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EIBAR 1 - SEVILLA 3

La ley de Bacca y Reyes

El colombiano resolvió el partido con dos goles en un cuarto de hora. Piovaccari dio esperanzas al Eibar pero el utrerano sentenció. Otra vez cuarto el Sevilla.

Actualizado a
La ley de Bacca y Reyes
AStv

Con titulares o con suplentes, en el norte o en el sur, el juramento del Sevilla para alcanzar la Champions parece a sangre y fuego, irrenunciable. En Eibar, y pese a las urgencias de un rival apurado y que empieza a sentir de verdad los tambores del amenazante descenso, hizo un trabajo profesional y, empujado por la potencia de Bacca y la seda de Reyes, recuperó la cuarta plaza provisionalmente y presionó al Valencia antes de su visita a Vallecas.

Bacca, 24 goles oficiales esta temporada, tardó un cuarto de hora en darle el salvoconducto al Sevilla para que dosificase esfuerzos con vistas al Madrid. El colombiano, con los minutos cronometrados por Emery, que le había dejado en el banquillo las dos últimas jornadas de Liga, entró al partido como un búfalo. Primero aprovechó con frialdad una asistencia de Reyes trazada con escuadra y cartabón. Luego estuvo oportunista en un balón suelto en el área (nervioso Irureta), tradicional en Ipurua. El 0-2 dejó boquiabierto al Eibar, que pensó que tal vez el Sevilla llegaría pensando en otra cosa. El mensaje de Emery, advirtiendo que no había mañana antes de Ipurua, llegó como esperaba.

Algo debió decir Garitano en el vestuario al descanso pero al menos el Eibar demostró amor propio en el arranque del segundo tiempo. Un arrebato de coraje de Piovaccari dio esperanzas a los armeros. Fue el único error de Reyes, que concedió un córner ante los reproches de Kolo e Iborra. El de Utrera se desquitó pronto, en un contragolpe maestro de Bacca, que asistió a Reyes en su partido 300 en Primera. Cion el 1-3 el Eibar plegó velas y Emery se guardó a sus tesoros para el sábado. Entonces le esperará el partido de la verdad, la penúltima frontera a la Champions.