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EL LADO MÁS HUMANO DE LA CONCERBERA

Ainhoa: de dependienta a guardameta en el Mundial

Ainhoa Tirapu trabaja en una tienda de deportes y es la portera española. La portera española es licenciada en Química y espera poder dedicarse a ello en un futuro.

Actualizado a
Ainhoa Tirapu es titular indiscutible en la meta de España y compagina el fútbol con su trabajo en una tienda de deportes.
Bárbara Quesada

Señora Tirapu acuda a la sección de deportes, por favor”, es una de las frases que más escucha Ainhoa Tirapu en su día a día: y es que ella trabaja en sus horas libres en una tienda de deportes. La pamplonesa, de 30 años, es la portera del Athletic e indiscutible para Quereda. Pero esto no le sirve para poder vivir plenamente del fútbol. Ainhoa es una de las 23 internacionales que está #SoñandoEnGrande en Canadá.

La guardameta empezó jugando por las calles de su barrio junto a sus amigos. “Siempre me he sentido muy identificada con el fútbol. Jugaba en la calle, en el colegio, cualquier sitio servía”, recuerda con nostalgia. Con el paso de los años ha comprendido que a la hora de hablar de fútbol femenino hay que cambiar de mentalidad respecto al masculino. Obstáculos es lo que se encuentran las mujeres que se quieren dedicar a este deporte.

Por ello, Ainhoa no quiso descuidar sus estudios y se licenció en Química para especializarse más tarde en Toxicología y Contaminación ambiental. “Empecé el doctorado, pero es imposible debido a todos los viajes y entrenamientos. No podría tener constancia, así que dejé el doctorado de lado”.

Pero no sólo ha logrado sacarse una carrera universitaria, además, desde hace un año es pluriempleada. Por las mañanas trabaja en el Decathlon de Bilbao, mientras que por las tardes acude a los entrenamientos con el Athletic, dos trabajos que compagina a la perfección gracias a las facilidades que le da su empresa. “Estoy muy contenta en mi trabajo como dependienta, me dan muchas facilidades y nunca me ponen pegas cuando se trata del fútbol”. Ella está “encantada” con su puesta en la tienda de deportes y sus compañeros la definen como una chica bromista y un poco vergonzosa. “Le da vergüenza que la reconozcan en la tienda”, decía entre risas otra dependienta que acompaña a Ainhoa por las mañanas.

No le falta el apoyo de sus compañeros y familiares en el sueño que está cumpliendo en Canadá, pero cuando acabe su permiso de 15 días, Ainhoa volverá a colocarse tras el mostrador. La portera espera poder dedicarse a lo que más de apasiona después del fútbol, la Química. Seguro que lo conseguirá. Es una luchadora.