente. No lo habíamos visto nunca hasta aquel momento... También fue muy agradable.

—Incluso el Príncipe fue hasta Ginebra para presenciar el partido...

—Sí, sí. Fue a apoyarnos. No sólo lo vio desde la grada, también bajó al vestuario y estuvo con nosotros hablando de todo.

—¿Era del Madrid?

—Eso dicen...

—Y del Servette, ¿qué me dice?

—No sabíamos nada de nada de ellos. Nunca les habíamos visto jugar ni teníamos noticias de su fútbol. Ganamos, pero sin haberlos estudiado nada de nada. Marcó Muñoz y el segundo... fue Rial.

—Entonces era imposible preparar un partido con antelación...

—Nada de nada. Jugábamos por inercia. Ahora mismo lo daría todo por ver aquel primer partido en Ginebra o sólo los goles. No había televisión, ni vídeos. Mis goles los iba a ver al NODO, sobre todo los que eran importantes porque los otros no los ponían. Me encantaría poder enseñarle a mis nietos aquellas imágenes de hace 60 años. Ahora que lo vemos todo, echo en falta poder tener más cosas mías de aquella época. En aquel partido, más que de los goles o de si jugamos bien o mal, de lo que más me acuerdo es que nos echaron a patadas de allí.

—¿Cómo que les echaron a patadas?

—Sí claro. Le cuento: uno de sus jugadores, no me pida el nombre que no lo sé, se enfadó muchísimo con nosotros y nos dio cera, pero bien. Tan enfadados nos fuimos que tengo que confesarle que esperábamos con muchas ganas el partido de vuelta para ponerle firme por todo lo que nos había hecho allí. Y nos llevamos la decepción padre porque al Bernabéu no vino, así que nos quedamos con las ganas todos (Kaelin, Friedländer, Nagy y Kuntz fueron los cuatro futbolistas que sí jugaron el partido de ida, pero no el de vuelta. Uno de ellos es al que se refiere Gento).

—Aquel partido fue el inicio de la gran historia de amor entre el Madrid y la Copa de Europa...

—Mire que Bernabéu fue uno de los creadores de la competición, pero nadie nos explicó cómo iba a ser. Ni el modelo de competición, ni si iba a ser algo importante o para muchos años. Teníamos muchas incógnitas sobre lo que nos íbamos a encontrar. Yo creo que no nos dimos cuenta de lo que aquello podía suponer hasta que ganamos la Primera en la final París. Valoramos entonces lo que significaba la Copa de Europa. Fue algo indescriptible. Nosotros estábamos contentísimos y vimos la repercusión que aquello tenía. Caímos en la tierra en ese momento. Hasta tuvimos aficionados que viajaron con nosotros. Los que tenían más dinero, claro. Padilla, el de las perfumerías, o Chicote. Como ve ya se veía que iba cogiendo su importancia.

—Después de la Primera llegaron cinco más...

—Y la gente como loca. Nunca he visto tanta alegría como cuando ganábamos una Copa de Europa. Ganar tantas y tan seguidas nos hizo ser el mejor equipo del siglo XX. Y fíjese que no sabíamos de lo que iba al principio. Yo he jugado ocho finales y sólo perdí dos. ¡No está mal!

—No se quite méritos, que es el que más tiene...

—Pero porque estuve muchos años en el Madrid y llegué muy joven. La generación de las cinco seguidas se agotó y nos costó mucho volver a ganar. Pero fue una época maravillosa para todos nosotros. Quién me iba a decir que uno de Guarnizo tendría seis Copas de Europa. Es increíble, de verdad. Pues ahí estoy yo...

—De aquel partido sólo quedan vivos usted y Pérez Paya...

—Eso me da cierta pena, la verdad. Yo era el más joven de la plantilla por aquel entonces. Llegué con 19 años. Zárraga también era de los más jovenes del equipo. A veces repaso las fotos y veo que algunos han fallecido jóvenes. Vivimos tantas cosas juntos. Y casi todo bueno para el Real Madrid. Y que todo siga así...