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LA INTRAHISTORIA

Una inyección de optimismo para el aficionado del Barcelona

25 años del Fórum Samitier, celebrado ayer, con una perspectiva totalmente distinta de la de hace años: En 1990 era un pecado mortal para el Barça ir confiado a una final europea.

Actualizado a
Campeones. Los ponentes, junto a Llauradó.
Rodolfo Molina

Hace 25 años nació el Fórum Samitier, modélica plataforma de debate del barcelonismo impulsada y pagada por Jaume Llauradó. Eran tiempos duros, muy duros, de travesía del desierto para un Barça que de la mano de Cruyff empezaba a apuntar lo que podría ser. En esa época, en los debates se empezaba hablando de las batallitas del abuelo, que siempre eran en tiempos mejores, y se acababa formando una ala de oposición para asaltar el palco de Núñez, que era un búnker.

Un cuarto de siglo después, la historia ha cambiado por completo. El Barcelona ha vivido los mejores 25 años de su vida a base de instaurar un estilo de juego que impuso Cruyff y que siguieron los que vinieron después. Hubo sus momentos buenos y los menos buenos, pero en todo caso hubiese sido impensable que en sus inicios el Fórum Samitier viviera una jornada como la que vivió ayer. Ni en los sueños más húmedos de Llauradó, un culé esencialmente optimista (tanto, que se presentó un par de veces a la presidencia) podía imaginarse que antes de una final de Champions, el título del debate fuera “A per la Cinquena” (a por la quinta).

Primero porque en 1990 nadie podía imaginar que el Barcelona ya hubiera ganado cuatro finales y segundo porque esto del optimismo antes de las finales era un anatema para los culés. A las finales se iba a perder. Como explicaba Cruyff (uno de los ponentes junto a Alexanko, Edmilson y Abidal) ayer en El Periódico: “Desde Wembley ya no hay tanto miedo a perder. Núñez me decía ‘ostras, ¿por qué jugamos otra final si las perdemos?’ Y yo decía: ‘Hostia, pues para ganarla’”.