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Leverkusen - Atlético de Madrid | Griezmann

“De niño, jugando en la calle, imitaba a Fernando Torres”

La vuelta de la Champions coincide con el mejor Griezmann (Francia, 1991), ya imprescindible en el Atleti. Lleva 17 goles y forma una dupla genial con Mandzukic.

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“De niño, jugando en la calle, imitaba a Fernando Torres”

¿Qué siente uno cuando ve el balón de Champions?

—Para mí es un sueño jugarla. Era mi objetivo...

—El año pasado, con la Real, no logró ganar al Leverkusen...

—Será un partido especial porque todos los de Champions lo son. Pero no tengo una espina ni nada. Deberemos tener cuidado con Bellarabi. Siempre intenta regatear y es un peligro.

—Lleva 17 goles con el Atleti. ¿Vive su mejor momento?

—Para mí lo importante es disfrutar y ayudar a los compañeros. Lo dije cuando llegué, que quería mejorar mis estadísticas. Y ahí estoy, en el camino.

—Y a tres goles de su récord.

—Ojalá pueda superarlo.

—Benzema le enseñó a leer los partidos en base a las estadísticas. ¿Cómo? ¿Las mira al descanso?

—No, al descanso, no. Después de los partidos me llega un mail con mis datos y con los vídeos de cuándo juego y toco balón. Ahí veo los duelos que he perdido. Los pases buenos, los malos, las ocasiones... Sobre todo miro los vídeos. Ahí es donde aprendes si un pase o un desmarque lo hiciste bien.

—¿Su mejor gol con el Atleti?

—El segundo contra el Athletic.

—¿Ese partido fue su punto de inflexión con el hat-trick?

—Marcar goles siempre ayuda. Pero no fue un partido. Fue la confianza del míster. Jugar 15 minutos, 20, 40..., y ya titular. Eso me dio confianza. Que Simeone veía mi trabajo.

—¿Ya no le falta el aire en los entrenamientos?

—(Risas) ¡No, ya no me pasa! Pero la verdad es que al principio se me hacía duro.

—Montanier le dio llegada, aprendió a leer los espacios. ¿Qué le ha aportado Simeone?

—Se ve. Ahora tengo más físico, aguanto mejor los partidos. Hago más esfuerzo y me recupero antes. No tengo altibajos. Soy más lineal.

—El Cholo dijo el otro día que ahora usted es más determinante “porque está más cerca del arco”. ¿Está de acuerdo?

—Sí. La realidad es que en el último año en la Real intentaba hacer desmarques a la portería. Sabía que ahí era más peligroso. Después llegué aquí y el Cholo me dijo que me quería de segunda punta. Al principio me costó, pero ya estoy hecho. Me encuentro muy a gusto ahí. El míster me da libertad en ataque y eso me da confianza.

—¿Es Mandzukic el mejor socio que ha tenido?

—Si hablamos de gol, sí. Me gusta asociarme con el punta. Nos llevamos bien, la verdad.

—Dice que intenta aprender de sus movimientos. ¿Qué hace Mandzukic que le mejora?

—Intento mirar siempre lo que hacen los delanteros. Lo hago con Mandzukic, con Fernando… Intento desmarcarme hacia donde no están y así buscar una oportunidad.

—En la 2009-10 su porcentaje goleador era de 0,15. Ahora está en 0,47… ¿Mira eso?

—No, bueno, sí, pero porque me llega el mail (risas). Pero no presto mucha atención. No soy alguien que tira muchas veces. Lo hago cuando puedo. Cuando lo veo claro, ahí sí que tiro, sí...

—Aún no ha marcado de falta... ¿Le gustaría?

—¡Sí! Tengo que meter un gol de falta, que ya llevo mucho tiempo… En la Real practicaba más porque teníamos más tiempo. Aquí el Profe Ortega no te deja mucho tirar faltas (sonríe).

—¿Le dolía leer, al principio, que no se adaptaba al Atleti?

—No, porque la afición ha estado conmigo. Y los compañeros y el cuerpo técnico. Todos han esperado a que pueda dar mi mejor versión. Estoy feliz en Madrid y eso se ve en el campo.

—Ningún comienzo será tan duro como cuando llegó a la Real con 13 años…

—Allí fue dejar tu casa, irte a mil kilómetros. Hubo momentos difíciles. Pero trabajé, hice muchísimos esfuerzos, mi familia también, y gracias a eso ahora estoy aquí, disfrutando, viviendo de lo que me gusta. Tenía claro que lo que yo quería en mi vida era jugar a fútbol.

—Dan fe los pasillos de su casa. ¿Cómo se aprende a jugar a fútbol en un pasillo?

—No sé (risas). Llamaba a un amigo y de una puerta a otra teníamos diez metros. Ahí jugábamos. Nos tirábamos al suelo, hacíamos uno contra uno. Y los padres, claro, enfadaditos…

—¿Cuántos cristales rompió?

—Cristales y jarrones ninguno, pero fotos en la pared…

—Cuando era pequeño y los equipos franceses le rechazaban por “bajito”, ¿dolía?

—Sí, hubo momentos en los que decía: “Bueno, ya está, ya no voy a hacer más pruebas”. Pero llegó la Real, me dio la oportunidad y pensé: “A ver si en este equipo español dejan jugar a los bajitos…”.

—Llegó a España, casi como su ídolo Zidane: con un papel con un mensaje escondido…

—Sí, el ojeador de la Real (Eric Olhats) me dio una carta. Decía que querían verme jugar una semana y que mis padres llamaran lo más rápido posible.

—¿Ya hay algo del Atleti en su museo de Macon?

—Sí, lo primero fue la camiseta de la Supercopa.

—¿Su gol de chilena al Lyon es el más bonito de su carrera?

—Todos son bonitos. Pero ese fue especial porque era allí en Lyon, donde me habían rechazado, y en Francia y quería dar una buena imagen...

—¿Cómo lo recuerda?

—Yo estaba un poquito lejos del área y vi a Carlitos (Vela) a la izquierda. No recuerdo si le hice un gesto o no, pero me la puso ahí porque ya no podía hacer nada más… (risas). Y yo intenté el remate como pude y…

—¿Cuántas veces lo ha visto?

—¡Uy! ¡Muchas ya!

—¿Sueña con meter uno igual en el Atleti?

—Yo sólo sueño con meter goles y con ganar títulos.

—De niño imitaba la celebración del gol de Torres…

—Era el delantero de moda y sí, le imitaba cuando jugaba con mis amigos en la calle... Se lo dije cuando llegó y nos reímos.

—Y ahora ya tiene la suya. ¿De dónde le viene la inspiración?

—De los triples de James Harden. Doy una vuelta en el aire e imito su gesto al lanzarlos.

—¿Le gusta mucho la NBA?

—Sí, sobre todo tras un partido, que no me entra el sueño y me la pongo siempre...

—¿Cómo le convenció el Atleti? Porque a usted le quería media Europa...

—Eso no lo sé porque yo sólo hablé con el Atleti. Después del primer contacto con Andrea y Gil Marín dije: “Me tengo que ir allí. Me quieren sí o sí”.

—¿Qué jugador de la plantilla le ha sorprendido más?

—Koke. No pensaba que era tan bueno. Es un jugador top.

—¿Con quién se lleva mejor?

—En el campo con Koke, Arda y Mandzukic. Fuera con Godín.

—Va con el mate a todas partes. ¿Ya es un uruguayo más?

—(Risas) Sí, me gusta imitar como hablan... Con Godín me llevo muy bien. Nos vemos y pasamos rato con las familias.

—Le vaciló mucho con su último peinado. ¿De qué dependen? ¿Están relacionados con el fútbol?

—No. Es porque me gusta probar cosas. En eso soy como mi madre, que siempre está cambiándose el pelo.

—¿Y después de la cresta rubia qué vendrá?

—De momento voy a seguir con ella, que da suerte (sonríe).