¡Madre mía, el Athletic es favorito esta noche en el Camp Nou!

Un rugido feroz del Athletic en San Mamés, de otra época, ha cambiado los papeles en la Supercopa. Nadie daba un euro por los leones en la tercera competición española, que de repente ha adquirido una importancia tremenda. Si ganar al Barça a un partido con un título de por medio se había convertido en misión imposible, batir a ida y vuelta a los de Luis Enrique resultaba utópico.

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Dos meses y medio después de que más de 50.000 seguidores rojiblancos abandonasen el Camp Nou con la frustración a cuestas, conscientes de que habían entregado definitivamente el reinado en la Copa, el Athletic pasa a ser favorito contra el Barcelona (sigue el partido en directo en as.com), quizás el mejor equipo de todos los tiempos. Miren el cuadro de apuestas. ¡Madre mía!

Remontar cuatro goles está al alcance de muy pocos. Valverde habló de Madrid y Barça. Uno añadiría al Bayern. Como ejemplo de la dificultad, me viene a la memoria la resistencia del Alcorcón con el Bernabéu conjurado. El dato más contundente a favor de los rojiblancos es que en el siglo XXI les valdrían todos los resultados que han hecho en Barcelona menos el 7-0 (6-0 al descanso) que manchó su historia. También es cierto que con Messi, Suárez y compañía cualquier renta se puede ir por el desagüe. Si ven mañana en esta página la foto del Barça con el trofeo, tampoco se extrañarán.

Los culés se amparan en su capacidad demoledora para generar ocasiones y que en Bilbao fueron una caricatura porque faltaban Piqué y Busquets. Echar de menos a Mathieu después de lo de Tblisi es rebuscado. Podría regresar Bravo por el funambulista Ter Stegen. Y mantenerse Pedro por Rafinha, el otro cambio del once de la Supercopa de Europa. Iniesta y Rakitic ya jugaron media hora en la ida. Nada cambió.

Un reto nuevo. Le quedan pocos retos al Barça por superar. De repente, se ha encontrado con este, tan inesperado como atractivo. El problema que tiene el Athletic es que tampoco sabe encerrarse, contemporizar. Eso se enterró con la marcha de Caparrós. El plan de Bielsa era más a tumba abierta que el de Valverde, que alterna las zonas de presión por momentos. Sólo cuando el reloj vaya avanzando y si ganar tiempo es la única opción que queda, se verá especular a los leones. Hombre, no esperen tampoco que Iraizoz tenga prisa al sacar cuando Messi toque a rebato en el saque de centro.

Txingurri tiene la estructura con la que hacer daño al gigante azulgrana. Y aunque tema que la recuperación del esfuerzo no haya sido la mejor, sólo se espera un cambio. Será forzado e importante. San José, el voraz pateador con cara de granjero que hizo el golazo de la eliminatoria y quizás del año, tiene serias molestias musculares. No se entrenó y es duda hasta para Zilina. Y eso hará que el técnico no arriesgue.

La baja de Iturraspe hará que el mando quede en el ex realista Elustondo, fichado para esto, para cubrir ausencias. Otra opción es Gurpegui. Lo lógico es que el capitán entrase más tarde, en el acoso final. Beñat, desconocido en despliegue, lanzará contras con Susaeta y Sabin, al que Alves habrá tomado la matrícula. Y buscará a balón parado a Aduriz, que con Piqué necesita brincar aún más. Un tanto sería la puntilla. Obliga a media docena.

Todo lo expuesto queda pendiente de que Messi no coja el balón como en la final de Copa y haga un gol tras otro. Balenziaga no le seguirá hasta la ducha. Es peor enfadarle.