La Juventus firma el peor inicio liguero de su historia

El Roma confirmó ser el principal candidato a arrebatar el scudetto a la Juventus tras cuatro años de dominación bianconera: los giallorossi ganaron en su estadio 2-1 al campeón de Italia, que después de la derrota en la primera jornada ante el Udinese volvió a disputar un partido lamentable, sufriendo durante todo el enfrentamiento la presión de sus rivales y despertándose cuando ya era demasiado tarde. Garcia apostó por el español Iago Falqué dejando fuera a Gervinho y Totti, mientras que De Rossi fue utilizado como defensa central, con Keita en la medular. Allegri, por su parte, salió de inicio con Mandžukic y Dybala; Morata, recuperado de su lesión, empezó en el banquillo.La primera parte fue un monólogo giallorosso. Tras solo un minuto Rizzoli negó un penalti a Florenzi, parado con las malas por Mandžukic. La jugada enfureció a los locales, que asediaron el área de la Vecchia Signora con las llegadas rápidas de Salah e Iago Falqué, la puntería de Dzeko y la calidad de Pjanic: un latigazo del mediocentro bosnio que Buffon solo pudo mirar, de hecho, se estampó con el palo salvando a una Vecchia Signora que solo chutó una vez en los primeros 45 minutos, algo que no ocurría desde la temporada 2004/05.

En la reanudación los de Turín intentaron despertarse, aunque sin crear mucho peligro. El Roma, por su parte, tuvo otra oportunidad con Dzeko, que se hizo hipnotizar por Buffon, y en el 61' abrieron merecidamente la lata: fue una obra maestra de Pjanic, cuyo lanzamiento de falta desde el límite del área se coló entre los palos bianconeri haciendo enloquecer al Olímpico. Allegri reaccionó cambiando su delantera: entró Morata y se estrenó Cuadrado, pero se vio rabia más que fútbol. El suplente Rubinho fue expulsado en el banquillo por protestar y Evra logró dos amarillas en tres minutos dejando a los suyos con 10 en el 78'. Y después de un minuto llegó el mazazo final: Dzeko firmó su primer tanto italiano superando a Chiellini con un perfecto testarazo tras el centro de Iago Falqué. El partido parecía ya acabado, pero un grave error de Keita en el mediocampo entregó a Pereyra la oportunidad de meter en el área un balón que Dybala solo tuvo que empujar entre palos. El tanto del argentino dio fuerza a una Juve que, con orgullo, buscó el empate hasta el último segundo y no lo consiguió solo por un milagro de Szczesny que paró un gran cabezazo de Bonucci. No pudo ser: los bianconeri, por primera vez en la historia de la Serie A, perdieron en las dos primeras jornadas del campeonato mientras que la Roma, después del empate de Verona, dio la sensación de haber resuelto por fin sus problemas en la delantera gracias a los fichajes de Dzeko, Salah y Falqué. Soñar con el tricolore, esta vez, es posible.