La Sub-17 quiere ir al Europeo

Cinco años sin España en un Europeo Sub-17 son demasiados. La categoría más baja de nuestro fútbol fue la primera en detectar los problemas que sufre el estilo de La Roja últimamente. Desde aquella final perdida en Liechtenstein en 2010 —con Jesé, Deulofeu, Saúl y Alcácer, entre otros, en el equipo—, ninguna de las quintas posteriores ha podido estar entre las mejores del Continente. Se jugaron en este tiempo cuatro Europeos y dos Mundiales Sub-17, pero en ninguno estuvo España. Raro.

Por eso la FEF ha puesto todas sus fuerzas esta temporada en devolver a los más pequeños a la élite, entre otras cosas porque competir al máximo nivel cuando son tan jóvenes les hace madurar y superar un proceso muy necesario en su largo camino hacia a la absoluta. Santi Denia, el seleccionador, necesita que todo el buen trabajo que se está realizando en la base se plasme en esta generación del 98 que lleva ya dos años formando. Ya superaron con holgura la primera fase y ahora deben refrendarlo en una segunda que se disputa en Benidorm, al calor del hogar, sin sorpresas por un mal césped o por unas temperaturas extremas.

Euro y Mundial. Otra circunstancia invita a ser optimistas. La UEFA decidió aumentar a partir de esta temporada el número de participantes en el Europeo de ocho  a 16, por lo que dos, y no uno, de cada grupo de clasificación accederán a la fase fi nal de Bulgaria, en mayo. Será una vez allí cuando se repartan plazas para el Mundial Sub-17 de Chile, a finales de año, por lo que la importancia de lo que suceda desde hoy en Benidorm es doble.

España arranca ante Suecia con las bajas por lesión de Morer y Carles Pérez. Hay talento, pese a ello. Aleñá, Dani Olmo, Fran Villalba, Cuqui Zalazar, Fran Navarro... Ellos, y el resto, deben  devolver a La Rojita a su verdadero lugar, al que lleva cinco años sin pisar: la élite.