Aduriz vuelve a silenciar Orriols

Coge aire el Athletic que prolonga su subidón copero con un triunfo en Orriols que le aleja considerablemente del peligro. Una zona donde el Levante, por ahora, es el rey. Vivirá esta semana de colista añadiendo más presión si cabe a su delicada situación. Una 'final' menos para llegar a un objetivo que los leones deberían conseguir casi sin despeinarse, por calidad y jugadores, siempre que la Copa no le despiste mucho.

Comenzó vivo el partido, con diez minutos de llegadas constantes. Cabezazo de Casadesús, error defensivo del Athletic que no aprovecha Barral y acto seguido Muniain revienta el larguero de Mariño en un remate en el segundo palo. Los leones, con el balón, pero el Levante bien plantado, robando en el centro del campo y aprovechando la banda derecha con la proyección de Morales que rozó el gol igual que el balón el palo de Gorka. Insistían los granotas desde el córner con Barral haciendo estirarse a Iraizoz. Y otra vez el gaditano no acertaba a empalar en un pase de la muerte de Morales. Pasaba la media y el balón iba de área a área. Muniain asustaba y la autopista granota seguía haciendo estragos por la diestra con Xumetra y Morales que probó fortuna desde la frontal pero sin fuerza.

Comenzó la segunda parte con Diop y Susaeta saliendo del banquillo y con polémica en las dos áreas. Los leones pidieron gol en un balón que Mariño sacó en la línea; y los granotas, penalti en una internada de Barral. Pero cuando no se habían cumplido ni cinco minutos, Aduriz lo volvió a hacer. Volvió a silenciar el Ciutat de Valencia con un gol marca de la casa. Recepción de pecho, giro acomodando el balón a su zurda y ajustando el balón al palo izquierdo. Llegará el día en que le prohíban la entrada a Orriols. 'Persona non grata'. Parece la única forma de pararlo. Muniain pudo sentenciar sólo un minuto después con un cabezazo que se marchó cruzado.

Quedó muy tocado el Levante tras el gol. No había merecido semejante castigo en un buen primer tiempo. Lucas buscaba la reacción haciendo debutar a Uche y poco más tarde con Rubén. Pero Gorka no aparecía en pantalla. Buena señal para un Athletic que quería matar el partido con el balón en los pies pero sin buscar con demasiada insistencia la sentencia definitiva.

Se acercaba el final y el Levante lo intentaba a falta de un cuarto de hora con una doble ocasión de Xumetra y Rubén. Pero poco más. Orriols se desesperaba de impotencia, la misma que mostraba el equipo sobre el campo. Los leones, relativamente cómodos, se conformaban esperar agazapados para matar a su presa. Y así lo hizo sobre la bocina en una contra de libro que Aduriz definió de forma magistral con una vaselina por encima de Mariño.