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ESPANYOL:

Un Tibidabo blanquiazul: la boda de Sergio reúne a mitos pericos

El entrenador del Espanyol se casó esta tarde con la presencia de excompañeros como Tamudo, Tristán, Capdevila, Valerón o Manuel Pablo.

Actualizado a
Sergio González con su esposa Irene.
RODOLFO MOLINA

Alrededor de las 18:00 de la tarde, bajo un sol de justicia, Sergio González y su ya esposa Irene recibieron la habitual tormenta de arroz en la basílica del Tibidabo, que ayer fue más blanquiazul que nunca. El enlace del entrenador del Espanyol reunió a distintas personalidades de la historia perica y también del Deportivo, el club en el que desarrolló principalmente su carrera de futbolista. El once titular que podía salir de esa iglesia bien podría haber haber sido candidato a Champions en su época, con jugadores internacionales como Manuel Pablo, Joan Capdevila, Enrique Romero, Juan Carlos Valerón, Diego Tristán y otros con bastantes partidos en Primera como Ángel Morales, De Lucas, Pedro Nieto, Riki, Antonio Tomás o Manel. Al margen del novio, el otro protagonista de la tarde fue Raúl Tamudo, quien se hizo de rogar pero que llegó para abrazar a su amigo.

Todavía recuperándose de la lesión de rodilla que le ha impedido jugar en el Sabadell esta campaña, el máximo goleador liguero de la historia perica coincidió con el director deportivo, Óscar Perarnau. El futuro del delantero, quien aún no ha expresado su decisión de si se retirará o no esta misma campaña, estará ligado a la dirección deportiva posiblemente el próximo verano, como ya ha deslizado públicamente Perarnau.

Pero ayer fue un día para disfrutar y no para trabajar, como reconoció el propio director deportivo. Sin consejeros y sin jugadores del primer equipo, la boda tuvo 160 invitados, entre los que también destacaron Paco Flores, extécnico, José María Calzón, delegado, Diego Ribera, segundo entrenador perico, y otros empleados del club que siempre han tenido afinidad con el ahora entrenador blanquiazul. La Copa del 2000 fue el acontecimiento que unía más a los presentes. Uno de ellos, Capdevila, tuvo que asistir en muletas después de lesionarse y ser operado de la rodilla, lo que le obligó a retirarse de la alta competición. Hubo otra escena histórica de la que AS fue testigo: la fotografía entre Valerón y Manuel Pablo, de 40 y 39 años, quienes el curso que viene serán los abuelos de la Liga en Las Palmas y Deportivo respectivamente.

Después de la misa, los invitados acudieron a las Cavas Codorniu a realizar la cena, en una celebración organizada y diseñada por Bodas de Cuento. Un cuento, el perico, que ha vivido otro capítulo.