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FIFA

La bicha de Joseph Blatter es el polémico ‘Informe García’

El presidente de la FIFA ve cómo crece el clamor para la publicación. Michael García presiona para que su trabajo vea la luz. El juez Eckert, un colaboracionista, lo impide.
Benevento-Milan

Actualizado a
García (izda.) y Eckert no se llevan tan bien como parece.

El exfiscal norteamericano Michael García le ha salido rana al casi octogenario Joseph Blatter, que ve cómo el ‘Informe García’ puede acabar con su sueño de ser reelegido por quinta vez consecutiva como presidente de la FIFA. García ha recurrido ante la propia FIFA para que su dossier se publique íntegramente y sin censura, algo a lo que se opone Joachim Eckert, el juez alemán, que sí trabaja a favor de obra, y al que acusan de colaboracionista de la corriente Blatter.

A García le llevó dos años completar su informe. Sus 435 páginas contienen todas las irregularidades y corruptelas que se sucedieron en los procesos de elección de las sedes de las Copa del Mundo de 2018 y 2022, que fueron a parar a Rusia y Qatar. Blatter ha insistido la semana pasada en África en que “nada ni nadie podrá cambiar de sitio las dos próximas Copas del Mundo”. Pero el número dos del fútbol, Michel Platini, ya ha advertido que “será justo repetir la votación si se demuestra que hubo corrupción, que se traficó con los votos que dieron el triunfo a Rusia y Qatar”. Y con Platini se han alineado otros cinco miembros del actual Comité Ejecutivo de la FIFA, ninguno de los cuales estaba en el órgano de gobierno cuando se eligieron las sedes, en diciembre de 2010.

Además, la Asociación Europea de Clubes y la de las Ligas Europeas están con Platini. El presidente de la Federación de Inglaterra (FA), Greg Dyke, ha escrito a Blatter exigiéndole que la FIFA publique los 435 folios del ‘Informe García’, pero el presidente del organismo no cede “porque se violarían no sólo las normas de la FIFA, sino también las leyes de Suiza”.

Pero en Suiza, país sede de la FIFA, las cosas también están cambiando. Ronald Rino Büchel, un político suizo, azote de Blatter, ha propuesto que las leyes del país cambien y se aplique a los miembros de la FIFA el llamado PEP (Persona Expuesta Políticamente) que en la práctica supone que “todos los movimientos de sus cuentas corrientes deben ser examinados por las autoridades del país”. Büchel asegura que “el oscurantismo de algunas de las más importantes organizaciones deportivas del mundo que están radicadas en Suiza están afectando a la imagen del país. Y el Parlamento ha decidido vigilarlas más estrechamente”.

La presión sobre la FIFA no llega sólo vía control bancario. Los principales patrocinadores de la organización han comenzado a batirse en retirada. No quieren que su imagen se vea comprometida por financiar a una manzana podrida. En el último mes se han dado de baja como espónsores de la FIFA las empresas Emirates y Sony, que aportaban entre ambas casi quinientos millones de euros. Otros dos patrocinadores históricos del organismo, Coca-Cola y VISA, no descartan seguir sus pasos. VISA emitió ayer mismo un comunicado nítido: “Estamos preocupados por los últimos acontecimientos”, señaló la financiera en un comunicado. La empresa pidió a la FIFA que sea “más transparente y más abierta” porque “es la única manera de que la gente confíe en ella”.

Y mientras, García sigue a lo suyo: “Quiero que mi informe se publique”. Eso podría ser el final de Blatter.