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PARTIDO FUNDELA

El fútbol se une contra la ELA

El estadio Fernando Torres, en Fuenlabrada, registró una entrada de casi 1.200 espectadores en el encuentro contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica.

FuenlabradaActualizado a
El fútbol se une contra la ELA

El de ayer era, quizá, el partido más especial que se ha jugado sobre el césped del Fernando Torres de Fuenlabrada. #AporELA. Su nombre lo dice todo. Porque ayer no se enfrentaban dos equipos, sino que el fútbol se unía para jugar contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una terrible enfermedad para la que aún no existe cura.

1.200 personas llenaron las gradas. Se recaudaron 10.000 euros destinados íntegros a Fundela y Project Mine. Y cada jugada, cada gol tenía dedicatoria.Todos iban por Carlos Matallanas, un futbolista de 33 años al que la ELA ha obligado a colgar las botas 22 años después de su debut, a los 11. Una vida de fútbol contada en 13 camisetas; las del Veracruz, Carabanchel, Alcobendas, Coslada, Santa Ana, Parque Europa, Fortuna, Puerta Bonita, Majadahonda, Pozuelo, Moscardó, Portuense y Roteña.

Ayer estaban casi todas en Fuenlabrada. En la selección que el propio Carlos elaboró, integrada por compañeros y amigos de estos 22 años, regida desde el banquillo por Germán Burgos y Jesús Paredes, y con un actor entre sus filas, Maxi Iglesias, al que Carlos entrenó de alevín. No quiso faltar ayer.

Enfrente, un combinado de futbolistas que sonaba a Champions (Ricardo, Jémez, Kiko, Paunovic, Casquero, Dani, Alfonso, Pantic, Estebaranz, Petón, Isra Torres y Javier Gómez Matallanas, hermano de Carlos y compañero de AS, entre otros) y comandaban desde el banco Camacho y Labi Champions.

Eso sí, mucha estrella, pero nada pudieron hacer contra el equipo de Carlos: perdieron 6-4. Hubo golazos impresionantes, como uno por la escuadra de Kiko. Y otro de Paunovic.

Jémez casi se lesiona. Y Ricardo, con Javier Aguirre en Japón, voló 10.666 kilómetros sólo para este partido. Y Ana Rosell, del Atlético Féminas, fue la única mujer de corto. Pepe Reina no jugó por su lesión, pero ahí estuvo, todo el tiempo, pegadito al banquillo en la primera parte y entregando los premios a los ganadores de la rifa después. El humor lo puso el árbitro, El Muo de Jérez, divertidísimo en cada apreciación.

Hubo un minuto, el 19, que jamás olvidarán ninguna de las personas que ayer estaban en Fuenlabrada. El minuto en el que Carlos pidió el cambio. Llevaba meses trabajando para este partido, su partido, y se fue emocionado, entre abrazos y un aplauso que atronó. Durante dos minutos, de hecho, allí sólo se escuchó eso: el aplauso del fútbol a Carlos, su rugir contra la ELA. Porque desde ayer ya hay 10.000 euros más para luchar contra ella. Y porque desde junio el fútbol tiene un héroe más. Un héroe que se dejará el alma en ganar este partido. Un héroe que se llama Carlos Matallanas.