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La intrahistoria

Griezmann alucinó con el Calderón y sus compañeros

Antonio ha descubierto algo que ya intuía pero que nunca había podido vivir hasta ahora. Ha entendido lo que es sentirse querido por la afición rojiblanca y por sus compañeros.

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Griezmann alucinó con el Calderón y sus compañeros

A pesar de ser francés y de haberse criado como futbolista en la cantera de la Real Sociedad, club al que tendrá siempre un cariño muy especial, Antoine Griezmann se ha doctorado en colchonerismo. Habrá un antes y un después de su partido excepcional el sábado en el derbi. El galo es consciente de ello. Pero más allá de la simple cuestión futbolística, Antonio ha descubierto algo que ya intuía pero que nunca había podido vivir hasta ahora. Ha entendido lo que es sentirse querido por la afición rojiblanca y por sus compañeros. Griezmann alucinó con dos cosas. Primero, con los aplausos públicos y entusiastas que le dedicaron Tiago y Arda Turan, en el mismo césped, cuando se disponía a ser cambiado por Torres a falta de un cuarto de hora para el final del partido. “No es nada frecuente ver a tus compañeros felicitar de esta manera lo que has hecho en el campo. Me ha emocionado”, explicó.

En segundo lugar, le llegó adentro la fantástica ovación que le dedicaron los aficionados del Calderón. “Ver al estadio aplaudirme de esa manera ha sido un momento increíble”, analizó el francés. “Sólo tengo palabras de agradecimiento por tanto apoyo y tanto cariño”, añadió.

El delantero nacido en Mâcon sabe que la gente, los otros jugadores y su entrenador valoran especialmente el esfuerzo y el coraje que pone cada día en el campo y los entrenamientos. El sábado, después de este encuentro histórico, durante el que no paró de trabajar y trabajar (“para darle profundidad al equipo”, según confesó), Antoine reconoció que estaba muy cansado, “pero tan feliz…”. Y es que la camiseta con los colores rojiblancos ya la tenía. Pero ahora Griezmann se ha pintado ya también el corazón.