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Barcelona - Real Madrid

Stoichkov: “Para mí, Cristiano tiene envidia de Leo Messi”

Ganó cuatro Ligas y una Copa de Europa con el Dream Team de Cruyff (“es el mejor entrenador de la historia”), fue Bota de Oro en 1990 y Balón de Oro en 1994.

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Stoichkov: “Para mí, Cristiano tiene envidia de Leo Messi”

¿Le complacía ser el adalid del antimadridismo?

—Y sigo siéndolo. Sigo teniendo ese amor por el Barcelona.

—¿Sentía el odio de la afición del Madrid en los Clásicos?

—Nunca me importó. El Barça me abrió la puerta para salir del comunismo, para vivir otra cultura, otro fútbol.

—¿Se siente catalán?

—Me siento catalán. Me identifico con su gente, con su cultura, llevo allí más de 20 años.

—¿Cómo era el fútbol en Bulgaria cuando empezó?

—Era difícil para nosotros entender que no podíamos salir del país. Si íbamos a la Copa de Europa mandaban a gente de inteligencia para vigilarnos. Mire qué casualidad, ellos se quedaban fuera y nosotros volvíamos. Cuando cayó el comunismo en el 89 se abrió una posibilidad. Y en el CSKA estábamos Penev, que fue al Valencia, Kostadinov al Oporto, yo al Barça...

—Una época incómoda...

—El año que fui Bota de Oro compartido con Hugo Sánchez pude haber marcado muchos más goles. Hice 38 en 24 partidos, él en 38 encuentros. No es que me pararan, pero los dirigentes me decían tonterías.

—¿Qué tipo de tonterías?

—Que quedaba mal que yo hiciera más goles, que no sé qué... Cosas del comunismo. Pero al final pensé: en la vida no hay que ser egoísta. Qué más da. Y paré. En los últimos 15 minutos del último partido no tiré. Y si hubiera querido, meto tres.

—¿Su relación con Cruyff era de amor y odio?

—Nos tenemos un gran cariño. La primera vez que le vi me dijo: “Voy a trabajar para que seas Balón de Oro”. Y lo logró.

—¿Discutían?

—Muchos días, pero cada uno sabía dónde estaba. De Cruyff (bromea) hay que contar que tenía que conducir yo mi coche para que él no gastara gasolina, que cuando me llevaba a su casa a comer me tenía que pasar yo por el supermercado a comprar... (risas). Ya en serio, para mí, era y será el mejor técnico de la historia.

—¿Más que Guardiola?

—Guardiola nunca me entrenó.

—¿Con Van Gaal no se llevó igual de bien?

—Otra pregunta.

—¿Cómo le motivaba Cruyff?

—A veces apostábamos. Una vez me ganó 100.000 pesetas. Fue en Tenerife. Me dijo: “Hoy no marcas”. Laudrup metió dos goles y me cambió. ¿Por qué me cambias? Porque el partido está ganado, te cambio y 100.000 pesetas al bolsillo.

—¿Qué sentía cuando llegaban los Clásicos?

—Había que ganar. Se hablaba de Madrid y Cataluña... Se creían que eran dioses. Y nosotros estábamos en que esos tíos no eran tan blancos, en que también se les podía pintar de negro. Tenga en cuenta que ganamos cuatro Ligas seguidas y que fue durísimo para los de aquí (los del Madrid). Fue, para sufrir tela...

—¿Qué Clásico tiene más en la cabeza?

—Se habla mucho del 5-0, o de cuando metimos el 2-1, que lo hice yo casi en el minuto 90. Pero para mí el mejor, en el que cambiamos la historia, fue cuando Amor marcó en el Bernabéu y ganamos 0-1 y la Liga (93-94). No vea qué borrachera...

—¿Qué hicieron?

—Bueno, un poco de marisco, de vinito, de quesito, de champagnecito... y a disfrutar.

—¿A qué jugador de aquel Madrid admiraba más?

—A Hugo Sánchez, y a un tal Don Emilio Butragueño. No me duele reconocerlo, gran calidad, y Emilio, un señor. Hugo hizo historia como extranjero en el Madrid y el Atlético. Es admirable.

—¿Qué jugador le sacaba más de quicio?

—Ninguno. Pero algunos se pasaban de chulos.

—¿Quiénes?

—Míchel y Hierro. A pesar de todo han hecho cosas muy importantes para los suyos en España. Y luego está Buyo, que me criticó hace poco por hacer una declaración. Pues bien, si el Madrid no ganó una Copa de Europa en su época fue por su culpa. ¿Que yo busco trabajar en el Barça? No amigo, estoy muy bien en Miami (donde ahora es comentarista).

—¿Por qué quiso Hierro pegarle un puñetazo?

—Dice bien: quiso, pero no pudo. Soy un poco más hábil.

—¿Quién le pegó más en el campo, Chendo?

—Si me cogía era por casualidad, no por otra cosa. Yo era muy rápido. Cuando quieres y no puedes, es preocupante.

—Usted jugó los dos 5-0. ¿Cómo recuerda el del Camp Nou?

—Fue el primer Clásico de Romario (93-94).

—El de la cola de vaca.

—¿Y quién era el defensa?

—Alkorta.

—Era muy fácil hacerle una cola de vaca a Alkorta. ¿Quién es Alkorta? Romario era un fuera de serie y Alkorta un futbolista normal.

—¿Prefería usted a Ronaldo, a Romario o a Laudrup?

—Son diferentes. Laudrup es y será el mejor pasador de la historia.

—¿Dolió mucho el 5-0 en el Bernabéu un año después?

—¿Es que a ellos no les dolió el nuestro? ¿O estaban con vaselina? Por favor...

—Y ahora, ¿quién tiene mejor plantilla: el Madrid o el Barcelona?

—El Barça es mejor hoy por hoy. Y está más fresco. No como estos (por el Madrid) que comen ahora marisco. Me imagino que será congelado. Espero que no se queden congelados también el domingo.

—¿Cree que la mariscada era de congelados?

—En Barcelona ese género lo tenemos bien fresco.

—¿No hay peligro de exceso de confianza?

—Veo al Barça más convencido y entregado que confiado. En compromiso y lucha el Barça está muy por encima del Madrid en este momento.

—¿Le cae bien Cristiano?

—¿A qué viene esta pregunta?

—Porque veo en él un carácter muy parecido al suyo.

—Yo soy búlgaro, ¿eh? Otra pregunta...

—¿Ve a Messi por encima?

—Lo reconocen todos. Por algo será. El problema es cuando no lo reconoces. Y muchas veces mueres de tu propio ego.

—¿Le pasa a Cristiano?

—Yo creo que tiene envidia.

—¿De Messi?

—¿No le oye hablar? Es la realidad. No puedes comparar a un mito con un jugador que está al final de su carrera.

—Cristiano ha ganado los dos últimos Balones de Oro.

—Y el otro cuatro. A ver si llega. Tal y como están jugando los dos equipos ahora, jamás lo conseguirá Cristiano.

—¿Con quién rivalizaba usted para el Balón de Oro?

—Roberto Baggio, Van Basten, Gullit, Laudrup, Klinsmann, Hugo, el Buitre, Futre... Ahora sólo hay dos. Es la gran diferencia. Yo competía con mucha gente, pero sobre todo con Baggio, al que saqué ciento y pico votos aquel año.

—¿Tiene opinión de Florentino Pérez como presidente?

—Mucho asfalto y poco fútbol.

—¿Y a usted no le quiso otro grande de España?

—Cuando fui al Parma, Gil se plantó allí para ficharme. Pero vio que no podía, porque Gaspart había incluido una cláusula por la que no se me permitía ir a otro equipo español. No quería que jugara contra el Barça.