NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Encuentro con Quique Pina

“Javier Tebas y el nuevo reparto televisivo arreglarán el fútbol”

Cinco años cumple Pina en el Granada. Y ahí sigue, con una ciudad deportiva casi acabada y en espera de tiempos mejores del reparto televisivo.

Actualizado a
“Javier Tebas y el nuevo reparto televisivo arreglarán el fútbol”
AStv

Primero fue la ciudad, después el equipo, más tarde la alegría y finalmente el sufrimiento. Quique Pina (Murcia, 1969) conoció Granada negociando el cobro de una deuda del Granada 74, club al que había vendido los derechos del Ciudad de Murcia y que derivó en experimento fallido. Ex futbolista, agente y empresario, vio un horizonte en la ciudad y en el equipo, habló con el presidente del Udinese, su socio Gino Pozzo, y se echó al monte. “El club estaba deprimido. Llevaba 23 años fuera de la Segunda y 35 sin pisar Primera. Aquello era una locura”. Su deuda había crecido hasta los 12 millones de euros y se vio abocado a un proceso concursal, que considera felizmente superado (ya ha liquidado las deudas privilegiada y ordinaria y en un año dejará a cero la subordinada). La operación relámpago llevó al equipo a Primera, en una explosión de entusiasmo, pero después ha pasado frío en la cima: se salvó del descenso dos veces en la última jornada. “Ahora, después de un buen comienzo, a la gente le gusta hablar de Europa. Y Europa, para mí, es seguir un año más en Primera”, advierte, sin duda con el recuerdo de la campaña pasada, cuando el equipo ganó al Barcelona y no volvió a hacerlo hasta la última jornada, en Valladolid, con la soga al cuello.

Las primeras puntadas de la nueva campaña hablan de ocho puntos en seis jornadas, un bienestar general con Joaquín Caparrós, técnico de raza y prestigio, y una ciudad deportiva que se inaugurará entre noviembre y diciembre. En realidad, una cosa llevó a la otra: “Cuando hablé con Caparrós tuve poco que explicarle, porque conocía perfectamente nuestro sistema de trabajo, nuestra estructura, nuestra forma de invertir, la inminente inauguración de la ciudad deportiva. El modelo le iba bien. A él le gusta trabajar con jugadores jóvenes y aquí los tiene”.

Sin embargo, no resultó sencilla su contratación y también costó explicar que el club negociara con Paco Jémez, cuyo patrón de juego es radicalmente diferente. “Caparrós fue mi primera opción, pero me dijo que había apalabrado su continuidad con el Levante por dos años y fue entonces cuando estudiamos la posibilidad de traer a Paco, pero también era inviable. Su cláusula de rescisión era de tres millones y nosotros no podíamos pagar. De pronto surgieron problemas entre Caparrós y el Levante y pudo venir. En realidad nos daba igual el sistema de juego. Lo que realmente buscábamos era un entrenador con hechuras y personalidad dentro del vestuario. Y los dos respondían a ese perfil”, explica Pina, que ya espera impaciente la inauguración de esa ciudad deportiva que le ha costado al club cuatro millones y que se levanta sobre unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento.

La elección. Las instalaciones pondrán cemento, grada y césped al único modelo que Pina y su director deportivo, Juan Carlos Cordero, consideran sostenible en el fútbol español: comprar jugadores que sirvan para hoy y cuyo precio de compra siempre esté por debajo del de venta en el futuro. Por eso han pagado 2,5 millones por el francés Foulquier y 1,8 por el colombiano Jhon Córdoba, ambos de 21 años. Son la punta del iceberg y también la excepción, porque se saltan la cadena de producción establecida por el club.

“Veinte personas ven semanalmente partidos de todo el mundo buscando futbolistas que nosotros fogueamos en el filial o en equipos españoles y extranjeros. Ahora tenemos cedidos en Segunda o Segunda B, pero también en México o Polonia”. El Granada es propietario de 70 jugadores, de los que menos de cincuenta tienen ficha con el club. La perla que se avecina es el nigeriano Isaac Success, de 18 años, con ficha juvenil, que llegó el invierno pasado y al que Caparrós ha convertido en el jugador más joven en debutar en Primera con el Granada. “Pina y yo ya teníamos informes de él y nos fuimos a verle al Mundial Sub-17 de Abu Dabi. Tenía ofertas de Benfica y Manchester City, pero prefirió firmar con nosotros”. Las estimaciones del club, si progresa adecuadamente, es que su valor en el mercado llegue a alcanzar los 20 millones de euros. “Nosotros estamos obligados a trabajar con dos o tres años de anticipación. Por eso en nuestra cantera hay jugadores de Colombia, Venezuela o Gambia y en el club, quince internacionales de distintos países”. Y es que de ese buen ojo depende en gran medida el Granada. Esta temporada ha vendido a Siqueira (Atlético) por 10 millones, a Brahimi (Oporto) por 6,5 y a Bryan Angulo (Ludogorets) por 1,5. “Los jugadores son inversiones. Por eso no pagaremos por futbolistas de 31 años. Nosotros necesitamos gente que nos haga mejorar deportivamente y que, además, pueda multiplicar su valor de mercado aquí”.

El presupuesto del club esta temporada se acerca a los 29 millones, 13 de los cuales se gastan en la primera plantilla y en la del filial. La ficha media ronda los 500.000 euros. Y el club recibe 18 millones de euros por sus derechos de televisión, cifra modesta que le coloca a la cabeza de la manifestación de quienes piden la aprobación de la nueva Ley del Deporte que contemple la venta centralizada de la competición, algo a lo que Madrid y Barcelona se han mostrado reticentes. “A ellos se le ha garantizado que no perderán ingresos (se estiman ahora en 140 millones anuales por cabeza), pero una mejor gestión de los derechos internacionales nos permitirá a los modestos pasar a 28 o 29 millones. En el caso del Granada supondrá poder invertir en tres o cuatro jugadores más en cada temporada. Sólo así haremos una Liga más competitiva y evitaremos marcadores como el 2-8 del Madrid en Riazor o el 6-0 que nos hizo el Barcelona, aunque en los primeros minutos mandamos un tiro al palo y nos plantamos dos veces en su portería”, afirma Pina.

En esa pelea está Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, cuya defensa del control económico de los clubes merece el aplauso del presidente del Granada: “Es ese control el que está arreglando el fútbol español, de igual manera que lo hará un nuevo reparto televisivo. Y Tebas está luchando a muerte por ello. El control económico es el que permite que todos los clubes podamos competir en igualdad de condiciones y que no se manipule la competición. Al fin y al cabo es lo que todos hemos votado”. Respalda, por tanto, la decisión de la Liga de considerar indebida la alineación de Pedro León en el Getafe: “Si jugara no existiría igualdad de condiciones para todos, independientemente de que a final de temporada la Liga decida si el club ha cumplido o no las normas de control económico”. “La Liga está consiguiendo que no se genere más pasivo, algo que sólo se garantiza cumpliendo con ese ratio que relaciona los ingresos del club con su deuda. Y no vale con hacer una previsión. Hay que someterse a una auditoría trimestral”, precisa.

Fondos. Pina, con una larguísima trayectoria como agente de futbolistas y como experto en el mercado de fichajes (negoció, entre otros, los de Anelka, Vieri, Solari, Riquelme, Saviola, Simeone, Diego Tristán, Luque, Turu Flores..), también es firme defensor de los fondos de inversión que la FIFA acaba de poner en solfa: “Creo en ellos y también la Liga, en defensa de la financiación de los clubes. De lo que no soy partidario es de que esos fondos sean los propietarios de los jugadores, pero sí de que ayuden a traerlos a la Liga. Nosotros no hubiéramos podido incorporar a Córdoba sin su ayuda. Y al fin y al cabo, quienes arriesgan de verdad en un fichaje son esos fondos”.

Sobre la mesa aparece el Cádiz, cuyo vínculo con Pina parece ir más allá de la simpatía con el vecino. Un Cádiz cuyo presidente de honor es su padre, Juan Ramón Pina: “Él no está en el Consejo de Administración, aunque nada le impediría figurar en él. Yo no puedo ni quiero ser accionista del Cádiz, pero le considero un club amigo que está en una ciudad que merecería tener un equipo en Segunda y le cedo jugadores, como a tantos otros. No hay nada más”. El empate de hace unas fechas del Granada B en el Ramón de Carranza, un fastidio para los amarillos, viene a darle la razón. Y es que en el fútbol, nadie conoce a nadie.