Más rodillo que Submarino

Este Villarreal no tiene techo. Y parece que el Athletic no termina de tocar fondo. En un encuentro muy competido y atractivo, el Submarino mandó por un mayor acierto y porque fue el que mejor respuesta dio a los problemas que se le presentó. Cheryshev primero, con una obra de arte, y Bruno después, de penalti, dejaron los tres puntos en El Madrigal, elevando su racha de imbatibilidad a 15 partidos. El Athletic, por el contrario, sigue depresivo, con un punto de los últimos 18 y mirando de reojo al coche escoba.

Presionado, sin Trigueros y con Rico pegado a Bruno un buen rato, el Villarreal olvidó un inicio dubitativo y decidió cambiar de plan. Porque le sobran. Eligió salir por fuera y más directo en vez de madurar la jugada como acostumbra y disfruta. El Athletic, sin embargo, sólo pudo sortear la asfixiante defensa del Villarreal gracias al desborde De Marcos cuando pudo desprenderse de las obligaciones con Cheryshev. Con pelotazos, el equipo de Valverde encontró poco petróleo. No aportó más estrategias. Mucho miedo y poco riesgo. Así, el Villarreal, en pocos pero endiablados toques, se plantó delante de Irazoz en dos buenas ocasiones durante el primer tiempo. Ambas de Vietto. Tan hábil en el desmarque como lento en la ejecución. El Athletic tuvo la primera, y quizás la mejor, pero Aduriz se encontró con Asenjo, brillante de reflejos.

El despliegue físico marcaba el partido. Todo se hacía a la máxima intensidad. Y eso, siendo una virtud, no siempre trae cosas buenas. En ocasiones faltó pausa. Quizás por eso a Bruno y a Unai les costó brillar como suelen. Los ataques se ejecutaron en tres o cuatro toques. Mandaron las segundas jugadas tras rebotes. Menos mal que en el segundo tiempo las marcas se aflojaron. Estresaba sólo verlo. Después cambió el ritmo, aunque no la dirección de los ataques. El Villarreal volvió a tener las mejores ocasiones. Primero con un disparo de Cheryshev al palo. Luego con un gol anulado de Uche en un córner, después con un remate de Rico contra su larguero y más tarde con una buena volea de Cheryshev y un centrochut envenenado de Gio. El Athletic, pese a que metió a Williams para buscar el espacio, sólo llegaba por el aire. La única vez que le buscó al pie casi marca. Asenjo lo evitó. Lo mejor es que, aun siendo inferior, el Athletic siempre estuvo vivo.

Hasta que una internada por la izquierda finiquitó el partido. Pina robó, metió un balón en profundidad a Jaume Costa y éste, en su intento de burlar a De Marcos dentro del área, envió su autopase a la mano del lateral. Penalti. Bruno no falló y distanció definitivamente a su rival directo a 16 puntos en ese minuto 82. Y, la verdad, cuesta ver al Athletic tan abajo. Tanto como ver a El Madrigal sin llenarse un día sí y otro también. Volar así en tres competiciones, estando hace bien poco en Segunda, sin Cani, y con Musacchio y Giovani de suplentes, no es sencillo. Y, sobre todo, no es para perdérselo.