El Valencia vence al Eibar y se afianza en la cuarta plaza

Valencia se asoma a la próxima Champions. Al menos a su fase previa de agosto. La tiene cerca. A seis puntos en concreto porque tiene el ‘goalaverage’ con el Sevilla a favor. Y quedan nueve por disputar. Los de Nuno tenían que ganar y no fallaron. Ahora podrán viajar al Bernabéu el próximo sábado sin miedos a las consecuencias y así, sin ansiedad en el cuerpo, los de Nuno son duros de pelar. La cosa difiere para el Eibar, que se queda a uno del descenso.

El Valencia venció por Otamendi y dos zapatazos de Parejo. Lo hizo sin brillo, con un fútbol espeso, soporífero como la temperatura ambiente, con la grada de Mestalla por momentos inquieta por lo que veía, sin la intensidad de otras ocasiones... pero al menos tuvo eficacia. Y a Otamendi, un central que es de Champions, sobre el que cimentó Rufete el proyecto blanquinegro y que con su testarazo tras buen centro de Gayà abrió el marcador.

Con ese gol el Valencia se dejó llevar. Si hasta ese instante al menos había hecho suya la pelota porque también así lo había querido el Eibar, con el marcador a favor, el encuentro deambuló como un barco sin timón. No fue la tarde André Gomes ni de Feghouli y con solo los destellos de De Paul no era suficiente para hallar el islote que era Alcácer.

El Eibar, una vez tuvo que salir de la cueva, tampoco pisaba área con fluidez. Aún así, Boateng tuvo a balón parado, en concreto tras un córner, la ocasión de empatar. Pero remató con los ojos cerrados y, aún estando a un metro de la portería y con Alves por detrás de él, cuando los abrió vio que la había mandado a la grada.

Y cuando Mestalla más se impacientaba y el Eibar más arrinconaba a los suyos, apareció Parejo. Primero con un disparo que repelió y envenenó Borja y después con un saque magistral de falta que entre Irureta y el palo dejaron mansamente a los pies de Alcácer. El gol de Arruabarrena solo sirvió para dejar el récord de imbatibilidad en Mestalla en 677’.