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Ecos de la gran gala de AS

Puyol, testigo atónito del sueño hipnótico de Vanesa Lorenzo

La Gala de AS fue un rotundo éxito de premiados e invitadosy terminó con un improvisado número del mago Jorge Luengo que hipnotizó a Vanesa Lorenzo, compañera de Puyol.

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Puyol, testigo atónito del sueño hipnótico de Vanesa Lorenzo

Fue una noche mágica en los salones del Hotel Palace de Madrid. La VIII edición de los Premios AS del deporte resultó un éxito rotundo. Mireia Belmonte, Carles Puyol, Pellegrini, Carolina Marín, Ángela Salvadores, las chicas de la rítmica, los socios del Madrid y del Atlético... Todos aportaron luz y glamour al evento de nuestro diario.

Pero la noche tuvo un prólogo improvisado, cargado de diversión y rozando lo insólito: Jorge Luengo se atrevió a hipnotizar a Vanesa Lorenzo, compañera de Carles Puyol, ‘picada’ la modelo con la autenticidad de lo que antes había visto sobre el escenario, cuando la presentadora Noemí de Miguel cayó a plomo ante el poder mental de nuestro mago.

Vanesa mostró un arranque que ni el propio Puyol cuando saltaba al césped. “Yo me atrevo”, dijo a Jorge Luengo. Naturalmente, Puyi poco o nada podía hacer ante la machada de su compañera. Solamente susurró algunas palabras al mago con bastante humor: “Cuídamela que nos hemos de ir juntos de aquí”.

Y allí entre las mesas, rodeada por un corrillo de curiosos donde no faltaban Enrique Cerezo, las chicas de la rítmica y un puñado de invitados de lujo, Vanesa atendió los consejos de su hipnotizador para caer lentamente al suelo, esbozando una dulce sonrisa. Fue elegante incluso para perder la consciencia, ante el asombro de la concurrencia.

Puyol se quedó sin palabras. Quizás haya sido una de las pocas veces que el bravísimo ex capitán del Barça no sabía qué decir. Miró alrededor, con gesto de asombro, sin encontrar explicaciones. Jorge Luengo tenía bajo su control la mente de Vanesa, que ni siquiera en tan forzada postura perdió una pizca de su distinción.

El mago despertó a Vanesa con una suave palmada. La situación parecía controlada. Puyol empezó a respirar más tranquilo. Pero... un ligero toque en la frente de la compañera de Puyol bastó para volverle a dejar tumbada sobre la alfombra. El exjugador barcelonista aceptó con serena resignación que no tenía controlada la situación.

Jorge Luengo entendió que la exhibición había sido suficiente y Vanesa recobró su estado normal sin mayor contratiempo y lanzaba una afirmación que era casi una pregunta: “No sé qué ha pasado. Yo escuchaba algo de fondo, pero...” La Gala de AS se cerró con espectacularidad, y los invitados miraban de reojo a Jorge Luengo.