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Selección

Del Bosque: “Ni me iré antes de Francia 2016 ni seguiré después”

El técnico pasa revista al estado de la Selección. Habla de Casillas, Valdés, Llorente, Torres, Mata, Piqué, Alcácer, Diego Costa, Puyol,... y también de él mismo
Irlanda del Norte - España: Clasificación Europeo sub 21

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Del Bosque: “Ni me iré antes de Francia 2016 ni seguiré después”

¿Cuál ha sido el peor disgusto de este mes: la derrota en Eslovaquia o la recaída de Thiago Alcántara?

—Todo lo que tenga que ver con la salud, con la lesión de Thiago en este caso, me preocupa más. No tiene que ver nada lo de Thiago con lo de Eslovaquia, pero han sido dos disgustos este mes, sí

—¿En la gestión del ‘caso Piqué’ no cree que le faltó hablar con Luis Enrique?

—Creo que hice lo que tenía que hacer. Hablé con Piqué y me creí lo que me dijo a pies juntillas. Era un asunto clarísimo. ¿Que jugó a los dos días? Pues estupendo. No hablé con Luis Enrique. No es que yo sea reacio a hablar con los entrenadores, pero tengo la impresión de que ellos tienen una posición y yo otra. Tampoco he hablado con Ancelotti, que me cae muy bien.

—¿Puede ser que los entrenadores y los seleccionadores tengan intereses distintos?

—Pues lo que hace falta es conjugar eso, sí. Debemos ser respetuosos entre nosotros. Siempre me he comportado con los clubes correctamente.

—En los siete primeros equipos de Primera sólo hay dos centrales titulares: Sergio Ramos y Fontás. ¿Por qué no llamó a Fontás si el principio para ser seleccionable es ser titular?

—Pues por una cuestión de confianza y porque el que hace las listas soy yo, sin querer ser fatuo. Pero es que es así. No tengo nada contra Fontás. Le sigo desde que empezó a destacar como centrocampista en el Barça. No tengo nada contra Fontás, ni contra Ínigo Martínez ni contra Domínguez, que por cierto jugué con su padre... Pero traigo a los que creo mejor.

—¿Cómo es posible que Diego Costa no pueda jugar tres partidos en una semana según Mourinho y sí dos en cuatro días como ha demostrado Del Bosque?

—Generalmente siempre me preguntan por lo mismo: por Casillas, Diego Costa, Mourinho y a veces por Florentino. No me molesta, ojo. Pero yo no quiero entrar en conflicto con nadie. Ni con los cuatro que he citado ni con nadie. Lo único que dije y digo es que Diego Costa, como cualquier otro, no va a jugar si no está en condiciones. Pero si está bien, tendrá que jugar con la Selección. Eso de las lesiones musculares es muy difícil de demostrar. Entramos casi en el terreno de lo místico. Esto no es tan complicado: que está bien, a jugar como hizo en París. Que no está bien, de vuelta para su club como pasó contra Macedonia.

—¿Por qué cuando se fue Diego Costa no llamó a Llorente o a Torres? ¿Están fuera de la Selección? ¿Y Mata?

—Estamos en el mismo caso de Fontás: es una cuestión de confianza. En el caso de Torres, quiero recordar que entonces apenas había empezado a jugar con su nuevo club. Pero no tengo nada contra ninguno de ellos. Al revés. Son estupendos. Pero si hubieran venido ellos no hubiéramos traído a Alcácer. Todos no caben. Tengo que elegir según las posibilidades y el momento de cada jugador. Pero, claro, el que se quiera meter con nosotros lo tiene fácil: siempre habrá veinte jugadores que puedan venir y no los traemos. Pero tampoco dicen a quienes debemos sacar para meter a los que ellos quieren.

—Tras perder en Eslovaquia dijo que España no había fallado, pero el equipo acabó con un sólo defensa, Piqué, y con Cazorla de lateral derecho. ¿No cree que le ha faltado algo de autocrítica en las últimas semanas?

—Vamos a ver: era el minuto ochenta e íbamos perdiendo. No era muy ortodoxo, pero había que ir a la desesperada. Pues resulta que empatamos. Luego recibimos otro gol porque también teníamos ese riesgo jugando así. Pero lo primero era empatar, y luego fuimos a ganar. Pero en una contra Eslovaquia cerró el partido. Es fútbol.

—¿A España le ha abandonado el desodorante? Lo digo porque en Georgia se ganó con un gol de Soldado en el 89 y en Eslovaquia se perdió en el 87...

—No creo en las casualidades, creo en el trabajo. Pero la suerte influye. No creo que nos haya abandonado.

—España ha perdido cuatro de los siete últimos partidos (Holanda, Chile, Francia y Eslovaquia) y ha ganado tres, contra selecciones de ‘otra Liga’: Australia, Macedonia y Luxemburgo. ¿Hemos perdido el mejor nivel?

—Bueno, si hablamos de números yo creo que salimos ganando. Pero cada uno coge los números como le viene mejor. El que quiere ser ácido encuentra argumentos, y el que quiere se majo encuentra más.

—Tras el Mundial-2010 sintió ganas de dejar paso a otro. Eso se repitió tras la Eurocopa-2012. ¿Por qué siguió?

—¿Y por qué no? Por esa regla me podría haber ido tras ganar la primera Champions con el Real Madrid. El fútbol es mi profesión, de lo que comen mis hijos. No sé porque me tengo que ir. Podría ser hasta egoísmo o falta de humildad. Pues si me hubiera ido después de ganar la primera Champions no habría ganado la segunda. Y si lo hubiera hecho después del Mundial 2010 no habría ganado la Eurocopa 2012.

—¿Es seguro que seguirá hasta Francia 2016?

—Esa es mi idea, salvo que viera que soy una rémora.

—¿Y antes no va a dimitir?

—No lo tengo previsto, no.

—¿De modo que su intención es seguir hasta la Eurocopa y dejarlo después?

—En la vida no se puede ser absoluto en nada. Pero sí, esta es mi intención: seguir hasta Francia 2016 y marcharme después. También en mi caso la Federación tendrá que hacer una transición dulce. Pero seguiré cerca del fútbol y de la Federación.

—¿No me diga, con la experiencia que tiene usted que no sabía la que le iba a caer tras lo de Brasil?

—Yo creo que la gente, y la crítica, ha sido buena y comprensiva. Incluso me han dado afecto. A mí y a la Selección. Y luego ha habido los que están hostiles. Pero no voy a luchar contra ellos. No quiero.

—¿Pudo influir la situación política en Cataluña en el bajo rendimiento de los jugadores catalanes durante el Mundial?

—No mezclemos. No podemos hacer distinciones según dónde nació cada uno. En la Selección no se ha dado el más mínimo reflejo de cosas que pueden ocurrir en la sociedad civil. No ha habido nada de eso. Cero.

—¿Tienen remedio las bajas de Puyol, Xavi, Xabi y Villa?

—Estos chicos han sido héroes, gente extraordinaria. Pero hay que mirar para delante. La nostalgia no lleva a ninguna parte.

—¿Hacia dónde va el juego de España?

—Los experimentos en la Selección son casi imposibles. No hay margen de error. Ahora nos apoyamos en las condiciones de los jugadores que tenemos. Queremos buscar más profundidad sin perder solidez defensiva. En ese estado estamos.

—¿Por qué no fue a Cádiz al España-Serbia de Sub-21?

—Por causa de fuerza mayor. Estuvo el seleccionador ayudante, Toni Grande, porque yo no pude asistir por una razón personal ineludible.

—¿Por qué no estuvieron con la Sub-21 Carvajal o Alcácer?

—Estamos en sintonía con Celades. La Absoluta manda, como pasa en los equipos. Llegamos a un acuerdo. El se quedó con Alberto Moreno y nosotros llevamos a Bernat. En cuanto a Carvajal, en la Sub-21 estaba Manquillo, jugador de Champions con el Liverpool. Isco jugó en Cádiz. Nosotros nos llevamos a Alcácer, pero con la Sub-21 estaban Sandro, Munir y Morata.

—¿No hubiera sido mejor haber dejado a Alcácer con la Sub-21 y haber llamado a Llorente o Torres para la A?

—Cada vez que un chico de la Sub-21 se asienta en la Absoluta es un éxito para el fútbol español.

—¿No es mejor estar en los Juegos Olímpicos? ¿No cometieron un error de cálculo?

—En mi opinión no. Les dejamos a Isco con todas las bendiciones. Pero la Absoluta también se está jugando la clasificación para la Eurocopa.

—¿No se ha perdido una buena generación, algún jugador de proyección como Muniain?

—No, el que siga jugando bien en su club al final vendrá con la Selección.

—¿Siente que tiene responsabilidad en esta eliminación?

—Sinceramente, no.

—¿Cómo es posible que pase lo que pasó con Morata?

—¿Lo de la tarjeta que le impidió jugar en Cádiz el partido de vuelta contra Serbia? No sé qué ha pasado con eso. Eso tiene que preguntar en la Sub-21. No tiene que pasar algo así. Para eso hay gente que se ocupa de ello.

—¿A usted le ha pasado alguna vez tanto en sus años de entrenador de club como en su actual etapa como seleccionador?

—Pues no me ha pasado nunca. Pero para ser justos también tengo que decir que Morata tuvo una mala reacción. También la tuvo contra el Atlético el día que jugó con la Juventus. Fue una bobada. Pero le provocaron la tarjeta y él picó. También él tiene que aprender de estas cosas.

—¿No hubiera sido mejor para todos haber sido más generoso en la cesión de jugadores a la Sub-21?

—Cada vez que un joven de la Sub-21 se asienta en la Absoluta, como está pasando ahora con el caso de Alcácer, es un éxito para la Selección en todas las categorías porque se abre hueco para otro. Eso es un triunfo de todas las selecciones de abajo. Es más fácil subir a los jugadores que devolverlos abajo. También con este tema de los jugadores que pudieron estar pero que no estuvieron hay opiniones para todo. También dijeron que con la Absoluta llevamos a cinco laterales. Y no. Porque a Azpilicueta no le llevamos como lateral, sino que esta vez vino como central. Y además, a Azpilicueta le podemos poner de todo lo que se quiera. Porque puede jugar donde le dé la gana a él porque es extraordinario, el tío que mejor entrena. Normalmente, si no ocurre nada, va a estar con nosotros durante muchos años.

—¿Por qué dijo que la transición en la portería no podrá ser ya dulce, que lo de Casillas se ha envenenado y es imposible? ¿Puede explicarlo?

—Sobre Iker Casillas no he dicho nada que no sirva para otros puestos. Las transiciones pueden ser dulces o traumáticas. En el caso de la portería, tratándose de un porterazo inmenso, extraordinario, con un historial fantástico y con todo el respeto que hay que tener para un hombre como Casillas, hay que conjugar el presente con el futuro, con lo que viene. Es normal que nos preocupemos por el medio plazo, por otros porteros que vienen como De Gea o Kiko Casilla. Lo que buscamos es una transición normal, como ha habido en otros puestos. Recuerdo el caso de Capdevila o antes el de Marcos Senna. Pues eso buscamos con Casillas, una transición normal como en cualquier otra posición. Recuerdo que Senna siguió un año con nosotros hasta que Busquets estuvo en plenitud. Eso es lo que buscamos. En estos casos no hay que actuar como un forofo, sino como un hombre de fútbol. Pero, eso sí, con la consideración que hay que tener para Casillas, que por otra parte no sabemos el tiempo que va a durar. Porque esto no es de un día para otro. A lo mejor está hasta el Mundial de 2018. Seguro que ese es el objetivo de Iker Casillas. Pero nuestro próximo paso es Francia 2016.

—¿Casillas seguirá con la Selección mientras sea titular en el Real Madrid?

—Naturalmente encontraríamos dificultades para traerle si no juega en su equipo. Las mismas que encontraríamos con De Gea si no lo hiciera en el suyo. Pero en principio estamos en lo que estamos: los dos están jugando con sus equipos y los dos están en la Selección.

—¿Qué sabe de la situación de Víctor Valdés?

—Pues sé poco. Me consta que está un poquito mejor. Estamos todos deseando que juegue. Víctor se ha ganado el aprecio y el cariño de todos los que hemos estado con él.

—¿Qué hay de Laporte y Murillo? Son otros dos extranjeros, dos centrales, a los que ha echado el ojo...

—Pues vamos a aprovechar todo lo que podamos. Laporte y Murillo tienen opciones. Un amigo nos puso en alerta. Pero eso no significa que les vaya a llamar. Es como lo de Munir. Se dijo que le llamaba porque se lo iba a llevar Marruecos. No fue por eso. Fue porque se lo ganó. Porque se abrió el hueco y el chico había hecho méritos. Esta es la prioridad para todos, también para Laporte y Murillo. Estamos pendientes de la reglamentación. Ellos se han ido a jugar, Laporte con la Sub-21 de Francia y Murillo dos amistosos con Colombia. Estoy atento a ellos dos. Pero no les llamaré sólo porque se pueda.

"Mi caso no es comparable a los de Juan Antonio Orenga o Carlos Moyá"

—¿Qué pensó cuando Juan Antonio Orenga abandonó y también renunció Carlos Moyá? ¿Hicieron lo correcto?

—Sinceramente, creo que mi caso no es comparable a los de Juan Antonio Orenga o Carlos Moyá. Yo creo que son casos distintos. No hay situaciones iguales. Estuve observando todo lo que sucedió alrededor de estas dimisiones y me hizo pensar. Tengo mi propia opinión, pero me la reservo. Estuve con Juan Antonio Orenga a los pocos días de su dimisión y hubo cosas que me envenenaron, que me endemoniaron por el sufrimiento que estaba padeciendo él. Me vi un poco reflejado y en fin, qué puedo decir. Lo pasé muy mal con todo lo que le ocurrió.

—¿Por qué siguió tras el Mundial de Brasil?

—Me lo pensé, pero contaba con la confianza de la Federación y del vestuario, de los jugadores. Pero si hubiera notado que era nocivo para la Selección me habría ido. Seguro que hay gente que dijo y dice ‘pero que se vaya ya este tío, que se marche Del Bosque’.Pero es mi profesión, renovamos unos meses antes del Mundial y encontré la confianza de la gente que tenía que dármela. Si viera que he perdido el respeto de los jugadores, que era una carga me habría ido al segundo. Pero no fue así. Tengo la pasión necesaria para llevar adelante esto, y la responsabilidad que se le exige a un profesional.