Atlético de Madrid
“Este es nuestro homenaje a la primera Liga del Atlético”
‘Los 50’ recuerdan la historia del Aviación en una exposición. Diverdidad de objetos: hay diarios, cromos, y algún menú que comieron los rojiblancos.
Los cimientos del Atlético están, desde ayer, en el madrileño barrio de Tetuán. En una exposición dedicada al Atlético Aviación en el Centro Cultural Eduardo Úrculo. Auspiciada por la Peña de Los 50, podrá visitarse, gratis, hasta el día 25. “Este es un buen mes para los rojiblancos; en abril se fundó el Atleti...”, así, con estas palabras, Luis Fuentes, su presidente, la inauguraba ante 60 personas, en el primer acto de un abril, el de 2015, en el que también recordarán los años del Athletic Tetuán en la Liga (día 16), la final de la Copa de Europa de balonmano (día 23) y la Intercontinental (día 25).
Pero ayer era el día del Aviación. Y de su historia, contada en 49 imágenes y cuatro trofeos. Desde su creación en Matacán (1937) y su fusión con el Athletic de Madrid (1939) al 1 de enero de 1947 que pasó a llamarse Atlético. “Es nuestra manera de conmemorar la primera Liga”, detalló Luis. Una Liga, la de 1940, que este año cumple su 75 aniversario y cuyo trofeo fue ayer el más fotografiado. “Pero no será lo que más sorprenda”. Lo avisa Borja Salazar, comisario de la exposición y quien la ha montado, junto a Javier Vega (documentalista) y Luis M. Martínez (diseñador): “¿Ves a ese Juan Vázquez? Jugó en el Aviación y es abuelo de Jesús Vázquez, el presentador”.
No es la única curiosidad. Es una delicia perderse en la historia del Atlético contada en esas paredes. Ver el Metropolitano lleno. Periódicos a una peseta. Entradas. Cromos de jugadores de entonces. Sus fichas. Y hasta el menú que se comieron los primeros rojiblancos campeones. Tenía cinco platos y muchos guiños: entremeses Campeón, tortilla Liga 1940, asado en salsa Athletica, patatas glaseadas Sevillanas, Ensalada Zamorana, frutas de Valencia y café Alicantino. “Los cuatro últimos, sus últimos rivales aquella Liga...”. Lo dice Borja, el mejor cicerone posible de una exposición que llegará al corazón de todos los rojiblancos que la vean.