Lucas Alcaraz debuta en casa del equipo revelación de la Liga

Lucas Alcaraz se presenta en Vigo como el bote salvavidas del Levante. El escenario, sin duda, es el mejor para recrear la acción. Hace una semana, Balaídos parecía una isla en medio del océano. Todo a su alrededor era agua, debido a las intensas lluvias que anegaron la ciudad olívica. Los vestuarios, las oficinas, la sala de prensa y hasta material técnico de Berizzo se vio afectado por la fuerza del agua. “No había nada importante. Lo recompondré”, declaró el Toto. Lo único que venció al temporal fue el césped, lo realmente importante. No hay excusas pues para los guerreros de Celta y Levante. El ciclón celeste contra el barco granota que naufraga. El capitán Alcaraz debe realizar una maniobra de urgencia en tiempo récord. Ha dispuesto de un día, un entrenamiento, para reconstruir la nave. No parece tiempo suficiente para tapar tanto agujero, así que su gran baza es psicológica. Quizás un arenga milagrosa sirva para motivar a sus pupilos y así cambiar el rumbo.

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Claro guión. A pesar del cambio de técnico, nadie en el Celta espera un cambio de sistema, o al menos de estilo, en el Levante. Los locales son conscientes de que su adversario buscará la fortaleza defensiva a través de la acumulación de hombres y la intensidad. Vamos, una muralla. Para derribarla no contarán con uno de sus mejores pistoleros, Fabián Orellana, castigado por acumulación de protestas. Pierden fuerza en el costado derecho, donde cogerá la alternativa el joven, y este año olvidado, Santi Mina. Los celestes se encomendarán a la magia de Nolito y la eficacia de Larrivey, que busca su sexto gol en su sexto partido en Vigo.

La pólvora de los vigueses

El ataque celeste está en plena forma. Nolito es el máximo goleador español (en esta Liga y en 2014), Larrivey puede batir esta noche un récord de hace 23 años y el Celta ya lleva catorce partidos seguidos marcando, a tres de igualar su mejor registro, con una media de dos goles por encuentro (28 tantos en 14 jornadas). El 5 de abril fue el último día que no hubo pólvora.