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Objetivo Indiscreto

Zambia: el equipo milagro que posa como le viene en gana

Murieron, resucitaron y se ganaron al mundo. El documental ‘Eighteam’, de Juan Rodríguez Briso, relata la epopeya de esta selección milagro.

Actualizado a
Zambia: el equipo milagro que posa como le viene en gana
AFP

Si llevan sombrero, pueden quitárselo: esto es Zambia. Hablamos de la selección que ganó la Copa de África 2012, 18 años y nueve meses después de la mayor tragedia del fútbol africano. Les refresco la memoria. El 27 de abril de 1993, un avión de la fuerza aérea zambiana que trasladaba a la selección nacional se estrelló en el mar, poco antes de tomar tierra en el aeropuerto de Libreville, Gabón. Murieron todos: 18 futbolistas, 30 víctimas. Entre ellos, el seleccionador, Godfrey Chitalu; les sonará el nombre. En 1972 marcó 107 goles que la FIFA aún no reconoce como récord oficial.

Aquel equipo estaba a punto de clasificarse para el Mundial 94. Era la mejor generación del fútbol zambiano, consagrada al golear en los Juegos de Seúl (4-0) a la Italia de Tacconi, Tassotti, Ferrara, Colombo o Carnevale. Kalusha Bwalya, mejor futbolista africano de 1988, fue el único superviviente. El PSV, su club, no le permitió jugar en las Islas Mauricio y el delantero planificó su viaje desde Holanda a Senegal, destino final de los seleccionados.

Cuando Zambia disputó la Copa de África 2012 en Gabón, Kalusha era el presidente de la federación de su país. Cuando Zambia se clasificó para la final nadie se libró del escalofrío: jugarían en Libreville, junto al mar donde murieron los héroes del 93. La historia completa la encontrarán en el documental del español Juan Rodríguez Briso: Eighteam, El épico viaje Chipolopolo de la tragedia al triunfo.

Como ustedes comprenderán, y vuelvo a la foto, Zambia se ha ganado el derecho a posar como le venga en gana. No busquen significados ocultos en la peculiar formación. Según nos explicó ayer el propio Kalusha Bwalya, “es un estilo diferente y a los chicos les gusta. A mí también. No hay ninguna razón especial, que yo sepa, pero pienso preguntárselo”.

Hay quien asegura que los jugadores pretenden honrar a su portero, el mítico Kennedy Mweene, clave en la final de 2012 ante Costa de Marfil: paró un penalti de la tanda y marcó otro. Para dar validez a esa teoría habría que asumir que sus compañeros tenían poderes proféticos: posaron así durante todo el torneo.

Tampoco parece probable que la formación represente el águila de la bandera zambiana, Kalusha nos sacará de dudas. Poco importa. Zambia es Zambia y con ella jugamos todos. Mañana, contra Túnez.