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La intrahistoria

Griezmann se mide a Claudio Bravo, su ‘hermano mayor’

Bravo se convirtió en el hermano mayor de un Griezmann que no había caído demasiado bien en la plantilla de la Real. “Había que estar encima de él para que no se le subiera”.

Actualizado a
Bravo bromea con Griezmann en un entrenamiento.
Amaia Zabalo

Griezmann se reencontrará hoy con Claudio Bravo, el que fue su hermano mayor en el tránsito desde Zubieta a Anoeta. El francés aterrizó con 18 años en el primer equipo de la Real. Llevaba ya tiempo en la cantera donostiarra, pero daba un salto duro en su joven carrera, otro más. Con 13 años había dejado a su familia en Macon y apenas un lustro después ya era profesional.

Su aterrizaje en el vestuario txuri-urdin en Segunda no fue fácil. Un diamante imberbe llegaba a un lugar donde no gustan las prime donne y Antoine su acercó a una cuadrilla de extranjeros encabezada por el uruguayo Carlos Bueno. A ese grupo era Bravo el que le aportaba la serenidad y el guardameta observó que el joven necesitaba a alguien con experiencia que le alejara de la vida disoluta y le explicara los rigores del profesionalismo. Bravo había llegado un par de años antes a Donosti con su familia y se convirtió en el hermano mayor de un Griezmann que no había caído demasiado bien en su primer contacto con la plantilla. “Había que estar encima de él para que no se le subiera”, reconoce en privado el guardameta a quien el ahora colchonero agradece su esfuerzo y su visión. Con el tiempo, Vela se convertiría en su inseparable, pero fue Bravo quien le ayudó a mantener los pies en el suelo, siempre apoyado por Erika, la pareja de Griezmann. El extremo fue, este verano, uno de los primeros en enterarse del fichaje del meta por el Barça, ambos mantuvieron contacto telefónico durante el Mundial, y hoy volverán a encontrarse pero en equipos rivales.