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LEGANÉS

El césped de Butarque, una nueva trampa para el Leganés

Los madrileños han pasado ser inexpugnábles en su campo a no ganar los tres últimos partidos que han jugado. El césped, el culpable.

Actualizado a
Banquillo del Leganés
FELIPE SEVILLANODIARIO AS

El Leganés se ha convertido en las últimas semanas en víctima de un curioso fenómeno. Si a principios de curso los pepineros hicieron de Butarque el lugar donde recolectaron la mayor parte de los puntos de la temporada (27 de 38 acumulados hasta la derrota contra el Alcorcón), ahora la tendencia ha cambiado. Suman tres duelos consecutivos sin vencer como locales con dos derrotas y un empate, amén de un solo tanto a favor y tres en contra ¿Casualidad? No. El maltrecho césped de su estadio parece ser el culpable.

La mayoría de los futbolistas de la plantilla blanquiazul coincide en señalar al verde (cada vez más parduzco) como una razón de peso por la que los resultados no acompañan en casa, pero sí fuera. Un vistazo a los últimos triunfos del Lega como forastero desvela que se lograron en estadios con un campo en perfectas condiciones. Mallorca, Santander o el propio Vilamarín son la mejor prueba de que el rendimiento, especialmente desde que comenzó el año, mejora sustancialmente sobre una superficie adecuada.

Porque este Leganés es distinto al del arranque de temporada. Fichajes como los de Erik Morán o Chuli hicieron que Garitano cambiase el sistema (del 4-2-3-1 al 4-3-3) y, lo más importante, la manera de jugar al fútbol. Del estilo directo de antaño se pasó a un fútbol de posesiones largas y dominio del balón que necesita de un buen terreno de juego para ser desarrollado en las mejores condiciones. Condiciones que, a día de hoy, no reúne ni de lejos la hierba de Butarque.

Esta sequísima y muy irregular. La pelota bota, salta en el desplazamiento y necesitas tres o cuatro toques para controlarla. Así es imposible. Claro, luego llegas a un césped como el del Villamarín y todo cambia. En terrenos así sí que podemos hacer nuestro fútbol”, comenta un peso pesado del vestuario en referencia al triunfo 1-3 ante el Real Betis.

En su feudo, el Lega se ve obligado a ‘traicionar’ este nuevo estilo para buscar el juego directo, ése en el que tan incómodo se sienten las incorporaciones madrileñas.

“En casa nos está costando más jugar, hacemos un juego más serio, sin tanto toque, porque es muy, muy difícil el poder tener continuidad, el balón va botando todo el tiempo. No salimos al campo con la idea de hinchar a Chuli con balones largos, pero hay veces que sucede así en determinadas fases del partido”, respondió el pasado sábado Jaime Pérez, segundo de Garitano, a las críticas por el exceso de balones profundos que recibe el delantero andaluz cuando el Lega compite como local.

El nuevo campo de entrenamiento de la llamada Instalación Deportiva Butarque, donde se han trasladado la mayor parte de los entrenamientos, es la única esperanza momentánea de mejorar el terreno de juego del estadio blanquiazul.