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David Bustamante

“Isco llama tan fuerte que va a tirar la puerta de la Absoluta”

Llega como un ciclón a Las Estaciones de Juan y habla del Madrid con tanta pasión que casi salta de la mesa. Asegura que, en la vida, es capaz de levantar cualquier partido.

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“Isco llama tan fuerte que va a tirar la puerta de la Absoluta”

—Buenos tiempos para el madridismo y para su música, ¿cómo está?

—Muy bien, encantado. Ha sido una buena semana para el madridismo y además en cuestión de trabajo estoy disfrutando de un momento muy dulce por cómo ha sido la acogida del disco: crítica, prensa y público han sido unánimes en los elogios. Es un momento muy especial para mí.

—¿Pensaba antes del Clásico que el Madrid era superior al Barça?

—Si mi queridísimo Iker no llegar a parar milagrosamente a Messi el segundo gol, seguramente habríamos estado ante otro partido. Lo que más me gustó, es que a pesar del palo de inicio, el Madrid dio la cara, siguió peleando y pudimos meterles cuatro o cinco. Fue un asedio continuo con un equipo muy intenso, muy físico, muy… ¡con un par, defendiendo la camiseta! Me gustó el Madrid por muchísimas razones.

—¿Cuál es la clave de este Real Madrid?

—Creo que hay una armonía en la plantilla. No está descompensada como otros años. Línea por línea, tenemos a los mejores, jugadores espectaculares que marcan la diferencia. Por ejemplo Modric que finalmente está demostrando lo bien que sabe jugar al fútbol, con criterio y sacrificio. O el caso de Isco, que es el Iniesta del Bernabéu, un jugador espectacular que está llamando con tanta fuerza que va a tirar abajo la puerta de la Selección Absoluta.

—Habla usted del fútbol con la misma pasión que podría hacerlo de música.

—Es que yo soy un futbolista que canta. Eso es lo que me dicen los amigos y es verdad. Yo soy un futbolista cuya profesión es cantar. Realmente viví por y para el fútbol cuando fui capitán de la selección cántabra, cuando jugué en la cantera del Racing de Santander. Con 17 años me llamó el Atlético de Madrid para jugar. Realmente yo destacaba: mis primeras entrevistas, los primeros viajes fuera de Cantabria fueron por el fútbol; a mí me conocían por jugar al fútbol, no por cantar.

—¿De qué jugaba?

—De media punta. Se lo puedes preguntar a Matallanas, que ha jugado conmigo; a Paunovic, a Narváez, a muchos. Soy un jugador que todavía, con 32 años, soy muy rápido, conduzco el balón pegado al pie, soy driblador y le pego muy fuerte. Tengo mucho gol.

—¿Y en qué momento se desvía del fútbol y se acerca a la música?

—Porque cuando me llamó el Atlético de Madrid para el tercer equipo pagaban cuarenta mil pesetas, y yo ya cobraba ciento cuarenta mil en la obra y les dije que no. Además, jugaba en el Atlético Perines y no teníamos un equipo por encima. La salida natural era el Racing y allí nunca han querido cuidar de la cantera y eso que de Cantabria han salido grandes jugadores como Iván de la Peña, Helguera, Jonathan Valle. Total que me quedé en el pueblo, allí cantaba y luego con 19 años ya me pasó lo del programa Operación triunfo y todo cambió.

—Menos la forma que tiene de cuidarse.

—Los cantantes somos deportistas de élite. Yo me entreno como un futbolista porque mi espectáculo es muy exigente, y para cantar y bailar durante dos horas encima de un escenario tengo que estar en forma. Después de 14 años si me mantengo ahí arriba es por los conciertos, he hecho más de seiscientos. Eso no lo aguantas si no estás en forma.

—¿Mantiene relación con el mundo del fútbol?

—Tengo más amigos futbolistas que músicos. En el día a día son con los que más suelo quedar. Ahora lo tengo más abandonado. Dejé de jugar las liguillas porque me di cuenta que cuando eres famoso hay gente que intenta hacerte daño y tenía problemas. Ahora quedamos los viernes en Carabanchel a jugar con los amigos y pasamos momentos estupendos. Lo que no falla nunca es por la mañana ir a correr y hacer mis pesas.

—Y en esas pachangas con amigos, sabemos que hay gente que juega muy bien.

—Alguna vez he jugado con Nadal y es un fenómeno; Fernando Alonso le pega bien. Hay actores, por ejemplo Daniel Guzmán que juega al fútbol que podría ser profesional y David, el hermano mayor de los Estopa, juega genial de portero. Me acuerdo un día jugando un partido benéfico que empezó a hacer unos paradones que nos dejó a todos con la boca abierta. Hay mucha afición.

—¿Qué opina de Simeone? ¿Conseguirá mantener el milagro del Atleti?

—Sin duda, porque la columna vertebral está ahí, el director está ahí y los que han venido pueden hacer la misma labor. Es verdad que, si bien el desgaste físico se recupera, el desgaste mental con tanta intensidad como exige el Cholo, es difícil de recuperar. De todas formas el Atleti estará ahí. Tiene equipo y tiene al Cholo. Un buen director de orquesta hace que toquen mejor los músicos.

—En cuanto a la Selección, ¿cómo se puede gestionar la decadencia de algunos jugadores que fueron nuestro emblema?

—Yo pido el paso de los Jesé, Isco, creo que no hay nada más que hacer eso. Tenemos cantera en España. Tenemos Selección. Pero si ves otras selecciones, da la sensación de que ellos van en avión y nosotros seguimos andando. Nosotros tenemos jugadores que, no quiero dar nombres, pero tienen una edad, y ves jugadores de otras selecciones que van en moto y nos pasan como aviones. Y nos aprietan arriba, y ya nos conocen. Hace falta físico, no sólo para tocar, sino para recuperar. Esa era la seña de identidad de aquel Barça de Guardiola; cómo recuperaba el balón cuando lo perdían. Iban como lobos. Esa condición la está recuperando Luis Enrique y es lo que le hace falta a la Selección española.

—Pero precisamente Luis Enrique el día del Clásico hizo lo contrario, sacó gente más veterana que nunca.

—Meter a Xavi por Rakitic fue lo único que hizo en ese sentido. Para mí el error fue meter de salida a Luis Suárez. Cuando metes a Suárez y dejas fuera a Munir o a Pedrito, pierdes sacrificio, pierdes recuperación. Y en el Madrid llegaban los laterales como aviones.

—¿Iker o Keylor?

—Sin ninguna duda Iker. Adoro a Keylor, un gran portero, pero es que lo de Iker, ya no es por mi amistad. Siendo objetivo Casillas hace cosas que no hacen otros. Uno puede tener reflejos, pero aparte hay que tener ese ángel, y nos ha dado tanto que aunque lo hiciera mal es muy injusto que se le den palos. Pero eso va en la genética de la población española, que tenemos una memoria histórica muy cortita y que cuando alguien está arriba nos encanta derrumbar ídolos. Iker, porque se lo merece, no porque sí.

—¿Todavía está?

—Claro. Dentro de cuatro años igual le digo: Iker, vente conmigo a jugar al golf. Pero ahora está físicamente, se entrega, se sacrifica, se cuida y es un gran capitán en el campo. Nadie mejor que él, es la prolongación de Ancelotti en el campo.

—¿Considera que estamos ante el mejor Real Madrid de las últimas temporadas?

—Tal y como le he visto en los últimos partidos, ya le digo que sí. Pero repito que esto no es matemática pura y, de pronto, una hecatombe, un fin de semana y el Barça vuelve a ser el mejor equipo del mundo. Esto es muy sufrido, sobre todo para los aficionados, una montaña rusa total. El día del Clásico el Madrid fue la máquina perfecta del fútbol. Ya no era el Madrid sólo de los contraataques. El Madrid tuvo la posesión y jugó. Perdíamos el balón e iban como perros. Me hicieron levantarme del sillón varias veces. Que fe. El equipo total era la suma del Barça, Madrid y Atlético: posesión, contraataque y lucha.

—Se ha convertido en un equipo versátil.

—Exacto. El Madrid tiene ahora la posibilidad de preparar los partidos en función del rival y jugar con los hombres más adecuados. Y para eso está Ancelotti, que es la persona perfecta para gestionar esta plantilla enorme. Y con temple, porque eso me gusta de Ancelotti. Un club como el Real Madrid no está para dar escándalos, está para dar ejemplo de serenidad y caballerosidad y ahora tenemos al entrenador perfecto.

—Tanto Ancelotti como Luis Enrique dieron un buen espectáculo de deportividad en el Clásico.

—Todos. Quitando Alves, que siempre tiene que hacer algún numerito, y es verdad también que Cristiano se equivocó tirando una patada. Pero por lo demás, ese partido fue un espectáculo total. Y lo digo que veo el fútbol y sé jugar. Yo era un jugador con mucha caradura y mucho desparpajo y sé cómo hay que jugar al fútbol, como lo está haciendo ahora el Real Madrid, luchando hasta derrotar el contrario, siendo más listo, metiendo más piernas y corriendo más. Tengo pasión por el fútbol, ¿se nota? Y siempre quiero ganar. Si es por ocho cero, mejor que por seis y siempre hablando, dirigiendo a mis compañeros. Yo soy capaz de levantar un partido.

—Se identifica usted mucho con el espíritu de Simeone.

—No, con el de Cristiano, no me haga usted caer en la trampa, ja, ja. Soy madridista por los cuatro costados. Recuerdo la sensación que sentí la primera vez que tuve ocasión de cantar en el Santiago Bernabéu, con todo el estadio lleno. Me acuerdo que, como sabían que yo era muy madridista, me presentaron el último y cuando salí al escenario, escuché como el estadio entero gritaba mi nombre y me acuerdo que pensé: ‘Fíjate, lo que no has conseguido con el fútbol, que es que te coreen en el Bernabéu, lo has conseguido con la música’. Y me sentí muy orgulloso.

—¿Cómo definiría su estilo de música?

—Las etiquetas no me gustan, bebo de muchas fuentes. Si tuviera que definir mi música le diría que hago pop-rock. Lo que pasa es que mi voz no es rota, no es canalla; aprendí cantando ópera y por eso parece que mi música suena a otra cosa.

—¿A usted le piden el carnet para cantar?

—Ya sé por dónde va y le diré que no entiendo que alguien sea capaz de pedirle un carnet a Zidane. Hay determinada gente, determinados futbolistas que están por encima de carnets o de permisos, por lo que han sido, por lo que significan en el mundo del fútbol. A los futbolistas, una vez que se jubilan, les deberían entregar el carnet de entrenador. Y el que no haya sido futbolista, pues que se lo saque.