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Objetivo indiscreto

La mejor foto del año pasado fue tomada a costa de Leo Messi

Para World Press Photo la foto del reportero chino Bao Tailiang fue la mejor imagen de temática deportiva de 2014. El secreto está en la mirada del jugador: ¿mira o no la Copa?

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La mejor foto del año pasado fue tomada a costa de Leo Messi

La mejor foto de temática deportiva de 2014, según el prestigioso criterio de World Press Photo, corresponde a una imagen escasamente deportiva, sin escorzo y sin balón. Su autor es el reportero chino Bao Tailiang y fue tomada el pasado julio en Maracaná, recién terminada la final del Mundial de Brasil. El paisaje se explica por sí solo: Messi está a punto de recoger su medalla de subcampeón. Casi al alcance de su mano se encuentra la Copa del Mundo, reluciente, insinuante y completamente desnuda. No queda claro si Messi la observa al pasar o fija su mirada en otro punto, tal vez en Blatter o en algún lugar inconcreto. Servidos los elementos, cada uno puede jugar con ellos como guste.

Cuesta creer que un año de deporte no haya dejado imágenes más trepidantes o espectaculares y resulta difícil aceptar que no las hubiera entre las miles a concurso (90.000 en todas las categorías). Enfocado así, el primer impulso es discutir la decisión del jurado. Les pudo la poesía y les falló el deporte. Señorías, los aficionados estamos cansados de ver fotos similares, de tipos que se relamen junto a los trofeos no conquistados, de estrellas abrumadas por la derrota.

Prodigios. A quienes compartan el argumento les pido ahora que regresen a la fotografía de Tailiang y no la pierdan de vista. No les llevará mucho tiempo descubrir algunos hechos insólitos. El primero es que la multitud desaparece. Tan pronto como la ves dejas de verla. Hay personajes que se resisten, como el tipo calvo que clava sus ojos en los nuestros. Pero también él termina por desvanecerse. Hasta que ya sólo quedan Messi y la Copa, en el centro del cuadro, rodeados de pinceladas impresionistas, ocres para los calvos y negras para los peluquines.

El siguiente prodigio se localiza en la mirada de Messi. Si se concentran en ella, si logran paralizar su propio pestañeo, advertirán que los ojos del jugador giran hacia la Copa un segundo de cada diez. Cuéntenlos y digan si miento.

Por eso ganó el chino el premio. Por eso venció a miles de piruetas congeladas, canastas, goles, touchdowns y saltos del ángel. Su foto está viva y Messi no parará hasta ganar la Copa y darla muerte. Ya lo verán.