EIBAR 0-SPORTING 1
Los menos habituales del Eibar no pudieron con el Sporting
Los azulgranas que, hasta la fecha, han disfrutado de menos minutos no pueden superar a un Sporting que se mostró más rodado.
El encuentro comenzó muy disputado por parte ambas escuadras con el objetivo de hacerse con el dominio del esférico, pero transcurridos estos primeros compases del choque, y sobrepasado el cuarto de hora de juego, fueron los asturianos quienes lo intentaron con más ahínco. Pero ni Pérez, primero, en jugada personal, ni Hugo Fraile instantes después, de disparo desde fuera del área, pudieron batir a Asier Riesgo y poner así por delante a los suyos.
Aguantado este asedio por parte de los de Abelardo, los guipuzcoanos adelantaron las líneas y comenzaron a acercarse, casi siempre por la banda izquierda, a la portería defendida por Albero García pero sin crear excesivo peligro.
Mientras tanto, los gijonenses, que cedieron un poco el cs el debuentro del terreno de juego a los armeros, se dedicaban a salir al contragolpe con bastante intención, pero ni Fraile de nuevo, ni Alex Menéndez al filo del descanso apuntillaron a los locales.
Las oportunidades más claras de los guipuzcoanos en estos primeros cuarenta y cinco minutos corrieron a cargo de Arruabarrena, pero el ariete de Tolosa tuvo el punto de mira desviado en las dos oportunidades de las que dispuso.
Tras el paso por los vestuarios, la tónica del choque continuó por los mismos lares. Con el Eibar manejando sin problemas el balón, pero el que ponía las ocasiones era el Sporting.
De esta manera, los rojiblancos siguieron a su aire creando peligro al salir rápidamente a la contra en cuanto recuperaban el esférico y así, fue Alex Menéndez el que dio el primer aviso serio al mandar un disparo al palo para que seguidamente Juan Muñiz, de tiro libre, rozara el palo derecho de Errasti.
A falta de veinte minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario, un saque de esquina desde la banda izquierda botado por Juan Muñiz, lo aprovechó a la perfección Mascarell para rematar de cabeza, libre de marca, y mandar el balón al fondo de las mallas anotando el único tanto de la tarde.