Deportivo y Córdoba lo tienen muy claro: es ahora o nunca

Riazor se prepara para vivir esta noche un partido sin retorno a nueve jornadas del final. Se cruzan dos equipos en crisis y amenazados por el descenso, aunque en diferente grado. Los coruñeses marcan la frontera con la salvación y si el Córdoba pierde los tendrá a once puntos. Ganar sería al menos poder soñar con una remontada. No hacerlo, el adiós.

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Para el Depor, y sobre todo para Víctor Fernández, también es un todo o nada. Llevan siete jornadas sin ganar sumando sólo dos puntos, juegan en casa y ante el colista. Si no hay victoria, habrá cambio de entrenador en busca de una reacción final. El ultimátum puede poner nervioso a cualquiera, menos al técnico aragonés. Es el cuarto de la temporada y en los tres anteriores, victoria: Valencia, Elche y Athletic.

La depresión es mayor en los andaluces: once sin ganar, diez derrotas seguidas, su referente en ataque, Ghilas, en casa por falta de implicación y nunca han puntuado en Primera en Riazor. Claro que el drama de los gallegos tampoco está nada mal: afición divida y sus dos máximos realizadores (Lucas Pérez y Cavaleiro) fuera de escena por sanción.

Medunjanin. Con este panorama, volverán Cuenca y José Rodríguez a las bandas. La punta de ataque no está clara y por primera vez Toché tiene opciones de desbancar a Riera. Lopo volverá en defensa y Víctor incluso medita recuperar al desaparecido Medunjanin en lugar de Borges para agitar un poco más árbol.

José Antonio Romero, tras limpiarse a Ghilas por su absentismo laboral, se encomienda Florin, al criterio de Khrin y al talento de Bebé.

Tino siguió el entrenamiento

El Deportivo se ejercitó ayer a puerta cerrada en el estadio de Riazor y el entrenamiento tuvo un inesperado espectador de lujo: Tino Fernández. El presidente, acompañado del consejero Fernando Vidal, quiso arropar al equipo antes del decisivo choque de hoy. Aunque no hubo reunión en el vestuario, sí charló con varios jugadores para pedir compromiso y darles ánimos.