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EL EXTÉCNICO DEL CASTILLA HABLA DE BENÍTEZ

Toril: “Benítez nos analizaba al rival hasta en Juveniles”

El extécnico del Castilla tuvo a Rafa Benítez de entrenador. Se deshace en elogios hacia su método de trabajo... “Rafa era un adelantado, nos enseñaba con vídeos del Milán”.

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Toril: “Benítez nos analizaba al rival hasta en Juveniles”

—¿En qué momento conoció a Benítez?

—Nada más llegar al Madrid, con 15 años recién cumplidos. Mi primer entrenador en la casa fue él en el Juvenil de primer año. Pasé de trabajar en Córdoba, un nivel no muy profesional, a una dimensión completamente diferente con el Madrid y con el propio Benítez. Luego le tuve también en el Castilla, en Segunda División.

—Cuando usted empezó a trabajar con él, Benítez tenía sólo 28 años. ¿Le chocaba tener un entrenador tan joven?

—En aquel momento era muy estudioso. Lo sigue siendo. Era un avanzado para la época. Trabajábamos cosas que no eran habituales en casi ningún equipo juvenil. Manejaba mucha información de los rivales, cosa que era sorprendente. Aprendíamos trabajo en zona, movimientos y basculaciones. Estaba influenciado profundamente por Sacchi, el técnico más vanguardista en ese momento, y Rafa valoraba muchísimo lo que veía en aquel Milán.

—¿Era un técnico didáctico?

—Nos lo intentaba poner lo más sencillo posible. Ya se apoyaba en el ordenador, algo completamente novedoso, nos enseñaba movimientos en vídeo. Era un adelantado. Lo que se estilaba por entonces era apelar a la calidad del jugador, los partidos eran muy abiertos, y él intentó modelar a sus equipos, trabajarlos a fondo y moverse por el campo por donde había que hacerlo. El equipo era uno, se movía al unísono. Los equipos de Rafa tienen un estilo definido.

—Rafa Benítez había sido mediocentro. Su misma posición. ¿Estaba más encima de usted por eso?

—No, tampoco era eso (risas). Estaba muy pendiente del futbolista en el sentido de estar aportándole continuamente información. Salíamos con la lección aprendida. Desde que empezó, se volcó en estudiar y analizar al detalle al rival y eso lo notábamos. Hace mejores a sus jugadores.

—Volviendo al Extremadura. Benítez puso Almendralejo patas arriba…

—Era otro mundo (risas). Almendralejo era un pueblo pequeño y no tenía la cultura de profesionalización deportiva que había en otros clubes de Primera y Segunda del momento. Todo cambió con Rafa. Impulsó la creación de una ciudad deportiva, construyó un gimnasio… Luego, en el trabajo, manejaba conceptos avanzados. Te medía el cansancio, las pulsaciones, con qué carga trabajabas… Tanto se notó que acabamos segundos y ascendimos a Primera. Al año siguiente no hicimos un mal papel, pero bajamos en la promoción.

—Les echaba la bronca si les cazaba comiendo chicle…

—Es cierto. Bueno, ¡cada uno tiene sus manías! (risas). De lo que sí era un poco maniático era de la alimentación. Algo que hoy vemos normal, que el jugador mida lo que come y esté fino, con poca grasa, por entonces, hace veinte años, era muy novedoso. Y él lo implantó. Manejaba el ácido láctico, por ejemplo, que algunos ni sabían lo que era. Antes se comía lo que te daba la gana. Los desayunos los miraba mucho, estaba vetada totalmente la bollería. Hoy todos lo hacen, pero entonces podía parecer excentricidad.

—En el Madrid está la BBC, Casillas, Ramos… Una de las críticas que recibe Benítez es que mantiene una relación distante con sus jugadores.

—Puedo hablar por mí. Tuve una buena relación con él, en el Extremadura era muy buena, quizás porque ya nos conocíamos del Madrid. Que el entrenador esté más cercano al futbolista no significa que sea mejor técnico.