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GONZALO GARCÍA PELAYO

“Apostaría por el Real Madrid para ganar en la Champions”

Gonzalo García-Pelayo ha producido música, dirigido películas y además nos cuenta en Casa Juan cómo ha desbancado ruletas por todo el mundo. Dice que la vida es un juego.
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“Apostaría por el Real Madrid para ganar en la Champions”

—¿De qué equipo es?

—Cada año de uno distinto.

—Oiga, no puede ser.

—Sí hombre, yo se lo explico. Soy un niño que tiene un primo mayor que es del Barça y le imito. De mayor como vivo en Sevilla me hago socio del Sevilla. Luego me gusta el Betis porque representa la esencia de Andalucía. Vivo la época gloriosa de Cardeñosa, Gordillo, Calderón. Luego me decepciona el presidente, me quedo libre y me hago de la Real Sociedad, que es el equipo que entonces juega de maravilla, con López Ufarte y Satrústegui. También fui del Cádiz, del Recre y vuelvo a ser del Barça en la época de Guardiola. Cuando el Barça empieza a salir con la senyera me molesta y coincide con el resurgir del Atlético de Simeone hasta la final de Lisboa.

—¿Y este año?

—Este año del Madrid. Muy fiel y del Madrid. Solamente anotar que del equipo que soy no es el que gana la Liga.

—Es un concepto absurdo y de alguna manera antinatural.

—Digamos que soy un aficionado al fútbol influenciado por Godard y por Picasso.

—¿Cuánto considera que hay de azar en el fútbol?

—Mucho. Me hace gracia cuando los entrenadores no quieren disculparse por la mala suerte. Porque de inmediato los medios de comunicación les critican. Pero en el fútbol la suerte es determinante y el entrenador tiene derecho a decirlo.

—¿Pero qué es la suerte?

—Es la desviación de la expectativa. Tú tiras cien veces una moneda perfecta. Esperas que salga el cincuenta por ciento cara y el cincuenta cruz. Eso sólo pasa el cinco por ciento de las veces. El 95 por ciento restante está influido el resultado por la suerte. Y sale el 52 y el 48 o el 55 y 45. Ahí está la suerte. El Madrid por ejemplo en el Camp Nou no tuvo suerte y nadie se atrevió a decirlo.

—¿Se pierde por mala suerte?

—Un equipo de fútbol puede perder una eliminatoria por suerte, pero no puede perder una liga porque al final se equilibra. El Madrid tuvo suerte ganando en Córdoba y tuvo mala suerte perdiendo en el Camp Nou. Al final más o menos la estadística se equilibra. Siempre hay situaciones imprevisibles que es lo que le da un plus de interés al fútbol.

—Ustedes apostaban a la imperfección de la ruleta. ¿Se podría hacer con el fútbol?

—Hay estudios de porcentajes de cuántas veces se mete un penalti o de cuántos córners hay que sacar para meter un gol. Si se mete uno de cada seis, cuando se consiguen más es porque tienen suerte y menos, mala suerte. Desviación de la expectativa. Que hay un factor suerte es evidente.

—Un buen jugador de póquer, ¿es un tipo que tiene suerte?

—No. Tiene que ser capaz de ganar con la suerte media. Cuando gana tiene que hacerlo con su destreza. Cuando juego a la ruleta no pido tener suerte, pido ganar el porcentaje que yo creo que tengo de ventaja. Lo tengo medido. Evidentemente no rechazo tener suerte y tener más beneficios. Lo que pido es no tener mala suerte, que también la puedo tener.

—¿Y con la quiniela?

—Con la quiniela yo calculo coger una de catorce cada diez jornadas. Lo que no quiero es estar treinta semanas sin cogerla. Pero si hay un equilibrio entre la buena y la mala suerte mi cálculo es ganador.

—Pero no arrasan igual que con la ruleta.

—Porque con la quiniela tenemos cuarenta oportunidades al año y con la ruleta teníamos doscientas bolas todas las noches. Y por eso además de las quinielas nos dedicamos a los caballos, porque hay veinte carreras diarias.

—¿Están perdiendo pasta con la quiniela?

—De momento sí, la mitad de lo invertido. La quiniela es absolutamente rentable, pero en un plazo de cinco años. Mientras los caballos son rentables al trimestre. La ruleta era rentable a la semana. Eso son cosas que se calculan.

—¿Apuestan también durante los partidos?

—Jugamos mucho on line.

—Pero ahí no hay un estudio previo.

—Sí, hay un estudio de mercado. Como en la bolsa. Estudiamos cómo reacciona la gente cuando van 0-0 y quedan diez minutos. Creemos que el mercado tiene tendencia. Y jugamos a favor de una cosa o en contra en función de lo que hemos estudiado. Hay que dar con la probabilidad correcta de que ocurran las cosas.

—¿Cómo se forma para ser un jugador?

—Me formé con el ajedrez. Es importante el sentido de la posición. Hay que pensar más en el otro que en uno mismo y eso te lo da el ajedrez. El gran jugador observa y piensa más en el otro, cosa que el mal jugador es imposible que haga.

—¿Qué características tiene que tener un gran jugador de póquer?

—Tiene que ser una mezcla de jugador de ajedrez y boxeador.

—¿Cómo?

—El boxeador está siempre pendiente del rival, del golpe que va a efectuar. Igual que el ajedrecista. Un boxeador además es frío, no llora ni se queja como hacen los futbolistas. Un buen jugador de póquer tiene que ser extremadamente frío. Di clases a Mortensen y acabó ganando el campeonato mundial en Las Vegas. El primer día que perdió se echó a llorar y le dije: ‘Es la última vez’. Se aprende perdiendo, como en la vida.

—¿Dónde localizó a Mortensen?

—Jugando al ajedrez. Era un gran jugador y le invité a jugar al póker. Enseguida me di cuenta de que tenía unas condiciones innatas. Es un tío capaz de tirarse un farol de un millón de euros sin mover un músculo.

—¿Y ese dominio de sí mismo se aprende?

—Se puede aprender. Jugando y aceptando situaciones de enorme tensión. Sin embargo también hay que tener cualidades innatas. Yo, por ejemplo, soy un buen maestro de póquer pero no puedo aguantar tanta tensión. Ya me ha dado un infarto y si tuviera que jugarme un farol de esas características no creo que el corazón me lo permitiera. A mi hijo Óscar le he educado como un jugador. Hoy en día se gana la vida muy bien con el póquer. Y también ha sido boxeador y llegó a disputar el campeonato de España.

—¿Y qué más le enseña a un jugador?

—Que nunca hay que jugar con un dinero que te sea imprescindible. Es decir, no te puedes jugar la hipoteca de tu casa. Porque eso se acaba notando y seguro que la pierdes. Tienes que jugar con un dinero que sepas que puedes perder porque si no jugarás mal. Te tiene que gustar y debes saber separar el juego de tu vida personal.

—¿El buen jugador tiene que tener el sello de un torero?

—Tiene que tener valor y ciertas dosis de agresividad bien entendida. Por ejemplo, los toreros también tienen que tener valor y cierta agresividad porque en definitiva al final tienen que comerse al toro, pisar su terreno, demostrar quién manda. Hay que tener agresividad en la vida, aunque hay cierto desprestigio porque vivimos en una sociedad cada vez más feminizada. Ya que estamos hablando de fútbol les diré que alabo la agresividad que tiene el Atlético de Simeone. Creo que sabe darle al equipo la agresividad correcta. En la vida y en el juego hay que tenerla. El juego es una metáfora de la vida.

—¿Cómo define el juego del fútbol?

—La reunión de cazadores que salen a cazar juntos porque saben que se cobra mejor la pieza en grupo que solos.

—¿Qué jugadores le han gustado más?

—Siempre los más inteligentes. El jugador más inteligente que he visto fue Cardeñosa. Otros que me han impresionado Laudrup y Zidane. Hay jugadores que tienen una gran inteligencia en el campo, como Maradona o Messi. Es innata.

—¿En qué momento se da cuenta de que se puede ganar la vida con el juego?

—En el 88 empiezo a pensar que la ruleta puede tener defectos. ¿Por qué los 37 casilleros van a tener la misma probabilidad? Vi que había algunos números que salían más y era por defecto de las mesas. Lo único que hicimos fue aprovecharnos de aquellos defectos. Eso sí después de hacer un estudio muy intenso. Y así por ejemplo apostaba a 20 números y con un pleno me daban 36. Así, poco a poco doblaba la ventaja del casino.

—¿Tuvieron también suerte?

—Sólo necesitábamos la probabilidad media nuestra. Habíamos estudiado, sabíamos que teníamos una ventaja y queríamos que esa ventaja se convirtiese en dinero. No necesitábamos suerte. Si llegaba, mejor. Y si llegaba mala también. Al final tiene que haber un equilibrio.

—¿Y por qué tuvieron tantos problemas?

—Porque cada uno se defiende como puede. De todas formas el Tribunal Supremo ya puso a los casinos españoles en su sitio. Fuera de España estamos vetados en muchos casinos porque no quisimos litigar.

—¿Lo disfrutó mucho?

—Mucho. Ir por el mundo con mi familia, mis hijos, era maravilloso. Y cuando hicieron la película fue para mí un sueño.

—Precisamente su gran pasión es el cine.

—He querido ser director de cine siempre. Acabo de terminar mi novena película. Y estoy preparando un par de películas más. Es mi centro personal de vida junto al juego.

—¿Sus temas preferidos?

—Andalucía, el sexo y el amor. Un rotulo en Le Monde hablaba de mí y decía: ‘El cineasta del sexo y de la religión’. Estoy teniendo aceptación con mis películas. Es casi casual. Vivir en Sevilla empieza a ser conocida después del apoyo de un crítico. Y los festivales empiezan a llamarme.

—Vamos terminando. ¿Cuál es el equipo más fiable?

—Quizá el Barça es más.

—La apuesta de la Liga.

—El Barça tiene un 55 por ciento y el Madrid un 45. Creo que Ancelotti también lo piensa.

—¿Y en la Champions?

—Ahí creo que el Madrid tiene más posibilidades. Ahora mismo apostaría por él. Pero estos porcentajes son de ahora. Variarán el día de la final.

—En una final Madrid-Barça ¿por quién apostaría?

—Por el que me fueran a dar más dinero. Soy jugador, no se olvide.