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ATHLETIC

Kike Sola: “El míster me dio la mejor noticia, puedo ayudar”

El delantero está feliz de haber deshecho las maletas preparadas para irse a Inglaterra porque tiene “hambre y ganas de triunfar”. “Aduriz ha estado a un nivel muy alto”.

Actualizado a
10/07/15 ATHLETIC DE BILBAO PRETEMPORADA
 AEROPUERTO SALIDA  DEL ATLHETIC A AUSTRIA A LA CONCENTRACION
 KIKE SOLA
PAULINO ORIBEDIARIO AS

—Pretemporada nueva, vida nueva. ¿Cómo afronta gente experta como usted tener que hacerse un sitio en verano?

—Después de desconectar y recargar pilas estoy contento de empezar. Ves caras nuevas e ilusión. Llegamos a Austria para dos partidos, luego vamos a Estados Unidos… Es una preparación diferente.

—Tenía prácticamente las maletas hechas para marcharse y ha habido un cambio de planes. Cuenta para Valverde.

—El míster habló conmigo y me dijo que contaba. Estoy muy contento de la noticia, de ayudar al Athletic. Es lo que he deseado desde primer día que llegué, poder aportar cosas al equipo y demostrar la confianza que se depositó en mí cuando me ficharon de Osasuna. Existía la posibilidad de salir, cosas que eran interesantes, pero la mejor noticia es la que me ha dado el míster.

—¿Qué le pidió?

—Lo fundamental es que quedó claro que cuenta conmigo. Y a partir de ahí en los entrenamientos y partidos, como es lógico, me va a exigir. Seguro que me pedirá cosas sobre la marcha.

—Tras dos años para el olvido, habiendo firmado cinco, imagino que se preguntaría para qué le ha fichado el Athletic.

—En el primer año, tuve mala suerte con las lesiones, sufrí una recaída de la rotura del gemelo y no fue sencillo. Sólo me quedaba tener paciencia, recuperarme lo antes posible. No pudo ser y ya está. En el segundo año, el míster no contaba conmigo y me lo dijo. Opté por continuar, por demostrar, tenía una espina clavada. Me costó bastante entrar. Yo me considero un profesional, que da cada día el cien por cien. Trabajando mucho, jugué contra el Atlético un partido muy complicado y sacamos un buen resultado. No desentoné después del ostracismo, de tanto tiempo sin competir, sin la continuidad que necesita un futbolista. A partir de ahí, entré en las listas, aunque sin saborear muchos minutos. El míster decide y a mí sólo me queda seguir trabajando, ayudando en lo que uno pueda.

—Cuando uno está tan mal en lo anímico, ¿se agarra a pequeñas cosas como ese final de temporada con convocatorias e incluso a que se sentó en el banquillo en la final de Copa?

—Se trata de ser constante, de no tener altibajos, la mente fría para tener fe y paciencia. Es muy complicado, me pasó en Osasuna y salieron los resultados.

—La sombra de Aduriz es alargada, ha hecho dos años muy buenos. Pero el año pasado, en sus ausencias aparecieron Guillermo, Williams… Se suponía que eran minutos destinados a usted por el desembolso del club. ¿Cómo lo llevó?

—Hablamos y me dijo que si quería me buscase una salida. Tenía planificada su plantilla y en esos momentos no entraba. Soy un luchador, sólo queda trabajar y pelear. No se me puede echar nada en cara. Me considero un buen compañero, aunque el futbolista lógicamente quiere jugar, es egoísta y ambicioso. Todos sabemos que Aduriz ha estado un nivel muy alto y eso lo ve hasta un ciego.

—¿No podrían ser compatibles en momentos determinados?

—Sí, por supuesto. Pero el míster busca lo mejor para el equipo y tiene un sistema determinado. Hasta el momento se ha optado por un delantero, pero hay que estar preparado.

—Le quedan tres años de contrato, es como si fuera un fichaje… Sin embargo, la sensación es que esta temporada será clave para su futuro. ¿Cómo lo afronta?

—Yo lo que quise desde el primer día es triunfar en el Athletic. Son cinco años, pero hay que vivir del presente. Hay que entrenar muy fuerte. Tengo ganas de hacer cosas buenas aquí, la confianza que depositó el club en mí… Tengo esa espina clavada. Soy ambicioso.

—¿Qué sensaciones tuvo contra el Krasnodar?

—Fue un partido complicado porque el Krasnodar quiso salir desde atrás con el balón controlado en todo momento y había que hacer una presión muy alta. Eso exige a los delanteros y viene bien para entrar en momentos de fatiga de cara a la temporada. Entré con un disparo, alguna acción por la banda… Acabé contento, son partidos para coger sensaciones.

—Va a ser una temporada muy exigente, tres competiciones y la previa de la Europa League a la vuelta de la esquina. Se supone que serán muchos partidos y oportunidades.

—Exactamente, son muchos partidos seguidos, sin tiempo para alegrías ni lamentaciones. Hay que estar preparados en el día a día. Habrá oportunidades para todos, tenemos una buena plantilla.

—Lleva dos temporadas en el Athletic y nunca ha sido titular en San Mamés. Es un dato muy revelador de su situación.

—Por unas circunstancias u otras el destino ha sido así. Si estoy aquí, es porque puedo cambiarlo. Pelearé muy duro para tener continuidad, en San Mamés también.

—La afición quiere saber qué tipo de jugador es. Apenas tiene las referencias de Osasuna.

—Claro, todos los futbolistas necesitamos muchísima confianza, minutos y minutos. Eso hay que ganárselo en los entrenamientos y a partir de ahí en los partidos. Tengo hambre y ganas de triunfar en el Athletic, hacer sentir que estoy aquí.

—¿Cómo ha superado este ostracismo en lo anímico?

—Me ha tocado vivir lo bueno y malo del fútbol muchas veces.

—Venía entrenado en eso del propio Osasuna…

—Soy un privilegiado de estar aquí, de la familia que tengo, que es mi gran ayuda, me da equilibrio y sabe distraerme. Hay que vivir los momentos con calma, trabajar todos los días y en silencio. Los goles, los buenos partidos llegan.

—El delantero, como es su caso, vive de marcar y se le exigirá por ello. ¿No cree?

—Por supuesto, vivimos del gol y es lo que marca. Mientras el equipo gane y pueda ayudar, las cosas irán bien.