Óliver: "Trabajo para estar a la altura de las expectativas"
El colchonero ha sido el mejor rojiblanco de la pretemporada y el pasado sábado regresó a casa. Estoy feliz de volver a vestir esta camiseta", aseguró.
Uno de los hermanos Bañuelos hace una filigrana; pisa el balón, lo esconde y se escapa. Óliver abre la boca y mira a Juanfran: “Está bien, ¡eh!”. Filipe, mientras, a lo suyo, sigue con la mirada fija sobre el césped, poniéndole nota en su iPad a otro regate imposible. Y es que ayer se cambiaron las tornas. Ayer los tres futbolistas del Atleti eran espectadores (y jurado) del fútbol de otros: cuatro chavales que participaban en un torneo de freestyle organizado por Adidas en el Rolling Dance Burguer de la estación de Chamartín.
Ninguno de los tres, eso sí, se atrevió con la pelota. “A ver si nos van a dejar mal”, bromeó Juanfran. Y eso que Gonzalo Miró, speaker de su partido, se lo propuso en la entrevista que les hizo una vez acabó el fútbol. “Papá, mira, es Óliver”, susurraba un niño, mientras, entre el público, como si no terminara de creérselo. Óliver, su ídolo. Óliver, que volvió para quedarse. Óliver, el mejor del verano del Atleti. Óliver, ahí, en carne y hueso, delante de él.
Y Óliver, casualidad, como si le hubiera escuchado, contestaba a Miró, que le preguntó qué sintió el pasado sábado al volver a jugar en el Calderón: “Volver a casa siempre es muy bonito. Soy feliz por vestir de nuevo esta camiseta y tengo muchas ganas de trabajar para poder cumplir todas las expectativas puestas en mí”.
Filipe y la afición. Pero el de Óliver no era el único reencuentro que el Calderón vivió el pasado sábado. Filipe también regresaba. Y Miró, muy rojiblanco, apuntó ahí. “¿Cómo fue para ti volver? ¿Y el reencuentro con la afición?”. Filipe lo resumió en una palabra (“Espec- ta-cu-lar”) e hizo una promesa que sonaba muy a eso que Óliver acababa de decir: “Estoy muy contento por recibir su cariño, en el estadio, en los entrenamientos, y espero devolvérselo en muchos partidos”. Aunque, parece, uno no será el de este domingo, ante el Sevilla. “Tuve molestias y por eso no me he entrenado estos días. A ver cómo evoluciona...”, confesaba el lateral en el Rolling Dance Burguer (aunque un rato más tarde, en el entrenamiento del Atlético no saltaba a entrenar con el grupo).
Esté o no Filipe en el Pizjuán, ese será un partido que los rojiblancos irán a ganar. Palabra de Juanfran. Y esa es de las que valen: “Las sensaciones son buenas. Los primeros partidos siempre cuestan. Pero ganamos. Y ganar es siempre el primer objetivo. Gracias a esa victoria tenemos más confianza. Vamos a Sevilla a ganar también”. Es rival directo en esa liga de cuatro (Sevilla, Valencia, Villarreal y Atleti) de la que siempre habla Simeone.
Además, y sigue Juanfran, los nuevos ya están casi: “A alguno le costó la pretemporada porque el Atlético tiene una intensidad de trabajo, quizá, un pelín mayor a la de otros, pero ya están mejor”. Precisamente, la intensidad es una esencia que define a este equipo. “Llego a un Atleti con muchos jugadores distintos, pero eso, se mantiene: intacto”, reveló Filipe. Y hablando de nuevos y de la exigencia del Profe Ortega, Gonzalo Miró mira a Óliver y Filipe y dispara: “Bueno, ¿lo habéis echado de menos?”. A Óliver se le pone cara pícara: “Buenooo..., no”. Filipe no duda: “Sí, es un gran amigo”. Miró sonríe. Da por finalizada la entrevista y le pasa el teléfono al otro speaker, David Sánchez, mientras Juanfran, Filipe y Óliver, pendientes del reloj, se hacen un selfie con los 32 participantes del día en el torneo de Adidas. Y es que el Profe Ortega les esperaba en una hora, en Majadahonda, para que las tornas giraran de nuevo y ellos volvieran a ser los que jugaran mientras otros, decenas de hinchas arremolinados al otro lado de la verja que rodea la Ciudad Deportiva, admiraran.