REAL MADRID
El Balón de Oro le quita el apetito goleador a Cristiano
En noviembre y diciembre de 2013 marcó 13 goles en nueve partidos. En enero y febrero de 2014 bajó a siete. Este año ha pasado algo similar. De 12 goles ha pasado a 4.
Los números no mienten. Durante el proceso de votación del Balón de Oro 2013, en el mes de noviembre y hasta final de año, Cristiano Ronaldo marcó 13 goles y dio tres asistencias en nueve partidos. A principio de 2014, y en el periodo en el que recogió su segundo Balón de Oro, sólo fue capaz de hacer siete goles y cuatro asistencias en los meses de enero y febrero.
Este año ha pasado algo similar. Del 1 de noviembre hasta que el Madrid se fue al Mundial de Clubes en Marruecos, entre el 1 de noviembre y el 12 de diciembre, Cristiano marcó 12 goles y dio ocho asistencias en diez partidos. Ahora, y desde que empezó el año, sólo ha marcado cuatro goles y ha dado dos asistencias en ocho partidos.
Un detalle explica bien la frustración de Cristiano Ronaldo en los meses de enero y febrero, donde los números del portugués se caen. Sus dos expulsiones, en Bilbao y el Nuevo Arcángel, son el mejor reflejo de que el futbolista no está contento con sus números y mucho menos con sus sensaciones.
En 2013, la FIFA se vio obligada a ampliar el plazo de la votación del Balón de Oro. El mes de noviembre del portugués, con una exhibición en Suecia que metió a Portugal en el Mundial, obligó a rectificar al órgano de Blatter. Ese mes Cristiano también le marcó a la Juventus y ofreció unas prestaciones enormes. Su princpio de curso fue más difícil. Cayeron sus registros goleadores y hasta se perdió la final de Copa. Reaccionó a tiempo y fue decisivo en la eliminatoria ante el Bayern. No así en la final ni en el Mundial, en el que su estado físico distó mucho del que le permitió, después de hacer dos goles en la Supercopa de Europa ante el Sevilla, empezar de nuevo como un tiro el curso.
Este año las sensaciones son parecidas. En lo que va de 2015, el promedio de Cristiano, cuatro goles en ocho partidos (0,5) está muy lejos de sus registros en noviembre y antes del Mundial de Clubes, en el que tenía una media de 1,2 goles. El Balón de Oro, sin duda, destensa al crack. O al menos, le quita voracidad. El portugués, que no pasa su mejor momento físico y anímico, espera que la eliminatoria ante el Schalke sea una nueva rampa de lanzamiento.