El fútbol se vive como una religión en Gaza y Cisjordania

El Estado de Palestina tiene 6.220 kilómetros cuadrados y 4.550.368 habitantes, según el último censo. Su territorio está dividido en dos, Gaza y Cisjordania. Ambos están rodeados por Israel, país con el que arrastra una fuerte disputa territorial y política desde hace décadas. La franja de Gaza limita con el Mediterráneo, mientras que Cisjordania tiene frontera en el este con Jordania.

Pese al conflicto que allí se vive y a las dificultades con las que se encuentra su población para poder practicar fútbol, hay una pasión exacerbada por este deporte. Desde que la FIFA la considerara miembro de pleno derecho en 1998 el aumento en el número de fichas ha sido paulatino. En la actualidad hay 19.060 licencias emitidas.

Existe una liga profesional, aunque está dividida en dos igual que los territorios palestinos. La de Cisjordania la disputan 12 equipos y el actual campeón es el Taraji Wadi Al-Nes; la de Gaza también la juegan 12 y el último ganador es Shabab Rafah. En 1977 los organizadores decidieron hacer dos ligas diferentes por las dificultades que los palestinos encuentran para ir de Gaza a Cisjordania y viceversa, pues para ello deben atravesar suelo israelí.

Afición. Aunque no hay muchos medios económicos y la gente vive de la agricultura y la compraventa, lo habitual es que la gente cuente con antenas parabólicas en sus casas para poder coger los canales mediante los que ver fútbol. Los palestinos son fervientes consumidores de ligas extranjeras a través de Al Jazeera. La Premier y la Liga BBVA son sus preferidas. A nivel de clubes, como en casi todo el mundo árabe, el Manchester United, el Manchester City y, sobre todo, el Madrid y el Barcelona son los equipos preferidos por su población. Raro es pasear por las calles de Ramallah o de la parte palestina de Jerusalén y no encontrar jóvenes y niños ataviados con sus camisetas de estos equipos. Recientemente varios clubes importantes han visitado Palestina e incluso han disputado encuentros amistosos allí. El año pasado, sin ir más lejos, estuvo el Barça.

El estadio en el que juega la selección nacional, el Faissal Al-Husseini, fue renovado en 2008 y tiene capacidad para 12.500 espectadores. Está en Cisjordania y el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, estuvo en su inauguración. Antes de eso sufrió ataques como otros muchos campos del territorio. El de Gaza, por ejemplo, el Estadio Palestino, fue atacado en 2006 y sufrió un impacto de proyectil en pleno centro del terreno de juego que dejó una imagen que dio la vuelta al mundo. La FIFA ya mostró su interés por rehabilitarlo.

La buena marcha de su selección y el estreno en una Copa de Asia incrementarán aún más esta pasión. En cada rincón ya se espera el ansiado e histórico debut.