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Rayo Vallecano 1 - Espanyol 3

Sergio García destroza a un Rayo sin pegada y sin defensa

Su doblete abrió y cerró un partido en el que el Rayo Vallecano pagó el atrevimiento de Jémez desde el inicio con un once poco habitual. Leo llegó a empatar.

Actualizado a
Sergio García destroza a un Rayo sin pegada y sin defensa
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Sergio García volvió a ser la bestia negra de Vallecas. Si la temporada pasada logró un hat-trick, en esta ocasión firmó un doblete y una asistencia. El capitán se adelantó a la Navidad y dejó en los zapatos españolistas la ansiada victoria a domicilio, la primera del presente curso.
Empezó el partido como si de un déjà vu se tratase. Mismo minuto y lugar, un nuevo error atrás y un delantero con la caña preparada. Esta vez fue Tito el que chocaba con Cristian, a quien se le escapaba el balón de las manos y Sergio García, muy pillo, hacía el 0-1. De nuevo, el Rayo debía remontar, pero Paco tenía clara la estrategia: morder. Sobre el tablero colocó a sus peones de una forma inédita: con defensa de tres (sin central nato), con Jozabed como timón y el descarado Álex Moreno junto a la banda. La partida de Copa sentó las bases y el Rayo tenía claros sus movimientos.

Casilla desbarató la triangulación entre Pozuelo, Álex Moreno y Baptistao en el 22’. Víctor Sánchez hizo lo propio con una chilena de Bueno en el 30’, en una jugada que pareció penalti por mano. La posesión (75%-25%) era claramente favorable a los de Paco, que concatenaban pases rápidos.

También los pericos respondían. Eric aprovechó un rechace de Cristian para inventarse un disparo, desde el suelo y a la media vuelta, que salió rozando el palo en el minuto 40. Tres minutos después lo intentaba Colotto, pero fue al filo del descanso cuando el Rayo respondía a una picardía con otra. Un centro de Kakuta rebotó en la nuca del central argentino y Baptistao pescó el 1-1.

El descanso no durmió a los contendientes y los franjirrojos trataban de sorprender con disparos lejanos. Álex Moreno ponía en aprietos a Arbilla, que le hizo una falta en el borde del área. Corría el reloj y era el momento de mover ficha. Salieron Stuani y Manucho, apostando por la artillería arriba. Aunque el uruguayo fue pólvora mojada porque no duró ni veinte minutos sobre el campo antes de ser expulsado. Para entonces Lucas ya había marcado el 1-2, a pase de su inspirado capitán.

Eric sacó con la cabeza un disparo de Manucho que pudo ser el empate. Los locales se volcaron arriba, era todo o nada. Y aunque Tito repelió un disparo de Sergio García bajo palos, acto seguido llegó el gol. El mismo protagonista, los mismos errores y el mismo final.