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CÁDIZ 1 - BILBAO ATHLETIC 1

El Bilbao Athletic asciende en Cádiz por su entereza

Supo sufrir ante un Cádiz que marcó pronto y dio dos palos. Néstor Salinas marcó en la última jugada el gol que adornó el premio de los cachorros.

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El Bilbao Athletic asciende en Cádiz por su entereza

El Bilbao Athletic regresa a Segunda 19 años después. Lo ha hecho en Cádiz bajo sangre, mucho sudor y lágrimas de alegría. Los gaditanos han sido superiores hoy, pero la eliminatoria era a dos partidos y el meneo de los cachorros en San Mamés ha merecido el premio. Los de Claudio soñaron con la remontada gracias un temprano golazo de Jona, pero Juan Villar se topó dos veces con la madera ante un filial que se mantenía en pie como podía, con entereza, y lanzaba zarpazos. Al tercero, llegó el definitivo. En la última jugada del encuentro, ya con los locales volcados al ataque, Néstor Salinas encontró una vía de agua por el centro y se plantó ante Aulestia. Le regateó como si estuviese jugando con los amigos y se metió con el balón en la portería. Llovieron botellas de agua contra la piña rojiblanca, prueba del infierno cadista que han soportado. Cierto es que gran parte del Carranza les aplaudió merecidamente al final.

El Cádiz afrontó el partido como una guerra. Le daba igual el número de heridos, sobre todo en el bando visitante. Fue así desde el principio con la idea de amedrentar a los cachorros y al colegiado, que se mantuvo bastante firme para el lío en que estaba metido.

Ziganda había dicho que se trataba de ver quién imponía su estilo. Se dejó llevar, quizás con lógica, por el temor a la batalla y metió a Gil en medio campo sacrificando la figura del mediapunta. Hasta que no reaccionó y le introdujo como tercer central, el Bilbao Athletic no se equilibró. Quizás creyó que, con el césped seco y tanta agrevidad local, sería imposible jugar. Tocaba sufrir.

Los locales eran todo lo contrario, estaban desatados y se lanzaban como posesos hacia arriba liderados desde el lateral por Mantecón y con un Juan Villar que parece de otra categoría.

Cazaron pieza pronto. Tomás sacó en largo de banda, peinó Garrido y Jona cazó una tijereta con la zurda que dejó petrificado a Remiro.

El filial quedó tocado, pero se mantuvo de pie. Se estiró con Seguín, pero iban a por él al bulto. Y no hizo el 2-0 milagro en otro saque de banda calcado, en este caso, fue Villar quien pilló el despeje y lo mandó al larguero. El propio delantero amarillo se jugó la segunda tarjeta buscando un penalti y el Bilbao Athletic montó una contra que pudo ser mortal. Sabin Merino, con todo a favor, no encontró portería de milagro.

El Cádiz bajó el tono de las entradas, se puso a jugar y le fue mejor, aunque sin premio, tras el descanso. Iriondo sacó un balón que entraba del omnipresente Juan Villar, que luego se toparía otra vez con el poste. Un magnífico Remiro tapaba las otras vías de agua.

Para entonces, Ziganda había metido a Salinas y Villalibre, talento y potencia, en busca de la estocada. Y así fue, el segundo mandó una pelota al poste después de apartar a rivales como muñecos. Por lo visto, el examen de Selectividad que le impidió jugar ante el UCAM no le ha restado energía. Salinas encontró el premio gordo con el gol en la última jugada. El Athletic es el único filial con equipo en la Liga Adelante. Con todo merecimiento. Las instituciones recibirán mañana en Bilbao a los futuros leones.