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Real Madrid - Schalke

Noche de desagravio en el Bernabéu para un Madrid herido

La BBC defiende en el partido de esta noche (20:45 tve1) la validez del sistema camino de los cuartos. Toni Kroos saldrá de titular pese a estar a una tarjeta de ser sancionado.

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Noche de desagravio en el Bernabéu para un Madrid herido

Hay quien asegura que la Champions no es una competición distinta, sino un mundo diferente. En el caso del Real Madrid parece completamente cierto. Ninguno de los problemas registrados esta temporada ha alterado el rendimiento del equipo en la vieja Copa de Europa: siete victorias en siete partidos, diez triunfos consecutivos si ampliamos la mirada, once seguidos en el Santiago Bernabéu.

El Schalke se entrenó en la tarde de ayer en el escenario del partido. Huntelaar volvió a pisar el césped de la que fue su casa. Fue parte del Madrid en la 2008-09 (20 partidos, ocho goles). Ya jugó en Chamartín los octavos de la pasada temporada.
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El Schalke se entrenó en la tarde de ayer en el escenario del partido. Huntelaar volvió a pisar el césped de la que fue su casa. Fue parte del Madrid en la 2008-09 (20 partidos, ocho goles). Ya jugó en Chamartín los octavos de la pasada temporada.Pepe Andrés

Los datos sugieren que el Real Madrid tiene un déficit de atención, antes que de juego. Es un hecho que los futbolistas encuentran más alicientes en los partidos con himno y lona de estrellas, quizá porque les resulta más fácil calcular su importancia e imaginar su multitudinaria audiencia. Según esta teoría nada descabellada, a los jugadores les fallaría más el sistema simpático (el que nos prepara para la acción) que el sistema táctico (el que dibuja Ancelotti en la pizarra).

La visita del Schalke (sigue el partido en As.com) no sólo nos devuelve a esa Champions que ilumina la ambición de los madridistas. El partido incorpora, además, el mayor estímulo posible para un jugador de fútbol (títulos al margen): las críticas. Si algo alimenta el ansia de venganza de un futbolista es saberse criticado por los periódicos que no lee, los programas de radio que no escucha y los de televisión que no ve.

Sobre el papel, la derrota en Bilbao debería provocar hoy una reacción concluyente, como aquella que llevó al Madrid a endosarle cinco goles al Basilea después de perder contra la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, allá por el mes de septiembre. En teoría, el previsible triunfo ante el Schalke debería traducirse en once días de paz y esperanza antes del Clásico del 22 de marzo, e incluyo la visita del Levante en el periodo esperanzador.

Cualquier otro escenario reavivará los debates. El primero tiene relación con el esquema, el 4-3-3 que culmina una BBC “innegociable”. Salvo que la palabra tenga un significado distinto en italiano, Ancelotti debería desterrarla de su vocabulario. Cerrazón y negocio son dos palabras que casan mal con su prudencia y con la meritocracia que debería regir las plantillas. El mensaje de lo inamovible es políticamente incorrecto en términos generales, pero debe resultar desolador en los casos concretos de Jesé o Chicharito.

Sobre esa base volverá a construirse el once de hoy, con la posible novedad de Arbeloa, y quién sabe si con la entrada de Coentrao o Nacho (Marcelo está apercibido de sanción). El resto no cambia, ni siquiera Kroos, que también se encuentra a una tarjeta de la suspensión en cuartos.

Regreso. Al margen de los goles que se esperan, la noticia más feliz de la noche llegará en la segunda parte cuando Modric regrese después de 114 días. El siguiente debate será a quién debe sacrificar Ancelotti para hacer sitio al croata. Si Kroos, Isco y la BBC son “innegociables” las alternativas se reducen dramáticamente.

Di Matteo asegura que si el Schalke marca primero, la eliminatoria se pondrá interesante. No le falta razón. Mantener el golpe de fortuna sería entonces el reto de los alemanes, que en la Bundesliga viajan a 23 puntos del Bayern y que repetirán esta noche con su joven portero de 19 años, Timon Wellenreuther. Mayúsculo desafío ante un Madrid que juega en casa. En Champions, quiero decir.