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SALZBURGO 1 - VILLARREAL 3

Vietto también reina en Europa

Otros dos goles del argentino y un pase de genio remontan un partido que se le puso feo al Villarreal con el tanto de Djuricin (18’). Giovani, determinante: pase y sentencia.

SALZBURGOActualizado a
Vietto también reina en Europa
ALBERTO IRANZO

El Villarreal ya está en octavos. Con sufrimiento. Pero con merecimiento. Vietto, una vez más, dio un paso al frente para rescatar al Villarreal de la caldera austríaca y hacerle recuperar su grandeza en Europa. Dos goles, a cada cual más bonito, y una asistencia a Giovani, cerraron una eliminatoria más ajustada de lo que marca el 5-2 global que quedará para el recuerdo. El delantero ya lleva 18 tantos esta temporada (siete en Europa League) y ocho pases de gol. Su futuro es tan maravilloso que conviene disfrutar cada segundo de él en El Madrigal. Está escrito: durará bien poco de amarillo y dejará una fortuna en las arcas, pero sólo volverá a casa de visita. Tan triste como merecido.

No todo fue tan bonito como el final. Media hora, la inicial, tardó el Villarreal en ser el Villarreal. El inicio fue un esperpento, con muchos jugadores arrugados y un entrenador desesperado en la banda que sólo atinaba a arengar. El Salzburgo salió presionante. Como siempre. Y como se esperaba. Pero añadió un extra de buen trato al balón que pronto le permitió poner la eliminatoria de su lado. Tras una jugada embarullada, Djuricin soltó un zapatazo desde la frontal que burló una maraña de piernas y se coló por el palo derecho de Asenjo. No era una casualidad que el Salzburgo llevara once meses seguidos marcando gol ante su gente. El 1-0 en el 18’ pudo ser aún peor. Al rato, con el estadio ardiendo pese a los cero grados, Minamino, recuperado para la causa, escupió una buena rosca desde a izquierda. Obligó a Asenjo a volar y a la (poca) españolía presente en el Red Bull Arena a rezar.

El Villarreal se zarandeaba a merced de su rival. Porque le pudo la presión, porque siempre falló su primer pase de seguridad para salir de ella, porque el árbitro fue casero hasta desquiciar y porque Trigueros no sabía dónde estaba. Cuando se halló, se notó. Jamás tanta gente y al mismo tiempo se acordó tanto de Bruno. Pintaba mal la cosa hasta que Cheryshev corrió su banda y Vietto, ese pequeño gran delantero, tiró del carro. En el 29’, el argentino avisó con un remate de cabeza. Era un ensayo. Instantes después empató de la misma suerte, a pesar de sus centímetros (173) y gracias a un balón parado de Jonathan. Vietto silenció 26.020 gargantas de golpe y devolvió la calma.

El propio Vietto pudo sentenciar después del descanso. Le faltó potencia en la definición tras un pase al espacio de Uche y una dejada de mago de Cheryshev. Los genios también fallan. Pina tuvo otra ocasión pronto. Definir no es lo suyo. La sentencia parecía cercana. Al Salzburgo ya sólo le sostenía el aliento de la grada y los revulsivos. Musacchio pudo con todos. El central regaló dos cortes prodigiosos en mitad de una tensión máxima. El Salzburgo se remangó por agotar las opciones de alcanzar la prórroga y el Villarreal por defender una renta que no sólo mantuvo. La amplió. Primero Vietto tras una contra de libro iniciada en un pelotazo y liderada por Gio. Y después, el propio ariete mexicano con una internada en el área de las que hacía antes y de las que hacía tiempo no enseñaba.

Así, el Submarino, sufriendo, recupera los aires de grandeza. Verle coger un chárter a las 22:00 rumbo a casa después de superar a un equipo de Champions, estar este viernes en el bombo de octavos, encarar con opciones el próximo duelo en el Bernabéu y preparar con argumentos la remontada ante el Barça está al alcance de pocos. ¡Endavant!