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Café, Copa y Fútbol | Kiko Veneno

“Messi logra que a los defensas les dé vergüenza darle patadas”

Kiko Veneno entiende que tanto en el fútbol como en la vida hay que dejar espacio al arte y a la improvisación. Dice que perder no es una gran desgracia.

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“Messi logra que a los defensas les dé vergüenza darle patadas”

¿Sufre mucho con el fútbol?

—No para nada, eso son palabras mayores. Me preocupo, padezco un poquito. Esta última vez que bajó el Betis, fue un drama. Niños llorando por las calles. Me parece mal. Es un ejemplo de sentimentalismo que no conduce a ningún lado. Hay que llorar por cosas más serias.

—El fútbol es una cosa muy seria

—Me parece que demasiado. Los padres tienen que decir al niño: “No llores que ya subiremos”. En el mundo hay demasiadas cosas por las que llorar como para hacerlo por el fútbol.

—¿Hay equipos que nunca deberían bajar de categoría?

—Si lo dice por mi Betis, le diré que es un equipo especial. A un equipo que ha ganado Ligas en Primera, Segunda y Tercera hay que tenerle una consideración especial. Pero en Sevilla no es bueno que baje uno de los dos equipos porque en la ciudad tiene que haber lugar para el pique, la ironía, el meterse con los familiares. Eso da vidilla. Cuando el Betis está en Segunda no es lo mismo.

—¿Cuál es la principal diferencia entre el Betis y el Sevilla?

—Hay una diferencia de actitud ante la vida. El Sevilla es más dramático, más intenso. El Betis más indolente, se toma las cosas de otra manera. La diferencia se produce ya en el origen. El Betis se escinde del Sevilla, que era un equipo de la clase bien, porque empieza a destacar un chaval de barrio, que no es de los señoritos y eso crea polémica. Algunos empiezan a decir que no se le debía dejar jugar allí. Se monta el lío y ahí se desgaja el Betis. Después de la Guerra, el equipo baja a Tercera y empieza a ser perseguido porque Franco se hace muy amigo de Sánchez Pizjuán y le regala todo el cemento que quiera para hacer su nuevo estadio. El Betis empieza a ser un equipo muy perjudicado por todos los estamentos. Y es precisamente en ese momento cuando el Betis se hace muy popular y se crea la leyenda del manque pierda. Es un equipo muy maltratado y lo condenan a estar quince o veinte años en Tercera División. Con ese cuento del maltrato se hizo Ruiz de Lopera presidente del Betis. Iba de salvador y lo que quería era quedarse con todo el dinero y hacer buenos negocios.

—¿Fue una época negra?

—No se crea. A la gente le encantó. Todo el mundo al principio estaba por él. Fue muy listo porque no puso un duro. Estaba el Betis que no tenía dinero pero él no puso un duro y se llevo a la gente de calle recordándole mucho esta historia y que al Betis había que buscarle su sitio en el mundo.

—¿Y Benito Villamarín?

—Ese fue un gallego divino que fue el que renovó el Betis e hizo un estadio moderno antes de la Democracia. Fue el presidente auténtico. Hombre de negocios pero muy buena persona, con mucho cariño y mucha dedicación que sembró todo lo positivo que tuvo el Betis de ahí en adelante.

—¿Le molesta el bipartidismo eterno entre el Madrid y el Barça?

—Es un sentir general que el bipartidismo está perjudicando al fútbol. Ahí reconozco que el Sevilla se ha manifestando más. Del Nido siempre ha defendido que el reparto de las televisiones es injusto y que se está haciendo una Liga que se devalúa, provocando que la gente pierda la afición porque no tiene aliciente si hay demasiada ventaja. Pero el fútbol está demasiado ligado a los engranajes del poder y no creo que podamos cambiar esto y llevarlo a un terreno más democrático. Habría que seguir el ejemplo del Athletic de Bilbao.

—¿Jugar sólo con gente de su Comunidad?

—Sería entonces mucho más interesante ver un Athletic- Betis. Más auténtico. Debería ficharse solamente a dos extranjeros como se hacía antes. Y el resto de la cantera. El fútbol de una ciudad tendría que reflejarse en sus jugadores.

—¿Cómo gestionaría Kiko Veneno el fútbol?

—Defendería que el fútbol fuera muy vinculado a las canteras, a los valores de la ciudad que representa. Y que no tuviera la excesiva dimensión que tiene actualmente, con el desparrame de partidos de viernes a lunes. Yo creo que eso empobrece mucho al país. Con un día de fútbol tenemos bastante. Y todos los partidos a la misma hora. Toda esa excesiva carga informativa va en detrimento de la convivencia, de la cultura y de muchas cosas. Otra cosa que lamento mucho es ir al fútbol y no poderme tomar una cerveza en el campo. Eso es intolerable y afecta a los derechos humanos. Además no me gusta que millonarios, jeques árabes y corporaciones industriales dominen los clubes que deberían ser exclusivamente de los socios.

—¿Cómo ve al Real Madrid?

—No me interesa lo que ofrece. La cantidad de dinero que tiene que invertir para ganar títulos es exagerado, aunque es cierto que luego lo recupera vendiendo estampitas. No me parece una cosa aconsejable. El Madrid es un gran coleccionista de barbies futbolísticos. Interesante es lo que hizo Guardiola en el Barça, lo demás es gastarse mucho dinero en los mejores jugadores y no le veo el interés. Además es un poco como si estuvieran pendiente de todos los equipos para quitarles las promesas de las categorías inferiores.

—¿Qué le parece Ancelotti?

—No puedo opinar. Me parece más contemporizador. No es fácil trabajar con los mejores jugadores del planeta. La obligación de ganar, de ser el número uno no es fácil. Me parece un buen entrenador. Pero el Madrid es el equipo del dinero y yo no estoy a favor del dinero. Eso es lo que está envenenando el mundo. El dinero lo compra todo y yo busco otra cosa, algo que tú no puedas comprar. Busco una humanidad más profunda, más real, más relacionada con la cultura y con la verdad de los valores del hombre, que no están vinculados al dinero que tengas ni a lo guapo que seas. A mí ese aspecto del fútbol me sobra un montón. Es una impostura.

—¿Le gusta que haya vuelto Pepe Mel al Betis?

—Sí me gusta. Es un tipo particular, escribe novelas, es buen psicólogo, transmite mucho. Serra Ferrer también me gustó, tenía mucho valor.

—¿El jugador más flamenco que ha visto?

—Sin duda Rafael Gordillo cuando se bajaba las medias. También son flamencos los jugadores de inspiración tipo Iniesta, Isco, Zidane, jugadores de arte como Messi. Cristiano es un jugador eléctrico y Messi es inspiración.

—¿Prefiere a Messi?

—Me parece una persona que no tiene conflictos con su manera de ser. Cristiano parece estar siempre enfadado. Lleva consigo un permanente malestar. A veces supongo que en su entorno le pedirán que sonría, que ponga una cara más amable. Pero le cuesta trabajo. Messi se dedica a mirar al suelo en busca de la pelota. Me gusta más esa personalidad un poco inocua. Es un genio del fútbol y hoy por hoy es el que manda. Ha conseguido algo que nadie ha logrado en el fútbol: que a los defensas les da vergüenza darle patadas, porque saben que estarían estropeando una figura legendaria. Es una persona que transmite otra cosa, no esa rebeldía que transmite Cristiano.

—¿Le falta al Betis un himno como el que hizo el Arrebato para el Sevilla?

—El Sevilla hizo ahí una buena gestión. Es una canción buenísima, fue un acierto, está muy bien compuesta.

—¿Haría Kiko Veneno el himno del Betis?

—Me gustaría, pero el himno del Betis es algo muy delicado. El Sevilla es más fácil porque es un equipo que lucha mucho, se cuida, son fuertes. La suerte está siempre de su lado, porque la buscan y meten más goles de rebote. En el Betis se hacen las cosas de otra manera. Es un equipo más señorito, aunque parezca mentira. Es la paradoja de la historia de este equipo. Es un equipo más indolente, más frágil. Mi forma de ser va un poco más con el Betis: hay que dejar que el destino juegue sus cartas también, no se puede ganar siempre por pesado. Hay que dejar un espacio al arte, a la improvisación y ahí el Betis tiene un sentido histórico. Los equipos tienen que transmitir sensaciones. El Sevilla tiene un sentido del esfuerzo pero el Betis tiene un sentido histórico. La primera Copa del Rey la gana el Betis y eso no es casual. Ignacio Sánchez Mejías fue presidente del Betis y eso no es casual. Es un equipo que desprende esos valores: vamos a hacer lo que podamos, pero sin cansarnos mucho. Porque perder tampoco es una de las grandes desgracias del mundo. Me gustaría más que un himno, hacer una canción que exprese el sentir del Betis. Tengo por ahí apuntadas algunas cosillas.

—¿Cuáles han sido sus músicos de referencia?

—Desde Hendrix, Bob Marley, los Beatles, todos. Y los españoles, Miguel Ríos, Serrat, los Brincos, Paco Ibáñez, y por supuesto los flamencos: Camarón, Paco de Lucía, Morente.

—Ha trabajado para Camarón y compuso canciones legendarias como ‘Volando voy’.

—Camarón fue extraordinario para mí. Fue sin duda una de las cosas más bonitas que he hecho. Le veneraba. La oportunidad de estar con él fue increíble. Para mí era una persona extraordinaria. Con un carisma muy personal, muy tranquilo, muy feliz, hablaba muy bajito. No tenía prisa y si un poderío muy grande. Era consciente del gran don que tenía.

—¿Le molestaba convertirse en un mito?

—Tuvo una vida conflictiva, luego además con sus problemas con las drogas y eso. Él era tan querido, tan admirado por lo que significaba en la cultura flamenca, gitana y española. Los gitanos venían con sus niños de toda Europa para que les tocara como si fuera un santo. Era un disparate. Es difícil llevar eso encima.

—¿El fútbol es arte?

—Eventualmente sí. Hay momentos en que los partidos se deciden por una genialidad, por el arte de los jugadores. Mira Messi. En casi todos los partidos hace algo que nunca le habías visto a hacer. A él le sale.