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Objetivo indiscreto

Pasarela culé después de ganar el Clásico del pasado domingo

La foto fue colgada por Alves en Instagram tras el partido contra el Madrid. El impacto de la imagen sacudió las redes sociales y consiguió que se dejara de hablar del Clásico

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Pasarela culé después de ganar el Clásico del pasado domingo
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La foto que observan (no se recomienda la exposición prolongada) fue colgada por Dani Alves en su cuenta de Instagram al término del partido contra el Real Madrid. En ella posan, todavía en el vestuario, cinco de los nueve sudamericanos del Barça: Messi, Adriano, Douglas (semioculto, como es costumbre), Alves, Neymar y Rafinha. Faltan Claudio Bravo, Mascherano y Luis Suárez, tipos sobrios.

El impacto de la imagen sacudió las redes sociales y consiguió lo imposible: que se dejara de hablar del Clásico. El Huffington Post hizo una recopilación de los mejores comentarios en Twitter. “Qué mal ha envejecido Parchís”. “RT si esta orquesta ha estado en tu pueblo”. “Quién quiere casarse con mi hijo”. Se habló de Messi como “el primo que no tiene amigos”, de Lionel “el seminarista”, de Leo en el internado. La gente, como saben, es cruel y despiadada.

De la quema sólo se salvó Rafinha, irreprochable en su traje negro. Dani Alves, disfrazado de osito de Tous, también pareció discreto si lo comparamos consigo mismo. Mayor controversia causó la chaqueta de cuero de Neymar (sentido homenaje a los comandantes de submarino letones) y el peculiar adorno que luce Adriano en el puño (quizá un brazalete de modista). En ambos casos se registraron más desprendimientos (de retina) que adhesiones sinceras.

Las ropas, aunque lo pueda parecer, no proceden de un mercadillo uzbeko ni del almacén de disfraces de Cornejo. Son prendas de alta costura que cuestan lo mismo que un piso en La Rambla.

No es tan raro que los futbolistas se vistan como marcianos porque, en cierto modo, lo son. Su vida lejos del césped transcurre entre el tatuador y el peluquero. Lo tienen todo: gloria, dinero y reconocimiento. Sin embargo, han olvidado el consejo esencial del entrenador de infantiles: “Combinen, combinen”.