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GRANADA

Sandoval diseña una jornada de convivencia en el pico Veleta

La plantilla de Sandoval al completo pasaron el día juntos, fuera de la ciudad deportivo: ascendieron a pie al mítico puerto de Sierra Nevada.

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Sandoval diseña una jornada de convivencia en el pico Veleta

El Granada llegó este miércoles a lo más alto. Como una metáfora de los últimos años, la plantilla fue escalando desde abajo hasta coronar la cima de la geografía española, justo hasta el pequeño monolito que hay colocado en el mismo cortado del pico Veleta, a casi 3.400 metros de altitud. Todos los jugadores y el cuerpo técnico posaron sobre la piedra que sirve de alfombra final rodeados de un paisaje lunar y espectacular a la vez: delante, toda la inmensidad de Granada y su provincia; a la espalda, el vacío abismal del barranco que lo separa del otro gran coloso de la penibética, el Mulhacén. Sandoval convirtió el segundo día de trabajo de la semana en una convivencia excepcional, que llevó a los futbolistas hasta la estación de Sierra Nevada.

Durante la mañana, el trabajo consistió en caminar hasta la afamada cumbre -una de las más fotografiadas del mundo por formar parte del paisaje de la Alhambra vista desde la ciudad- en un paseo que también sirvió para activar los músculos y el sistema circulatorio, más exigido a tal altitud. Eso sí, no se trataba de darse una paliza a más de tres mil metros, así que la expedición usó los remontes mecánicos que permanecen abiertos de Sierra Nevada para ascender hasta la zona alta de las pistas, situada a un kilómetro de la cumbre. La experiencia, en suma, y más allá del trabajo físico, que también existió, estuvo dedicada a fomentar las relaciones personales entre los miembros del vestuario, una forma de generar el ambiente propicio para que todos se sientan parte importante del viaje que acaba de comenzar. El técnico de Humanes entiende el fútbol como un deporte colectivo al que cada jugador debe aportar lo mejor de sí mismo, y en donde la implicación personal juega un papel fundamental. Las risas, las charlas y los abrazos fueron parte del entrenamiento diseñado por Sandoval.