NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

NELIO LUCAS

"La desigualdad entre clubes hace necesarios a los fondos"

Hoy entra en vigor la normativa de la FIFA que prohíbe a los clubes trabajar con fondos de inversión. Nelio Lucas es consejero delegado de Doyen, uno de los principales operadores. “No vamos a permitir esta medida”, avisa.

Actualizado a
Nelio Lucas.
Felipe Sevillano

Empecemos por lo esencial. ¿Qué es Doyen Sports?

—Es una agencia deportiva internacional. Tiene únicamente cuatro años, pero una gran implantación. Alcanza un volumen de negocio superior a 150 millones de euros. Nuestro modelo se basa en dos actividades. Por un lado, somos una fuente alternativa de financiación para los clubes. Les damos un capital que no tienen para competir. La otra parte es una agencia de marketing, publicidad...

—¿Cuánta gente trabaja?

—Directamente empleadas, unas treinta personas.

—¿Con cuántos clubes operan ustedes?

—Muchos. Aquí en España trabajamos con Atlético y Sevilla y, en su momento, con Valencia, Granada, Sporting… Al Madrid le dimos un servicio de consultoría.

—¿De dónde viene el dinero de las inversiones? Les acusan de que es ilícito…

—Esas acusaciones son una estrategia política de los que están en contra de los fondos. La realidad es que eso no puede pasar. Para hacer una operación tienes el control de los bancos. Doyen también. Tenemos certificado de antiblanqueo de capitales emitido cada seis meses, somos auditados por un entidad internacional de referencia... Ese dinero está limpio.

—¿Puede asegurar que no procede de paraísos fiscales?

—Por supuesto. El dinero de Doyen viene de la actividad de Doyen Group, una multinacional con gran diversificación de negocios (minería, energía...). Su dinero está bajo la supervisión de reguladores internacionales. No puede ser ilícito.

—¿Cree que a los fondos les falta transparencia?

—Tenemos página de Internet, comunicamos las operaciones, hacemos que los clubes informen de ellas a las autoridades correspondientes... Somos completamente transparentes.

—¿Siempre lo han sido?

—Cuando yo asumí el mando de Doyen, mi primera medida fue la divulgación de nuestras actividades. Es cierto que no se conoce a la mayoría de los otros fondos. Nosotros intentamos cambiar eso.

—¿Por eso patrocinaron equipos como Sporting o Atlético?

—Sí. Fue un mensaje de transparencia: “Existimos”.

—Los fondos de inversión vienen trabajando con dos modelos: TPO (third party ownership) y TPI (third party investment). ¿Qué diferencias hay?

—El TPO es un modelo de copropiedad y el TPI, por el que hemos optado nosotros, no es más que una forma de financiación para los clubes, pero no otorga ningún derecho de propiedad sobre los futbolistas.

—¿Cómo son las operaciones que realizan?

—Nos viene el Atlético, por ejemplo, y nos dice que quiere comprar a un jugador. Hacemos una valorización del futbolista y con el club decidimos que dinero se puede invertir en él para acabar facilitándole el capital que necesita.

—¿Es como un banco?

—Sí. Tenemos hasta un departamento de riesgo de crédito. Doyen opera dentro de un banco pero con una disciplina distinta. Aceptamos garantías que ellos no valoran porque no entienden el negocio.

—¿Qué garantías exigen para que no haya incumplimientos?

—En el momento de la operación establecemos una garantía para que el club no tenga una deuda que no pueda sufragar. Si nos tienen que pagar dentro de tres años, vemos qué tienen (televisión, patrocinadores…) para cobrar en plazo y que no haya impago.

—Expuesta su forma de trabajo, ¿por qué cree que la FIFA ha prohibido los fondos?

—Podría ser una conspiración, pero yo me inclinó más por el hecho de que la gente que dirige FIFA y UEFA no ha evolucionado. El fútbol es un negocio. Hay que adaptarse a esa realidad que ha generado una desigualdad económica entre los clubes. Eso hace necesario la actuación de los fondos y por eso las Ligas (España y Portugal) y los clubes trabajan para que siga siendo así. La decisión de FIFA es ilegal.

—¿Por qué?

—No se puede determinar algo y hacerlo como ley deportiva y que ésta sea de mayor rango que las propias leyes de cada país y de la UE. La prohibición de FIFA viola los derechos comunitarios: la libre circulación de personas, servicios y capitales, el derecho de competencia… No lo vamos a permitir y seguramente la UE tampoco.

—Ya han presentado denuncias ante los tribunales franceses y belgas y la Comisión Europea. ¿Cuál es su estrategia?

—Hay una primera fase en la que solicitamos medidas cautelares para que se suspenda temporalmente la prohibición y pretendemos también que haya una discusión de fondo sobre el tema. La prohibición no es la solución porque retira a los clubes un instrumento fundamental para competir. Estamos a favor de una regulación. Tenemos los mejores asesores fiscales y legales para plantear esta batalla (Doyen está representada por el letrado Jean-Louis Dupont, conocido por el Caso Bosman y en pleno proceso contra la UEFA por el Fair Play Financiero).

—¿Harán hincapié en la diferencia entre el derecho federativo y el derecho económico?

—Así es. El derecho federativo no es más que la licencia que habilita al jugador para poder disputar una competición. Cuando está registrado en un equipo y se traspasa a otro hay una especulación económica. Tiene un valor que es lo que paga el otro club por disponer de un futbolista. Ese valor es el derecho económico. Ya hay jurisprudencia del TAS sobre este tema y no se puede anular.

—¿Qué sentencia el TAS?

—El derecho federativo sólo puede estar registrado en un equipo y el derecho económico puede estar repartido.

—La FIFA advierte de tres efectos negativos que generan los fondos. La primera acusación es que afectan a la independencia de clubes y jugadores…

—Si la gente viera los contratos que hacemos ante notario, bajo escritura pública, que se pueden mirar, comprobarán que el club tiene total independencia en las decisiones. ¿Y los futbolistas? Para Doyen el jugador no existe en el contrato, pero le reservamos la última palabra.

—El Sporting de Lisboa les acusó de querer influir en la venta de Marcos Rojo.

—Mentira. El caso está en el TAS y hay que respetar el proceso judicial. El Sporting no para de hablar, pero Doyen no lo hará. Las pruebas que presentaremos nos darán la razón.

—La FIFA también dice que los fondos pueden provocar casos de amaños de partidos…

—Cumplimos todos los códigos éticos. Casi siempre el club opta, para bajar los intereses, compartir con nosotros alguna plusvalía futura por la venta del futbolista. El interés compartido es que éste se revalorice. No podemos decir al jugador: “Patea para tu propia portería”. Si hiciéramos eso, que habría que decir de los agentes que tienen cinco jugadores en un equipo y otros cinco en otro…

—Por último, afirma que crean dependencia en los clubes.

—Ningún equipo tiene dependencia de Doyen porque sólo dejamos el dinero que pueden pagar. Ese capital extra es fundamental para los equipos. Como afirmó Miguel Ángel Gil Marín, el Atlético ha llegado donde ha llegado por el apoyo de los fondos. Ahora no tiene tanta necesidad de utilizarlos. Les dimos condiciones para que naveguen solos. Por eso a mí me gusta llamarle a estos clubes “los equipos TPO/TPI”. Son positivos para el fútbol.

—¿Qué consecuencias va a tener la prohibición?

—Primero va a aumentar el mercado paralelo, porque esto siempre existirá. Ya hay alternativas peligrosas…

—¿Cuáles?

—Hay fondos que están comprando equipos. Doyen se ha autoprohibido eso, aunque sería fácil para nosotros.

—¿Y la otra consecuencia?

—La restricción de la competitividad. Si los clubes no pueden acceder a esta financiación, lo que va a suceder es que va a haber una liga suprema (Premier League) y el resto quedarán orilladas. Sólo clubes como Madrid o Barça aguantarán.

—A lo mejor a los grandes clubes no les interesa la existencia de los fondos…

—Puede ser, pero se tiene que dejar la posibilidad de acceso a quien quiera disponer de ellos. El Atleti quizá esté ocupando el lugar de algún equipo inglés...

—¿Presionó la Premier para su prohibición?

—No lo sé. Lo que sí sé es que es la beneficiada.

—Calificó el estudio de CIES (un centro creado por FIFA) sobre los fondos como informe espía. ¿Por qué?

—Doyen fue de los pocos fondos que participó en el estudio. Me acuerdo de la persona que vino a recabar los datos. “Más transparente no puede ser”, dijo. La ley de FIFA se mete de lleno con la forma en la que trabajamos. Por eso lo llamé informe espía. Fueron a ver cómo hacíamos las cosas para bloquearlas. Y encima denigran el propio estudio que abogaba por la regulación.

—¿Qué regulación proponen?

—Ya hemos entregado un borrador a la UE. La mejor medida sería crear un órgano regulador. Los operadores deberían registrarse en esa entidad, tener una licencia y que se definan los modelos de contratos. Otras serían que no sea una copropiedad y sí un modelo de inversión; que el jugador no sea parte del contrato; que no se invierta en menores de edad; que se fije un límite máximo de futbolistas por equipo... Hay muchas.

—¿Quién debe formar esa entidad reguladora?

—La FIFA. No hay duda.

—¿Han hecho desde enero alguna operación de financiación con los clubes?

—No, aunque nos lo han pedido varios equipos. La FIFA se contradice. Primero estipuló que los contratos a partir del 1 enero sólo podían tener una duración de un año. Su resolución influía en la independencia de los clubes... Ahora dice que el contrato debe cerrarse con la venta del jugador, sin plazos. Vamos a esperar para actuar. Sólo si un club tiene algún problema de tesorería le ayudaremos.

—Si los tribunales no levantaran la prohibición, ¿qué pasaría con Doyen?

—Seguiríamos con la representación, publicidad, marketing… Ahora, nos gustaría continuar con el modelo de coinversión, de probado funcionamiento y que ha dado mucho al fútbol.