Todo un Rayo de esperanza

Amanece el domingo con un Rayo de esperanza, de sol, el que vislumbran pericos y vallecanos en caso de ganar este mediodía. No es una final, salvo en que solo les vale una victoria si quieren seguir aspirando a esa séptima plaza que debería dar acceso a Europa. Tras el empate ayer del Athletic en el Calderón, y a la espera de lo que haga esta noche el Málaga ante el Elche, ese objetivo se sitúa en los 48 puntos. A tres, solo tres, está el Espanyol, que en ese virtual empate no acabaría séptimo porque tiene el ‘goal average’ perdido con los vascos. Y a seis arranca el Rayo, que si algo no pierde es la fe.

Concede descanso Paco Jémez a Kakuta, que lo había jugado todo, lo que supone toda una declaración de intenciones sobre el equipo, que presentará bastantes novedades —como, presumiblemente, Miku—. Tanto el entrenador como Morcillo, de hecho, podrán estar en Cornellà pese a haber sido expulsados ante el Valencia, debido a que Competición se tomó al pie de la letra el Día del Trabajo.

Eso sí, la ausencia del francés deja al Rayo (que sigue sufriendo la lesión de Leo Baptistao) con un solo goleador, Alberto Bueno, aunque sus 16 tantos en esta Liga valen como para jugársela así. Ahí radica la diferencia respecto a un Espanyol que se presenta con toda su artillería a punto: Stuani (apagado últimamente pero especialista en marcarle al Rayo), Caicedo y especialmente Sergio García.

El capitán perico no solo viene de materializar una obra de arte en Granada y de igualar su mejor marca en Primera (12 goles), sino que en estas dos temporadas últimas ha anotado cinco tantos ante los vallecanos. Menos rotaciones que Paco, aunque sí algún cambio, hará a buen seguro Sergio González, quien cuenta con el feliz regreso de Moreno tras cumplir sanción, en el reencuentro de los pericos con el Power8 Stadium tras el insípido derbi. Ocho días después, la frustración se ha tornado ilusión.